Clientelismo en la Iglesia


La clase bulle de emociones como casi siempre que surge cualquier tema con algún contenido de naturaleza sexual. Los chicos, alumnos de bachillerato con una formación religiosa pobre aunque superior a la media general, no son inmunes a las consignas que una y otra vez se repiten hasta la saciedad por televisión y en determinados círculos: “la Iglesia discrimina a los que tienen una conducta homosexual porque no admite el matrimonio de personas del mismo sexo”, “la Iglesia es machista porque no admite mujeres al sacerdocio”….

  • Pues deberías ir a la Parroquia Tal y podrás comprobar que sólo van cuatro abuelitas- salta un alumno de forma vehemente- y como la Iglesia no se modernice y cambie su doctrina para ir con los tiempos al final nadie quedará.
  • Bueno, yo creo que será al revés, que si la Iglesia cambia la doctrina entonces sí que nos quedaríamos en ella tú, yo y dos despistados más. Pero lo que comentas se llama clientelismo, y la Iglesia no debe cambiar su doctrina aunque ello suponga perder fieles como tú dices
  • ¿Y por que no la cambia?- pregunta una alumna apoyando a su compañero
  • Pues simplemente porque no puede. La doctrina de la Iglesia no es suya, es de Dios, y no puede modificarla porque esté o no más o menos de moda. Si lo hiciese entonces sí que no tendría ninguna credibilidad, se convertiría en pura ideología vana, no en el anuncio de la Buena Nueva de Cristo.

a

Me acordé entonces de una anécdota que leí hace tiempo, de esas que probablemente sea falsa pero merecería ser cierta, aunque la información que contenía si que es correcta. Según ésta, un conferenciante proponía en su charla las mismas tesis que defendía mi alumno. La Iglesia, si no quería perder fieles, debería adaptarse a los tiempos actuales y admitir el matrimonio entre personas del mismo sexo, los anticonceptivos, mujeres sacerdotisas… Entonces uno de los asistentes levantó la mano y dijo “Mire usted, yo soy anglicano y en mi Iglesia ya tenemos eso mismo que usted dice desde hace décadas, y no sólo seguimos perdiendo fieles, sino que miles de anglicanos se han pasado a la Iglesia Católica”.

Además yo soy de la opinión contraria, que la Iglesia pierde fieles precisamente por todo lo opuesto, por no exponer con claridad y sin medias tintas su doctrina. Creo que cuanto más brutos y directos seamos a la hora de anunciarla, más atractiva será la Iglesia y su doctrina y más alejados se sumarán a ella. Me acuerdo de una frase de mi amigo Pepe González, que comparte conmigo las pasiones de la música y la escritura, autor del libro “Manual básico para católicos sin complejos”, que desde aquí recomiendo, que me decía “Los católicos tenemos el mejor producto y no lo sabemos vender”.

Es cierto que en ocasiones debemos ser suaves y prudentes a la hora de presentar el mensaje del evangelio, pero debemos serlo al estilo de Cristo, por amor al otro, porque le llegue mejor su mensaje… no por calculadas técnicas de marketing o, lo que también tendría bemoles, por temor a ser rechazados o despreciados, por miedo a perder nuestra fama o nuestra imagen. ¡Cuántas veces hemos acallado la voz del Espíritu por nuestros propios complejos o temores!

En cierta ocasión en un encuentro de músicos católicos, hablando de música y evangelización, uno de mis hermanos que llevaba la ponencia dijo

  • Tú no puedes ir a uno que no cree y decirle sin más “Dios te ama”- y los demás presentes asentían con la cabeza dándole la razón
  • ¿y por qué no? – pregunté
  • Pues porque probablemente el otro te escupiría a la cara…

Mi amigo era bienintencionado pero olvidaba una cosa, es muy probable que ese escupitajo sea parte de nuestro “sueldo” como cristianos. A fin de cuentas ya nos lo advirtió el Señor, seremos odiados, calumniados y asesinados por su causa, así que un escupitajo no deja de quedar en una mera anécdota. Pero lo que es más importante, a lo mejor ese mismo que nos escupa a la cara esté necesitado de que alguien tenga misericordia de él y le diga precisamente eso, que Dios le ama, que lo quiere tal y como es, que puede ser feliz y tener vida eterna… aunque no lo comprenda, aunque lo rechace, aunque nos escupa. Ya se encargará el Señor de hacer una historia con él y quién sabe si lo que ahora no comprende se convertirá luego en fuente de vida.

Recuerdo esa magnífica película (apenas 20 minutos de duración) titulada “El Circo de la Mariposa” cuando el director del circo ve por primera vez en una feria, donde lo exhiben como un monstruo, al otro protagonista del film que tiene una enorme minusvalía, no posee extremidades. El primero se acerca asombrado y maravillado ante la contemplación de aquél y le dice casi extasiado “¡eres magnífico!”… y el otro, pensando que se está burlando de su condición, le escupe a la cara. Pero es esa misma frase la que después dará sentido a su vida, la que cambiará por completo su existencia… y no prosigo para no desvelar más la trama (ahora lo llaman hacer “spoiler”)

Sí, estamos necesitados de anunciar la palabra con amor pero sin miedo, con caridad pero sin marketing, con dulzura pero sin echar agua al vino. “¿pero cómo es que nadie en la Iglesia me había hablado nunca de esto?”… me dirá otro alumno entusiasmado ante una novedad recién descubierta del Evangelio y a la vez sorprendido de que ninguno en todos sus años de parroquia y colegio religioso se lo hubiese enseñado.

Si queda algo por anunciar o algo que no hayamos sabido transmitir bien, que sea por nuestras propias limitaciones, que no nos reproche el Señor de la Casa que tuvimos miedo de perder aquello que nos confió y que nos limitamos a enterrarlo bajo tierra para mantenerlo tal cual.

 

 

PD: La acepción de la palabra clientelismo tal y como aparece en este artículo no está recogida por la RAE… de momento, aunque creo que se entiende fácilmente en su contexto: práctica de sustituir en una asociación u organización sus propios fines o contenidos de manera deshonesta con tal de ganar o mantener miembros o adeptos.

La guerra justa de San Agustín, la murmuración y la ofensa a los polacos.


-¿Entonces matar está siempre mal? ¿No hay ninguna circunstancia que lo haga bueno?- me pregunta el alumno mientras estamos viendo temas de moral en uno de los grupos de bachillerato.

-Hacerlo bueno como tal no- contesto- aunque sí que puede justificarse.

-¿Cómo?

-Pues por ejemplo, y eso ya lo estudió San Agustín hace mucho tiempo, la legítima defensa. Alguien quiere atentar contra mi vida o mi integridad o la de otros, yo me defiendo o trato de impedirlo y en la lucha termino matándolo. Pero ojo, no todo vale, también hay que tener en cuenta ciertas condiciones para que se considere “legítima” la defensa.

-¿Cómo cuales?

-Pues que se produzca en el mismo momento. No puedes decir “me pegó una paliza y me mandó al hospital y en cuanto me dieron el alta fui a por él y lo maté”, eso sería en realidad venganza. O que haya una proporción en los medios… no vale el que alguien te ataque con un bastón y tú saques una metralleta…

-O también existe otro factor-prosigo- evitar un mal mayor- los chicos ponen cara de que les suena a chino- Lo habéis visto en muchas películas: un perturbado se sube a una azotea y empieza a disparar contra la gente de la calle y un tirador de la policía lo abate de un disparo. Con esta muerte se evitan otras muchas.

-¿Y matar en la guerra?

