Por qué los cristianos no celebramos los carnavales aunque deberíamos ser los únicos en hacerlo

Publicado originalmente el 20-2-12

En cierta ocasión realicé en el aula un comentario de pasada sobre los carnavales que al parecer resultó llamativo para mis alumnos.

-Entonces, ¿tú no celebras los carnavales?- me preguntaron

-No

-¿Y tus hijos en su colegio?

-Tampoco, en el colegio de mis hijos, un colegio religioso concertado, no existe esa costumbre.

Las preguntas de los alumnos me dieron pie, como en tantas ocasiones, para hacerles una pequeña reflexión sobre el tema que había suscitado su curiosidad. Naturalmente tuve que hacerlo desde una perspectiva muy general, ya que no tengo el suficiente conocimiento antropológico como para tratar el tema en profundidad.

-Veréis, los cristianos no tenemos costumbre de celebrar los carnavales aunque en un sentido estricto deberíamos ser los únicos que los celebrásemos.

Me encantan las paradojas, la contradicción aparente de las mismas, de eso se trata, suscita la curiosidad y esta a su vez la atención

-¿Cómo que deberíais ser los únicos en celebrarlos y sois los únicos que no lo celebráis?

A partir de ahí comienzo la explicación. Los carnavales son una fiesta situada previamente a la cuaresma, si no existiese cuaresma no existirían carnavales. La cuaresma es un tiempo de austeridad, de sencillez, de dominio de sí, de recogimiento… que se expresa en las prácticas del ayuno, la limosna y la oración. Para los cristianos estas prácticas son una gracia, un don, algo que viene en nuestra ayuda y que nos hace mucho bien, pero visto desde una óptica distinta algunos entienden que estas prácticas son un fastidio, una carga, un castigo… por eso justo antes de que llegue la cuaresma hacen un fiesta, la de los carnavales, que es, al menos en principio, un tiempo dedicado al exceso, a la sensualidad como espectáculo, al alcohol… ¡vamos a montar un fiestón por todo lo alto porque el miércoles llega la cuaresma y ya no podremos hacerlo!.

Aquí empieza la paradoja, los que así piensan, los que viven las prácticas cuaresmales como un fastidio son precisamente los que no piensan seguirlas o los que simplemente no son creyentes. ¿por qué entonces lo hacen? ¿por qué hacer algo porque llega la cuaresma cuando la cuaresma te importa un pimiento? ¿por qué dedicarte a las comilonas y las borracheras antes del miércoles de ceniza si después lo harás igualmente si te apetece?.

Luego está la paradoja al revés ¿por qué los cristianos deberían ser los únicos que celebrasen los carnavales?. Naturalmente no se trataría de una fiesta del exceso, no es eso a lo que me refiero, pero pongamos un ejemplo: supongamos que un grupo de amigos, todos o casi todos creyentes, decide realizar una fiesta por cualquier motivo, una fiesta en la que haya música, bailes, una buena cena, quizás disfraces y juegos de todo tipo, pero se percatan que la cuaresma está próxima y entienden que una celebración así no sería lo más adecuado en esas fechas. Lo más lógico y coherente sería realizar la fiesta antes del miércoles de ceniza, no después, porque ellos sí que tienen intención de realizar las prácticas cuaresmales en austeridad. Si no fuesen creyentes probablemente ni se percatarían de las proximidad de la cuaresma o en caso de hacerlo no les importaría.

Cerramos pues la paradoja, sólo tendría sentido que celebrasen una gran fiesta justo antes de cuaresma aquellos que fuesen después a participar de las prácticas propias de este tiempo, es decir, los cristianos. El resto no tiene ningún sentido.

PD: Existe otra tendencia, a la que se suma también algún colegio religioso, en celebrar los carnavales como una inocente fiesta infantil de disfraces. Si esto es adecuado por enfocarlo así o si deberíamos rechazarlo por el significado profundo del mismo hecho de carnavales es otro debate y más amplio.

3 comentarios en “Por qué los cristianos no celebramos los carnavales aunque deberíamos ser los únicos en hacerlo

  1. Pues a mí realmente me parece una gran estupidez este tipo de pensamiento, que basado en motivos y argumentos de hace miles de años creen, los cristianos, que se esos mismo motivos y argumentos se están replicando hoy en día. Lo gracioso de estas cosas es que para unas cosas si aplican la severidad del origen y para otras no.

    Los de las sectas cristianas no celebran ni carnavales ni Halloween por ejemplo, porque les parece que los padres y los hijos están usando los mismo motivos de hace miles de años por su origen pagano, y eso no es así.

    Y de otro lado, los de las sectas cristianas van a los juegos olímpicos, de origen pagano y ni más ni menos que para adorar al Dios de dioses Zeus, ¡¡será que esos deportistas tienen los mismos motivos y argumentos para participar de unos juegos olímpicos!! …

    Deberían pensar un poco mejor.

    • Gracias por tu aportación Daniel, me ha parecido muy interesante tu perspectiva. Si me permites, un pequeño matiz.

      Con independencia del origen pagano, creo que es obvio que hay una diferencia sustancial entre los juegos olímpicos, que es un evento deportivo, y los excesos propios de una celebración de carnavales. También es cierto que muchos de los carnavales sólo tienen de común el nombre, que en cada lugar del mundo puede tener aspectos completamente diferentes, pero de la misma manera que nadie va a las olimpiadas a adorar a Zeus, en los carnavales si que siguen haciendo una fiesta del exceso porque llega la Cuaresma.
      Espero más aportaciones tuyas en otros artículos.

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