-En principio un soldado que causa muertes en un acción de combate sólo cumple con su deber. Otra cosa es la guerra tenga una causa justificada…

-¿Pero hay algo que justifique una guerra?- pregunta perplejo otro alumno

-Esa es la pregunta del millón- contesto- y no tiene fácil respuesta. Veréis- los chicos en el aula están muy atentos, parece que el tema les interesa- en principio la Iglesia reconoce a los pueblos el derecho a defenderse, por lo que puedes responder militarmente ante un ejército enemigo que te ha atacado.

-Ya, pero… -interviene otro de los chicos- ¿qué pasa si es tu país el que ha declarado la guerra a otro, el que ataca en lugar de defenderse?

-Pues el mismo San Agustín también hizo lo propio con las guerras, estudió en qué circunstancias serían justificables, pero el Papa Juan Pablo II, que se opuso siempre con toda energía a la guerra, dijo que los tiempos habían cambiado mucho desde entonces y que hoy en día nada lo justificaba.

-¿Y cuáles eran los motivos de San Agustín?

-Pues varias causas lo podrían justificar según él: que se hubiesen agotado previamente todos los intentos pacíficos para solucionar el problema originario… que hubiese una esperanza cierta de ganar, no puedes ir a la guerra si sabes de antemano que tienes todas las de perder… que se suponga que los daños causados por la guerra serán menores que no hacerlo, esta es a mi juicio la más difícil de cumplir, ya que pocas cosas causan más daño que una guerra…

-¿Pero cómo puedes saber de antemano si vas a ganar o perder una guerra?

-Saberse no se puede, pero si tu tienes un ejército pequeño y mal equipado sería una locura enfrentarte a una superpotencia militar…

-¿Y lo de los jinetes polacos que se enfrentaron a los tanques alemanes?- saltó otro de los chicos

caballos contra tanques

 

-Desconozco esa historia – dije sinceramente. Luego lo consulté y al parecer se trataba de una leyenda sin ninguna base de la segunda guerra mundial, y tampoco sabía de qué podría conocerla aquel chico- pero en principio parecería tonto que tú te enfrentaras con un tirachinas a alguien que tiene una pistola…

La clase no se prolongó mucho más, tan sólo algunas matizaciones sobre lo ya visto, pero aquella frase última que había pronunciado sin ninguna trascendencia iba a dar lugar a otra cuestión moral, la murmuración.

En ese grupo tenía una alumna polaca que ese mismo día no había acudido a clase por estar enferma. Aprovechando su presencia había ponderado otras veces a los jóvenes de su país como ejemplo de juventud católica. Les había comentado que, tal como me constaba y ella misma lo confirmó ante sus compañeros, frente a los jóvenes españoles que tienen muy poca práctica religiosa, casi un 100% de los jóvenes polacos van a misa los domingos y que son muchos también los que van otros días entre semana y/o participan de diversas actividades pastorales de la Iglesia. Les comenté además cómo era habitual ver grupos de chavales que llegaban en bicicleta a las iglesias y dejaban estas aparcadas en la puerta…

Pero a los dos días me crucé por los pasillos con esta alumna. Se me dirigió a mí y con lágrimas en los ojos me dijo lo disgustaba que estaba conmigo porque yo había insultado a sus compatriotas diciendo en clase cuando ella no estaba que los polacos eran tontos. En ese momento el que realmente tenía cara de tonto era yo, sin saber de dónde se habría sacado semejante estupidez… pero en seguida caí que estaría relacionado con la explicación de la última clase y el ejemplo de la leyenda de los jinetes contra los tanques.

Le dije primero que se calmara, que yo jamás había dicho tal cosa. Luego le comenté que me había quedado perplejo porque ella hubiese creído semejante tontería, teniendo en cuenta lo bien que yo había hablado siempre de sus compatriotas y luego le expliqué exactamente qué es lo que había dicho yo en clase. Ella se quedó tranquila y yo satisfecho con la explicación… al menos momentáneamente.

Pero me quedaba otro frente que abordar, nunca mejor dicho, el origen de la murmuración que tanto daño había hecho a esta chica. La providencia quiso que en esa misma hora yo estuviera libre entre clase y clase y que el grupo tuviese tutoría, así que sin pensarlo dos veces me dirigí hacia allá y le pedí permiso al tutor para decir una cosa al grupo.

-Vamos a ver chicos- dije con cara seria y todos se percataron de que algo pasaba- Ha venido hace un rato vuestra compañera Fulana aquí presente dolida porque según le había dicho alguien en esta clase yo había insultado a sus compatriotas- la mitad de los alumnos ponían cara de perplejidad de no saber de que estaba hablando pero en la otra los rostros denotaban que sabían de que iba- Tengo que deciros que lo primero que le he dicho a ella es que yo también estaba disgustado por que se hubiera creído semejante tontería, pero ese no es el caso, y más por cómo todos sois testigos de mi buen concepto de los jóvenes polacos. Muchas veces os he hablado de la importancia que tiene en una frase el contexto, que puede hacer variar su significado de una cosa a su contraria. En este caso quiero creer que se ha tratado de un malentendido por lo que os pediría que si alguna vez no queda claro algo u os resulta extraño algo de lo que digo no tengáis ningún reparo en preguntarme como tantas veces lo hacéis. Si en lugar de un malentendido ha sido una gracia que os quede claro que gracia no ha tenido ninguna, así que lo sepáis y os sirva para otra vez. Pero si lo que ha habido es mala leche, la intención de hacer daño a vuestra compañera o desprestigiar a vuestro profesor espero que el que lo haya hecho venga en el momento que considere oportuno a disculparse, tanto a mi como a Fulana.

Sin más palabras y mientras alguien en el fondo preguntaba “¿pero qué ha pasado?” dí las gracias al tutor por haberme permitido hablar y me marché. Nadie vino a pedirme disculpas e ignoro si lo hicieron con la compañera.

Quiero creer como les dije que fue un malentendido o en todo caso una broma sin gracia, pero en realidad tampoco me volví a preocupar del tema.

¿Hace mal la Iglesia metiéndose en política?


  • Pero profesor, ¿no crees que la Iglesia hace mal metiéndose en política?

  • Bueno, dicho así te tendría que decir que ni mal ni bien… pero podrías concretar un poco más.

  • Me refiero a que muchas veces lo que pretende es que las leyes se ajusten a su idea… seas o no seas creyente

  • Vale, ya veo por dónde vas y me parece muy interesante. Si te parece vamos a analizar primero el caso de otra de las grandes religiones, el Islam, y luego lo compararemos – el alumno se encoge de hombros – Como ya os he explicado los musulmanes tienen el libro sagrado, el Corán, que es la base de su fe, pero luego tienen lo que se conoce como la Sharia, la ley islámica… Esta ley regula cosas no sólo de orden moral o espiritual, si no también de conducta civil, criminal o sexual.

  • ¿cómo?

  • Pues por ejemplo beber alcohol o tener relaciones sexuales homosexuales está penado con castigos que van desde los azotes a la muerte por lapidación, a pedradas. El robo está castigado con la amputación de la mano…

  • ¡Pero qué barbaridad!… ¿pero eso es así en todos los países musulmanes?

  • No en todos… tened en cuenta que el islam, al igual que pasa con las iglesias protestantes, no tiene una unidad ni una jerarquia común como sucede con la Iglesia Católica, por lo que hay muchas ramas e interpretaciones y diferencias de un lugar a otro, de una rama a otra… Pero lo que quería comentaros, para no desviarnos del tema, es que existe una corriente dentro del Islam, los islamistas, que pretenden que la Sharia, que en principio es una ley para los creyentes, se convierta en una ley civil, que sea de obligado cumplimiento para todos, sean o no creyentes.

  • ¿Pero lo han conseguido?

  • Bueno, a medias… algunos países sí que han adoptado la ley como tal, convirtiéndose oficialmente en “estados islámicos”… otros han adoptado algunos preceptos como en temas de herencia o de préstamos bancarios y en un tercer grupo, los menos, existe una neta separación entre la ley civil y la ley religiosa.

monjes

  • Pero bueno… ¿y qué tiene que ver esto con la Iglesia?

  • Gracias, ahí es donde quería llegar… sabéis que en la Iglesia existen una serie de normas o preceptos de carácter religioso… como ir a misa los domingos, confesarse al menos una vez al año, abstenerse de comer carne los viernes de cuaresma…

  • ¿Pero qué tiene que ver eso con lo de meterse en política?

  • Nada, esa es la respuesta, nada. En la Iglesia, a diferencia del islam, no existe una corriente “cristianista” que pretenda convertir los preceptos religiosos en ley civil… seguro que no conocéis a ningún obispo que haya pedido al gobierno que se multe a los que no vayan a misa o que se cierren las carnicerías los viernes de cuaresma… – risas

  • Ya pero… en otros aspectos la Iglesia sí que se mete…

  • ¿Podrías darme un ejemplo?

  • Pues como en el caso de los homosexuales…

  • ¿Seguro?- le inquiero- ¿Tú has visto a alguien de la Iglesia que haya pedido una ley para prohibir las relaciones homosexuales?

  • No, claro… pero sí que se opone a la bodas gays.

  • Evidentemente, la Iglesia considera que la familia es la base de la sociedad y el matrimonio entre el hombre y la mujer es a su vez la base de la familia, por eso defiende que no se equiparen a ella otro tipo de uniones que son de naturaleza distinta… si hubiese la pretensión de que la bigamia, la poligamia o el matrimonio grupal (lo que se denomina una comuna) se convirtiesen legalmente en matrimonios la Iglesia también se opondría.

  • ¿entonces te parece bien que la Iglesia se meta en política?

  • Me parece bien que en cuestiones fundamentales de derechos humanos o sociales la Iglesia muestre su opinión… tened en cuenta que la Iglesia, aunque tenga una componente trascendental ya que estamos hablando del Pueblo de Dios, no está formada por marcianos – más risas- La formamos todos nosotros, personas de carne y hueso que vivimos en una sociedad concreta, acatamos sus leyes y pagamos nuestros impuestos y por tanto podemos y debemos, tanto a nivel personal como institucional, mostrar nuestra opinión y ejercer nuestros derechos.

  • Y también está el caso del aborto- interviene otro alumno

  • Sí, ese es otro buen ejemplo, dime.

  • Si la Iglesia está en contra del aborto, pues que los creyentes no aborten… pero que dejen a los demás hacer lo que quieran.

  • Tienes razón… en parte. La Iglesia deja que los demás actúen y hagan con su vida lo que crean conveniente aunque no coincida con sus planteamientos… pero en el caso del aborto uno no hace algo con su vida, si no con la vida del otro. Como ya os expliqué, el aborto supone la muerte de un ser humano – n. aut. ver artículo sobre el aborto -y no es por tanto lo que uno hace libremente con su cuerpo, si no la decisión de eliminar a otro que temporalmente se halla dentro de su seno. Es por tanto una cuestión del respeto por la vida, que es el más fundamental de los derechos humanos, ya que sin él todos los demás carecen de sentido. Y la Iglesia se opondrá, siempre y con todas sus fuerzas, a la muerte deliberada de un ser humano, más aún cuando es totalmente inocente e indefenso.

La conversación se alargó con muchos más temas, algunos propuestos como ejemplo por el profesor otros por la inquietud de los alumnos: ¿debería la Iglesia pedir la prohibición de la prostitución o la pornografía?, ¿qué ocurre con el consumo de drogas? ¿y el comercio de armas? ¿y las relaciones comerciales con países dictatoriales? ¿y asesorar el voto a los creyentes?… la cosa da para mucho más.

El Via Crucis de los Evangelios


Es de sobra conocida la oración del Vía Crucis, el Camino de la Cruz. Se trata de una meditación sobre cada uno de los acontecimientos que sucedieron a Jesús desde el momento en que fue condenado a morir en cruz hasta que fue sepultado tras su muerte. A menudo se realiza de forma comunitaria y en muchas ocasiones en forma de procesión, tanto interior como exterior al templo.

Está estructurado en 14 pasajes o momentos del relato que se denominan estaciones, y en cada una se suele acompañar una reflexión, una pequeña oración letánica y también un Padrenuestro: Jesús condenado a muerte. Jesús carga con la cruz. Jesús cae por primera vez. Jesús se encuentra con su Madre. Simón de Cirene carga con la cruz. La verónica limpia el rostro de Jesús. Segunda caída. Jesús se encuentra con las mujeres. Tercera caída. Jesús es despojado de sus vestiduras. Crucifixión. Muerte. Jesús puesto en brazos de su madre. Sepultura.

El problema (si se puede decir así) es que sobre la pasión de Jesús existen tantos relatos de la devoción popular o provenientes de fuentes diversas, desconocidas o no, que muchas veces damos por pasajes evangélicos hechos que no aparecen mencionados por ninguno de los cuatro evangelistas.

Resulta muy curiosa la reacción de sorpresa de alumnos o conocidos míos cuando, al igual que con otras historias bíblicas, les digo cuales de ellos no aparecen en las Sagradas Escrituras. Así, de las 14 estaciones del Vía Crucis clásico, seis no aparecen en ellas y una “a medias”.

Vamos a relatarlas: De los cuatro evangelistas curiosamente sólo uno, Juan, afirma que Jesús carga con la cruz, los otros tres, Mateo, Marcos y Lucas afirman que desde el primer momento es Simón de Cirene quien la transporta.

Estos tres es evidente que no, pero ni siquiera Juan habla de las “caídas” de Jesús en el trayecto bajo el peso de la cruz, ni primera, ni segunda, ni tercera…

Jesús se “encuentra” con su madre cuando ya está en la cruz, no antes, y el pasaje de la Verónica, que limpia el rostro herido de Jesús de tal manera que este queda impreso en el paño es de una gran belleza y emotividad, pero tampoco aparece mencionado.

También la tradición ha dulcificado el pasaje del encuentro de Jesús con las mujeres, que algunos titulan como que el maestro “las consuela” cuando en realidad lo que hace es anunciarles una serie de sufrimientos a causa de la persecución que ellas y sus hijos padecerán por su causa.

Y mención aparte merece el pasaje que conocemos como “la Piedad”, esto es, María recibiendo el cuerpo sin vida de su hijo al descenderlo de la cruz. Ciertamente ninguno de los evangelistas lo menciona como tal, aunque es de toda lógica suponer que ocurriera así ya que cualquier madre abrazaría desconsolada el cuerpo sin vida de su hijo que acabase de fallecer y difícil sería encontrar a alguien sin entrañas que fuese incapaz de respetar, aunque sólo fuese por un breve instante, ese momento.

El Santo Padre (nunca mejor dicho) Juan Pablo II, de felicísima memoria, hizo su propia “versión” del Vía Crucis, con un contenido netamente bíblico. Se trataba de formular un Vía Crucis en el que todas las estaciones aparecieran tal cual  en los evangelios.

Pero Su Santidad lo que hizo fue “forzar” un poco su desarrollo. Primeramente empezó el relato del mismo con anterioridad a la condena, añadiendo como las cuatro primeras estaciones Getsemaní, el arresto, la condena del sanedrín y las negaciones de Pedro. Luego, siguiendo el relato, suprimió las ya citadas que no aparecen en la Biblia y añadió las de “Jesús flagelado y coronado de espinas”, “Jesús promete su Reino al buen ladrón” y “Jesús crucificado, su Madre y el discípulo” y añadió una decimoquinta estación incluyendo la resurrección.

Sorprendentemente una de las que eliminó también fue la de “Despojado de sus vestiduras”. Ciertamente la expresión no aparece como tal, en lo que sí coinciden los cuatro evangelistas es en indicar que una vez crucificado los soldados se repartieron sus vestidos. Es evidente por tanto que lo tuvieron que desnudar previamente, aunque no lo anotaron como tal.

crucifixión

¿Pero cual sería entonces el relato bíblico del Camino de la Cruz? Esto es, ¿cuales y cuantas serían las estaciones del Vía Crucis de manera que se incluyeran todos los acontecimientos y nada más que los acontecimientos que aparecen en los cuatro evangelios, desde la condena a morir en la cruz hasta la sepultura de Jesús?. La respuesta sería tan fácil (o tan difícil) como ordenar los que se narran en ellos en breves momentos o “estaciones”.

El relato de los mismos ocupa ciertamente poco espacio en la Biblia, medio capítulo de cada uno de los libros, la segunda mitad de Mateo 27, Marcos 15, Lucas 23 y Juan 19. Así que puesto que escribo estas lineas en la misma Semana Santa, en las vísperas del triduo pascual, voy a aprovechar para rememorar la Pasión y hacer mi propia ordenación y ya puestos a compartirla con aquellos que puedan leerlo. Lo titularé, como no podría ser de otro modo

Vía Crucis de los Evangelios

1ª Estación: Pilato entrega a Jesús para que sea crucificado (Mt 27, 26; Mc 15, 15; Lc 23, 24s; Jn 19,16). Poncio Pilato no formula una condena a muerte como tal, pero cede a las presiones y, tal como coinciden los cuatro evangelistas, entrega a Jesús para que lo crucifiquen.

2ª Estación: Los soldados hacen escarnio de Jesús y lo coronan de espinas (Mt 27, 27-31; Mc 15, 16-20). Los soldados romanos se llevan aparte a Jesús. Aunque previamente lo habían flagelado, ahora lo abofetean, escupen y se mofan de su condición de rey con gritos de salve y poniéndole una manta vieja como capa, una caña como cetro y, por corona cubren su cabeza con las ramas de un arbusto lleno de espinas.

3ª Estación: Jesús carga con la cruz (Jn 19, 17). Jesús sale de la ciudad con la cruz a cuestas.

4ª Estación: Simón de Cirene lleva la cruz de Jesús (Mt 27, 32; Mc 15, 21; Lc 23, 26). Simón regresa del campo cuando se encuentra con la comitiva y los soldados le obligan a cargar la cruz.

5ª Estación: Jesús se encuentra con las mujeres (Lc 23, 27-31). Las mujeres de Jerusalén lloran desconsoladas al ver a Jesús, pero él les anuncia que más llorarán por lo que hagan con sus hijos por su causa, de tal manera que envidiarán la suerte de las estériles.

6ª Estación: Jesús llega al Calvario y rechaza la bebida calmante (Mt 27, 33s; Mc 15, 22s). Antes de ser crucificado le ofrecen a Jesús una bebida sedante hecha a base de vino con hiel o mirra, pero Él lo prueba nada más, sin llegar a bebérselo, dando a entender que desea estar plenamente consciente en ese trance.

7ª Estación: Jesús es clavado en la cruz (Mt 27, 35 ; Mc 15, 24; Lc 23, 33; Jn 19, 18)

8ª Estación: Jesús contado entre malhechores (Mt 27, 38; Mc 15, 27s ; Lc 23, 32s ; Jn 19, 18). Otros dos condenados, delincuentes comunes, son crucificados a derecha e izquierda de Jesús, sin ninguna distinción de trato.

9ª Estación: Se reparten las vestiduras de Jesús (Mt 27, 35s; Mc 15, 28 ; Lc 23, 33 ; Jn 19, 23s). Los soldados, según la costumbre, se reparten las vestiduras de los crucificados, si están raídos los rompen para trapos. Pero la túnica de Jesús es de gran  calidad, cosida de una sola pieza, y deciden echársela a suertes.

10ª Estación: Jesús pide clemencia al Padre para los que lo crucifican (Lc 23, 34). Desde la cruz Jesús suplica “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

11ª Estación: Jesús en la cruz señalado como rey de los judíos (Mt 27, 37; Mc 15, 26 ; Lc 23, 38 ; Jn 19, 19-22). Pilato coloca un cartel en la cruz en tres lenguas distintas, hebreo, latín y griego, donde se lee “Jesús nazareno rey de los judíos”. Pese a las protestas de los sumos sacerdotes, lo mantiene tal cual ordenó en un primer momento.

12ª Estación: Jesús sufre burlas e insultos desde la cruz (Mt 27, 39-43; Mc 15, 29-32 ; Lc 23, 35s). Muchos de los presentes insultan a Jesús y le gritan que se salve a sí mismo bajando de la cruz si realmente es quien dice ser.

13ª Estación: Jesús promete su Reino al buen ladrón (Mt 27, 44; Lc 23, 39-43). Uno de los ajusticiados se suma a los insultos pero el otro le recrimina y  pide a Jesús que se acuerde de él en su reino. El maestro le contesta que ese mismo día estará allí con Él.

14ª Estación: Jesús entrega a María como Madre (Jn 23, 25-27). Jesús ve desde la cruz a su madre María y al apóstol Juan y le dice que la acoja como a su propia madre y ella a él como a su hijo.

15ª Estación: El cielo se oscurece (Mt 27, 45; Mc 15, 33 ; Lc 23 44). Como presagiando el fatal desenlace el cielo se oscurece y el sol queda eclipsado.

16ª Estación: Jesús clama ante la ausencia del Padre (Mt 27, 46-47; Mc 15, 34-35). Recitando el salmo 21 a voz en grito Jesús clama “Elí, Elí, lamac sabactaní” (Dios mio, Dios mio, ¿por qué me has abandonado?). Algunos al oírlo creen que está invocando al profeta Elías.

17ª Estación: Jesús sufre una fuerte sed (Mt 27, 48; Mc 15, 36; Lc 23, 44; Jn 19, 28). Probablemente con el desangrado Jesús sufrió una sed terrible, dolorosa, que le hace gritar “tengo sed” poco antes de fallecer. Los soldados al oírlo le acercaron una esponja empapada en vinagre.

18ª Estación: Jesús muere en la cruz (Mt 27, 50; Mc 15, 37; Lc 23, 46; Jn 19, 30). A voz en grito Jesús indica que sabe que todo está cumplido y acepta la voluntad del Padre, “entregando su espíritu”.

19º Estación: El velo del templo se desgarra en dos junto con otros prodigios. (Mt 27, 51-53; Mc 15, 38; Lc 23, 45). Nada más fallecer Jesús, el telón que separa el Sancta Sanctorum del templo, morada de Dios, se desgarra de arriba abajo, desapareciendo con él cualquier separación física entre Dios y los hombres, junto con otros signos como un fuerte temblor de tierra y apariciones de muertos

20ª Estación: El centurión reconoce la filiación divina de Jesús (Mt 27, 54; Mc 15, 39; Lc 23, 47). Tras ver los signos que acompañan a la muerte de Jesús y cómo Él fallece, el jefe de la guardia romana exclama que ese hombre era sin duda hijo de Dios.

21ª Estación: Una lanza atraviesa el costado de Jesús (Jn 19, 31-34). Para comprobar que efectivamente Jesús había muerto uno de los soldados atraviesa su costado con una lanza y al hacerlo brota de la herida sangre y agua.

22ª Estación: Los discípulos de Jesús contemplan a distancia su muerte (Mt 27, 50s; Mc 15, 45s; Lc 23, 48s)

23ª Estación: Jesús es sepultado (Mt 27, 57-60; Mc 15, 42-46; Lc 23, 50-53; Jn 19, 38-42). José de Arimatea, hombre rico, miembro del sanedrín pero también discípulo de Jesús, pidió permiso al gobernador Pilato para retirar el cuerpo y junto con Nicodemo y otros lo cubrieron en un sudario, lo depositaron en un sepulcro que tenía en la misma base de la colina y lo sellaron con una gran piedra.

Comentario anexo posterior: Si alguno deseara utilizar este modelo de Via Crucis para algún tipo de celebración o acto pero considerase que es demasiado largo, una sugerencia sería centrarse en la figura de Jesús y omitir aquellas estaciones en los que tiene un papel pasivo y/o secundario. Así se podría, por ejemplo, obviar las estaciones 8, 9, 11, 12, 15,  19, 20, 21 y 22, obteniendo por ello otro más resumido con 14 estaciones  (las mismas que el clásico y  una menos que el de Juan Pablo II):

1. Pilato entrega a Jesús / 2. Los soldados hacen escarnio de Jesús y lo coronan de espinas/ 3. Jesús carga con la cruz/ 4. Simón de Cirene lleva la cruz / 5. Jesús se encuentra con las mujeres/ 6. Jesús  rechaza la bebida calmante/ 7. Jesús es clavado en la cruz/ 8. Jesús pide clemencia al Padre para los que lo crucifican/ 9. Jesús promete su Reino al buen ladrón/ 10. Jesús entrega a María como Madre/ 11. Jesús clama ante la ausencia del Padre/ 12. Jesús sufre una fuerte sed/ 13. Jesús muere en la cruz/ 14. Jesús es sepultado

 

Añadido de la Semana Santa de 2017: Para el Viernes Santo de 2017 el Papa Francisco encargó a la biblista francesa Anne-Marie Pelletier le redacción del Vía Crucis. Pelletier, en la línea que hemos propuesto, elaboró un Vía Crucis de 14 estaciones cuyo contenido era netamente bíblico, aunque, como en el caso de Juan Pablo II, «forzó» el relato dando comienzo antes de la decisión de Pilato, empezando en la condena del Sanedrín, que sería la 1ª estación y añadiendo como 2ª la negación de Pedro, y también añadiendo una última en la que las mujeres van a preparar ungüentos para volver después del sábado. Eliminó pues las que no aparecen en la Biblia (las caídas, la Verónica, el encuentro con su madre en el camino…) pero al limitarse a 14 tuvo que omitir algunos hechos como varias de las frases de Jesús en la cruz (la intercesión por los que lo condenan, el «Elí, Elí, al buen ladrón, la sed sufrida, etc).

Este es el Vía Crucis de Pelletier y entre paréntesis el equivalente del «Vía Crucis de los Evangelios» propuesto en este artículo:

1ª estación: Jesús es condenado a muerte

2ª estación: Jesús es negado por Pedro

3ª estación: Jesús y Pilato (1ª Pilato entrega a Jesús para que sea crucificado)

4ª estación: Jesús rey de la gloria (2ª estación: Los soldados hacen escarnio de Jesús y lo coronan de espinas)

5ª estación: Jesús con la cruz a cuestas (3ª estación: Jesús carga con la cruz)

6ª estación: Jesús y Simón de Cirene (4ª estación: Simón de Cirene lleva la cruz de Jesús)

7ª estación: Jesús y las hijas de Jerusalén (5ª estación: Jesús se encuentra con las mujeres)

8ª estación: Jesús es despojado de sus vestiduras (9ª estación: Se reparten las vestiduras de Jesús )

9ª estación: Jesús es crucificado (7ª estación: Jesús es clavado en la cruz)

10ª estación: Jesús en la cruz es humillado (12ª estación: Jesús sufre burlas e insultos desde la cruz)

11ªestación: Jesús y su Madre (14ª estación: Jesús entrega a María como Madre)

12ª estación: Jesús muere en la cruz (18ª estación: Jesús muere en la cruz)

13ª estación: Jesús es bajado de la cruz (23ª estación: Jesús es sepultado)

14ª estación: Jesús en el sepulcro y las mujeres

 

La Iglesia, el SIDA, el condón y la estupidez.


En un artículo anterior escribí cómo explicaba a mis alumnos (en estos momentos no ejerzo como profesor a mi pesar) por qué la Iglesia no considera lícito el uso de anticonceptivos, pero además sobre estos, y en concreto sobre el preservativo, se abre otra cuestión: la prevención del SIDA y las demás enfermedades de transmisión sexual (ETS´s como se abrevia ahora).

De mi amor por la ciencia y de aquella maravillosa asignatura que estudié en la facultad y de la que guardo tan grato recuerdo, Filosofía de la Ciencia, hace ya mucho tiempo que descubrí la diferencia entre la objetividad y verdad de la ciencia y la subjetividad e incluso en ocasiones las mentiras de muchos científicos.

Recuerdo por ejemplo los científicos nazis que justificaban las tesis racistas de Hitler. Eran realmente científicos brillantes, médicos y físicos de una gran preparación, pero eran antes nazis que científicos y retorcían sus conocimientos técnicos supeditándolos a su ideología política.

Hoy mismo me sigue sorprendiendo y doliendo (¡y cómo!) los médicos abortistas, que obvian todos sus conocimientos sobre desarrollo fetal o las más mínimas bases de la genética por participar de un sangriento y tan lucrativo negocio.

 El Centro Nacional para la Prevención y Control del Sida realizó ayer, en la Plaza de la Constitución, el cierre de una campaña nacional para desestigmatizar el uso del condón y combatir la homofobia. A lo largo de las jornadas informativas en diversos estados del país participaron grupos teatrales y compañías de danza. Este viernes se repartieron ayer en el Zócalo miles de preservativos

De igual manera hoy escucho una frase elevada a la categoría de axioma a base de repetirla, probablemente siguiendo la táctica del ministro de propaganda nazi Goebbles que afirmaba que una mentira mil veces repetida se convierte en verdad: Como el Sida se transmite por vía sexual, el condón frena esa transmisión y la Iglesia prohíbe el uso del condón, concluimos que la Iglesia es por tanto la responsable de cientos de miles de muertes producidas por esta enfermedad.

Y lo peor de todo, volviendo a la subjetividad de los científicos, es que a semejante estupidez se adhirió todo un premio Nóbel en una conferencia pronunciada en la Universidad de Valencia… juro que se me cayó el alma a los pies… ¡hasta los premios Nóbel llega la sinrazón más absoluta!. De todas maneras, aunque me parece obvia la estupidez de la frase, me veo en la “obligación” de explicarla en estas líneas.

Para empezar es evidente que la Iglesia no es ningún juez ni ningún gobierno para prohibir nada. La Iglesia, desde su fe, ilumina la moral y define que comportamientos son lícitos o no. Luego cada persona podrá en su libertad seguir dichas indicaciones o no. Se supone que los creyentes así lo haremos (aunque ese es otro tema) y los no creyentes podrán hacerlo o no.

Pero lo gracioso (si se puede decir así) es que la Iglesia no se limita a considerar ilícito el uso de los métodos artificiales de anticoncepción, si no que igualmente lo hace con toda relación sexual extramatrimonial, sea adulterio, relaciones previas, promiscuidad, prostitución, pornografía, contactos con personas del mismo sexo, masturbación, cualquier tipo de perversiones… y cómo no, violaciones y abusos (vuelta al artículo antes citado).

Por tanto, en el supuesto hipotético que la totalidad de la humanidad viviera su sexualidad conforme a las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia no existirían las ETS´s. Dicho de otra manera, si yo me lo monto con mi señora y sólo con ella y viceversa, tal como me enseña la Iglesia, no hay ninguna posibilidad de contagio por vía exclusivamente sexual. Y si toda la humanidad se comportara de esta manera, las ETS´s desaparecerían rapidísimamente o, mejor dicho, nunca se habrían producido.

Existen además datos estadísticos que lo corroboran. Las políticas de reparto de preservativos a mansalva no han conseguido ningún resultado significativo en el freno del SIDA, sin embargo, en algunos países centroafricanos que han hecho campaña por la “fidelidad conyugal” y desde criterios puramente sanitarios y no morales, los resultados han sido muchísimo más satisfactorios.

Pero volviendo al razonamiento de marras, culpar a la Iglesia del avance del SIDA por “prohibir” el uso del preservativo equivale a suponer que hay gente que le pondrá los cuernos a su señora o que se irá de putas pero eso sí, “a pelo” por que los curas han dicho que el condón es malo. Como si del adulterio o la prostitución no hubiesen dicho nada o incluso los hubiesen recomendado cono ejercicio anti-stress… ¿A alguien le cabe en la cabeza semejante estupidez?… o mejor dicho ¿a alguien le cabe en la cabeza que semejante estupidez le quepa en la cabeza a personas inteligentes, con conocimientos científicos e incluso premios Nóbel?

A Benedicto XVI le liaron una muy grande (que atrevida es la ignorancia) cuando comentó que el uso del preservativo se podría entender en el caso de una prostituta, porque lo grave en este caso no es el preservativo, si no el ejercicio de la prostitución y sus consecuencias.

A mis alumnos para explicarles esto les hago una especie de cuento: Un periodista le pregunta al cura del pueblo, -¿Padre, es bueno que me ponga condón si me voy de putas? – Hijo mío, no sólo es bueno, es necesario, lo que es malo es que te vayas de putas. Y al día siguiente el periodista publica en primera plana “Sacerdote considera bueno y necesario el uso del preservativo en algunos casos”.

Recuerdo una anécdota que pudiera resultar significativa. Unas monjitas misioneras en una población centroafricana, alarmadas ante los estragos del SIDA entre la población indígena decidieron “con buena intención” desobedecer las enseñanzas del Magisterio y repartir preservativos entre los varones. Estos, con una lógica distinta a la occidental, entienden la consecuencia inmediata de un hecho (si estoy bajo la lluvia sin paraguas, acabo mojado) pero no tienen el concepto de “consecuencia remota” y no entienden que la enfermedad que me ha aparecido hoy es la consecuencia de una visita que hice al prostíbulo hace medio año.

Por tanto ninguno utilizó los condones en sus relaciones, puesto que además les restaban placer (por mucho que los señores de Durex se empeñen en decir lo contrario) pero descubrieron la resistencia y elasticidad del látex y los usaron… para transportar agua, ¡hasta dos litros era capaz de aguantar un condón!. Con esto las monjitas estuvieron a punto de crear una intoxicación a gran escala puesto que los lubricantes y espermicidas con los que se rocían los preservativos pueden ser  altamente tóxicos si se ingieren.

Iglesia y homosexualidad


  • Profesor, ¿por qué la Iglesia discrimina a los homosexuales?

  • No seas manipulador – contesto con una sonrisa – ya estás condicionando la respuesta en tu pregunta, dando por hecho que es cierta

  • ¿Pero no lo es?

  • No, evidentemente. Una cosa son los homosexuales, que son personas y por tanto hijos de Dios y amados por Él y otra cosa es la valoración moral que se haga de la homosexualidad.

  • Bien, entonces… – interviene otro alumno – ¿por qué la Iglesia rechaza la homosexualidad?

  • Cómo os he comentado en otras ocasiones, la relación sexual lícita es la que se produce entre un hombre y una mujer en el matrimonio y abierta a la vida. Cualquier otro uso de la sexualidad, relaciones prematrimoniales, adulterio, pornografía, relaciones con personas del mismo sexo, anticonceptivos artificiales, contactos ocasionales, masturbación, amancebamiento, poligamia… quedaría por tanto fuera de la moral… no digamos ya la violación o los abusos.

  • ¿Pero eso no discrimina a los homosexuales?

  • No es una cuestión de discriminación… sería cómo decir que la Iglesia discrimina a los que se masturban o a los que viven juntos sin estar casados… y no es así, si no que se trata de qué conductas son consideradas lícitas y cuales no.

5.0.2

  • ¿Pero si uno nace homosexual no puede ser cristiano?

  • Vamos a ver- contesto- uno no nace homosexual, la conducta homosexual no es natural, es aprendida… – algunos se remueven en sus sillas cuando les dices algo como esto que no es políticamente correcto o no es lo que les han dicho en la tele o incluso otros profesores- es decir existen circunstancias que pueden llevar a desarrollar ese comportamiento, pero no es que nazcas así, vamos, cuando tienes un hijo el médico te dice “ha sido niño… ha sido niña” nunca te dice “ha tenido usted un homosexual… es una lesbiana preciosa”- risas

  • Pues yo he visto un reportaje en la tele que decía que hay muchos animales que son homosexuales…

  • Bueno, en primer lugar eso no es cierto, pero aunque lo fuera la conducta animal no es una referencia moral para el ser humano, en muchas especies existe el canibalismo y el incesto y eso no te autoriza a comerte a tu colega o a montártelo con tu abuela… – más risas

  • ¿Pero entonces es mentira lo que dicen esos documentales?

  • No lo sé, habría que verlos… pero lo más probable es que tu hayas visto algo como que en algunas especies, muy pocas, puede darse una monta entre machos bien como signo de dominación o bien ante la ausencia de hembras… que es algo bien distinto de una conducta homosexual – cara de escepticismo – para que me entiendas, no existe un sólo pollo que pudiéndoselo montar con las gallinas del corral se vaya a la granja de al lado a hacérselo con otro pollo- siguen las risas.

  • Pues yo he conocido algunos que ya desde niños se nota que son mariquitas…

  • Vamos a ver, debéis tener cuidado en no confundir los términos… una cosa es una persona afeminada y otra una homosexual… de hecho podéis haber visto homosexuales con mucha “pluma” y otros con ninguna o heterosexuales amanerados en sus formas…

  • ¿Y eso?

  • Si un niño se cría con su madre, su abuela y sus tres hermanas mayores y su padre es un vendedor que pasa días enteros fuera de casa, es probable que adquiera las formas de hablar y de comportarse propias de las chicas… y eso no tiene nada que ver con la homosexualidad… o si un niño es gordito y su obesidad disminuye sus niveles de testosterona tendrá un carácter más “blandito”, que tampoco tiene nada de homosexual…

  • ¿Entonces por qué existen homosexuales?

  • Dejame que te niegue la mayor- le digo – y decir que no existen “homosexuales” – recalco – si no personas que han desarrollado una conducta homosexual…

  • Vale, ¿pero por qué?

  • Los estudios que se han hecho son en su mayoría sobre la homosexualidad en el varón, así que trataré de explicaros esta, lo de las lesbianas está menos estudiado, pero pueden concurrir diversas circunstancias… – en estos momentos la atención es máxima, los chavales están oyendo una y otra vez que la homosexualidad es algo natural, que da igual ser homosexual que heterosexual… pero en lugar de apaciguarlos eso les crea inquietud, por lo que están ansiosos de que alguien les dé una explicación más allá de lo políticamente correcto.

  • Por un lado – prosigo – se dan casos en los que la conducta homosexual ha sido inducida por otro chico, son muchos los que confiesan haber tenido su primer contacto sexual en la pubertad con algún chico 6, 10 o más años mayor que ellos…

    En otros casos se da por una identificación con el rol sexual de la madre, muchas veces por ausencia del padre. Incluso cuando yo estudiaba psicología una profesora e investigadora de la conducta sexual humana nos dio a conocer un estudio, que difícilmente se encontraría hoy en día, que decía que la práctica totalidad de los chicos con conducta homosexual tenían madres de carácter dominante y padres sumisos, es decir, como una “inversión” de los papeles.

    Existe otro tipo de condicionante químico-hormonal, una mujer que haya recibido un tratamiento hormonal estando embarazada puede dar lugar a que su hijo tenga un desarreglo en ese sentido y una “tendencia”, ojo, no una “determinación” a sentir cierta inclinación por personas de su mismo sexo…

    Y luego está el que creo que es el más triste, la moda, el vicio, la falta de freno ante la propia libido… ahora con chicas, ahora con chicos… más adelante con… bueno, cualquier perversión- se produce un silencio casi tenso, los alumnos se muestran entre aliviados e intrigados, como si desearan saber mucho más, cosa que naturalmente es algo estupendo para un profesor.

  • Pero entonces… -pregunta un chico- si se da alguno de los casos   que has dicho… el que sale homosexual no es que sea su culpa, por así decirlo…

  • Evidentemente – contesto – además creo que yo no he hablado en ningún caso de culpas.

  • Ya, pero… si no es culpa suya… ¿por qué la Iglesia no puede aceptarlos tal cual?… no digo ya casarse, pero que puedan tener su pareja o que puedan comulgar… por ejemplo. ¿que pasa si alguien dice, no sé, “a mi me gustan los chicos, pero creo en Jesús y quiero ser cristiano”?

  • Esa es realmente la cuestión, y no es fácil- máxima atención en el aula- Porque lo importante es que el “homosexual” es una persona, y como tal Dios lo ama profundamente, tal cual es, pero además es una persona que sufre… tanto por el conflicto interno que padece entre su naturaleza y su conducta como por la relación con los demás, que en ocasiones puede ser de desprecio, por lo que deben ser tratados con el máximo amor y la comprensión por parte de la Iglesia, tal como los ama Dios. Pero lo que creo que te refieres es a por qué no darles “licencia” para vivir así ¿no?

  • Sí, claro.

  • Porque eso sería no amarlos realmente… la conducta homosexual va contra el propio ser profundo del hombre, contra el plan de Dios… y eso por tanto más que aliviar su sufrimiento lo que hace es agrandarlo… no es de extrañar el alto porcentaje de suicidios entre este colectivo.

  • ¿Pero entonces se tienen que fastidiar y ya está?

  • No, eso no es cristiano. Por un lado existen multitud de personas que tras una terapia adecuada – y esto no es políticamente correcto – han reaprendido a vivir su sexualidad de modo heterosexual y se manifiestan agradecidos y, lo que es más importante y así lo manifiestan, “liberados”. Por otro, si alguien es cristiano y plenamente consciente de la voluntad de Dios para sí pero descubre en su persona una atracción hacia otras de su mismo sexo, las vivirá en castidad, que como ya os he dicho otras veces no es una forma de fastidio o prohibición, si no de libertad y dominio de sí.

  • ¿Pero eso supone una diferenciación clara con los heterosexuales?

  • No, para nada, tanto para aquellos que se consagran a Dios en la vida sacerdotal o religiosa renunciando a las relaciones, como a los casados, que renuncian a cualquier relación sexual con los miles de millones de personas del mundo excepto su propio cónyuge, la castidad, que no es más que vivir la sexualidad conforme a la moral, es una gracia, un don de Dios…

El demonio me habla todos los días


En cierta ocasión un alumno, tras leer en clase un pasaje del Evangelio en que aparecía Satanás, soltó

  • Pues yo no creo que el demonio exista

  • Entonces él ya ha ganado la partida- le contesté

  • ¿Por qué?

  • Pues porque una de las grandes victorias del demonio en esta generación no es que la gente le sacrifique pollos, es precisamente que muchos crean que ha dejado de existir o que no ha existido nunca.

  • ¿Pero eso es una victoria? -me responde sorprendido- más bien sería una derrota ¿no?

  • Todo lo contrario, si tú tienes un enemigo que te engaña, te roba o que te hace daño sin que lo conozcas pensarás que todo eso te ocurre por casualidad, por mala suerte o por que la vida es una mi…longa, pero nunca podrás derrotarlo y seguirá por tanto impune.

  • ¿Entonces tu crees que sí existe?

  • Ya te digo, me habla todos los días

 Peligro

En ese momento se produce un silencio expectante pensando tan solo por un segundo que tengo una especie de visiones del infierno o que simplemente estoy esquizofrénico, pero enseguida caen en la cuenta, en especial los que ya me conocen, que la realidad será mucho más asequible, más cotidiana, pero aún así queda la sorpresa.

  • ¿Y cómo es, de color rojo con cuernos y rabo y un tridente?

  • Ojalá. Si fuese así lo veríamos llegar de lejos. No, para empezar el demonio es un espíritu y por tanto no es material, y en segundo se te presenta como tu mejor amigo – esta explicación causa mas extrañeza en ellos que si les hubiese confirmado lo del bicho con cuernos y rabo, tengo que seguir- me refiero a que el demonio lo que pretende es que te rebeles contra Dios y contra los demás, y para ello te dirá muchas cosas que te gustaría oír…

  • ¿Que me gustaría oír? ¿cómo que soy muy guapa o que me va a tocar la lotería?

  • No, no, pero es muy bueno – río – cosas más concretas… como que tú tienes razón y que tu madre no es nadie para decirte lo que tienes que hacer, o que tu hermana es una aprovechada y tendría que ser ella la que tirase la basura – risas- o por qué tienes que hacer lo que te digan los profesores si todos son unos capullos – más risas – y tú harás lo que te salga de las narices. O es el que te dice al oído cosas como “yeh, ahora que no están tus padres en casa, ¿por que no te pones una porno y te das un homenaje?, que te lo mereces, tío” – algunos de los chicos no saben si reír o bajar la vista avergonzados.

  • ¿Y a ti que te dice?

  • Bueno, creo que eso se lo diré a mi confesor, pero sin entrar en detalles me dice cosas como que si discuto con mi mujer es porque ella no se ha dado cuenta de que siempre tengo razón, que gane lo que gane merezco siempre mucho más y cosas así…

  • ¿Pero lo que te dice es verdad?

  • Por supuesto que no, pero es muy hábil mezclando la mentira con partes de verdad, porque a fin de cuentas, tal cómo os he dicho, lo que te dice es lo que te gustaría oír, lo que te halaga.

Los chavales están muy interesados en el tema, hablan entre sí incluso atropellándose entre ellos

  • Mirad – les digo tratando de retomar el control – Vamos a ver si queréis cómo explica la Biblia la actuación del demonio. Seguro que recordáis la historia de Adán y Eva

  • ¿Pero esa historia no es falsa?

  • Puede que no sea histórica, pero lo que explica, su “moraleja” si queréis, contiene más verdad sobre el hombre, la mujer, Dios o el pecado que todos los libros de filosofía juntos. Pero prosigamos, según el relato de la Biblia Dios crea a Adán y Eva y los sitúa en un jardín dónde tienen todo lo que necesitan y pueden hacer lo que quieran, lo único que les prohíbe es comer del árbol “de la ciencia del bien y del mal”- los chavales siguen atentos el relato aunque se lo conocen bien, la cosa marcha – porque morirán.

    En eso se acerca la serpiente a Eva y le dice “¿por qué Dios os prohíbe comer de los árboles del jardín?”. Fijaos bien, el demonio empieza con una mentira, se acerca y te dice “¿por qué Dios te prohíbe cosas, por qué te pone normas, por qué no te deja ser feliz…?”. Eva no cae en el engaño en un primer momento, pero comete un error, le contesta, y cuando entras en diálogo con el demonio la has… fastidiado. Así que le responde “no nos prohíbe todos los árboles, sólo que no comamos de éste para que no muramos”, es cómo si dijéramos “no, Dios no te prohíbe ser feliz, al contrario, queire que disfrutes de la vida pero para ello hay cosas que sabe que no debes hacer”, a lo que la serpiente le insiste “no moriréis, qué va, lo que pasa es que Él sabe bien que si lo hacéis se os abrirán los ojos”, en este caso los ojos son un símbolo de la mente, del entendimiento, “y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal” ¿Os habéis fijado?

  • ¿En qué?

  • Es lo mismo que te sigue diciendo hoy en día, que tú tienes que ser quien decida lo que está bien y lo que está mal, que si algo te apetece lo haces y punto, nadie tiene por qué prohibírtelo, ni tus padres, ni los curas, ni nadie, ni siquiera Dios… qué tú decides qué es o no es pecado… – los chicos asisten con la cabeza casi sin darse cuenta – Es en ese momento cuando Eva mira el fruto del árbol y se da cuenta que es “agradable a la vista y apetecible de probar”… claro, si el demonio quiere que peques no te mostrará algo asqueroso y repugnante, si no algo que te resulte atractivo, que tonto no es – risas – y Eva cae, así se llama el relato, la caída, y come y da de comer a Adán y entonces ¿qué ocurre?

  • Que se dan cuenta de que están desnudos y se tapan con hojas…

  • Exacto, y no es que estuviesen zumbados y pensasen que iban vestidos, es un símbolo de que descubren al pecar su debilidad, su miseria, su vergüenza… esa misma mala leche que sientes cuando has pecado, esa insatisfacción que te queda cuando has hecho lo que te ha dado la gana aunque te lo habían prohibido y que tanto te confunde – de forma casi imperceptible los alumnos siguen asistiendo con la cabeza – y de ahí deriva en la imposibilidad de reconocerte pecador, cuando Dios le pregunta a Adán le echa la culpa a Eva y cuando se lo dice a ella, esta culpa a la serpiente…. ¿No hacéis lo mismo vosotros?, “sí, yo le insulté, pero es que él…” “le había quitado su chaqueta, pero ella antes…”

  • Pero eso no tiene que ser el demonio, eso son… cosas que pasan.

  • Vale, pongamos que esos son “cosas que pasan”… pues intenta poner un nombre a “esa cosa que tienta a la persona a querer ser autónomo moralmente pero en lugar de sentirse realizado lo que consigue es desarrollar el egoísmo y le produce una insatisfacción vital profunda”…

  • No creo que tenga nombre

  • Claro que lo tiene, es el demonio, lo que pasa es que mientras tú sigues esperando que tenga forma de bicho de peli de miedo lo que actúa es un espíritu, que quiere en el fondo que desobedezcas a Dios, ese es su cometido.

  • Pero entonces, ¿se puede hacer algo?

  • Claro, tal como dijo San Pablo, ponerse la armadura y las armas de Dios y combatir

  • ¿Cómo en una película o un video juego?

  • Algo parecido, sólo que eso lo dejaremos para la clase siguiente…

Tengo en mi mano la prueba de la existencia de Dios: un bolígrafo.


 Según el plan de estudios actual de la enseñanza de la Religión en España, en el 2º curso de secundaria, con 12-13 años, se estudia el hecho religioso, la capacidad de trascendencia del hombre y su posibilidad de conocer a Dios, la diferencia entre lo profano y lo sagrado, que mediaciones hay entre Dios y los hombres… temas estos que se vuelven a retomar tres años más tarde en el primer curso de bachillerato. Son ciertamente asuntos muy importantes e interesantes, pero que no resultan sencillos de explicar, a menos a priori.

En Bachillerato, con los alumnos más mayores y en teoría más formados trato de entrar en estos temas en profundidad, definiendo y profundizando en cada concepto, pero para los alumnos del primer ciclo he de hacerlo de forma más superficial y que apele más a su experiencia. Así que utilizo uno de esos recursos que llaman su atención y que les impacta.

  • Vamos a ver, el ser humano puede llegar al conocimiento de la existencia de Dios, de hecho tengo aquí mismo la prueba de que Dios existe.

  • ¿De verdad?- responden los chicos entre incrédulos y sorprendidos

  • Por supuesto, ¿queréis que os la enseñe?

  • ¡Claro!

En ese momento y de forma totalmente teatral introduzco mi mano en el bolsillo y con un gesto solemne extraigo un bolígrafo y levantando el brazo lo muestro a toda la clase

  • Aquí lo tenéis…esta es la prueba…¡Dios existe!

 boligrafo

Los chavales me miran estupefactos tratando de adivinar cuanta marihuana habré fumado esa mañana. Haciéndome el sorprendido ante su perplejidad continúo

  • ¿Qué pasa, acaso no lo veis?

  • ¡Pues no!- Gritan todos al unísono

  • ¿Cómo que no?. Veamos, lo que tengo en mi mano es un objeto común ¿verdad?

  • Pues sí.

  • Según mis sentidos puedo comprobar que se trata de un objeto pequeño – lo observo como si estuviese realmente realizando un estudio minucioso de él – formado por dos cilindros concéntricos… el interior posee una sustancia viscosa de color oscuro y un dispensador en la punta- los chicos en ese momento ya no tratan de adivinar mi estado de salud, están convencidos que padezco un trastorno profundo desde mi nacimiento, continúo- Por mi capacidad de inteligencia y memoria sé que el objeto se llama bolígrafo y que está hecho en un material llamado plástico que no existe en la naturaleza y que es totalmente utilitario cuya principal misión es facilitar la escritura.

Hasta ahora mis alumnos siguen el hilo de la argumentación con el más probable pensamiento de averiguar cómo leches voy a relacionar todo eso con la existencia de Dios.

  • Pero todo eso me hace sorprenderme y maravillarme de la capacidad del ser humano que es capaz de crear materiales que no existen. Además detrás de ese simple objeto seguro que se encuentra un ingeniero o un diseñador industrial que ha estudiado durante años y años para conseguir la realización de un objeto aparentemente simple pero que resulta genial en su utilidad. Es increíble por tanto el ser humano, su capacidad de esfuerzo, de inventiva, de creación…

Algunos de los chavales empiezan a darse cuenta de los nuevos matices de mi discurso.

  • El hombre, que gran ser, una simple suma de átomos, que a fin de cuentas son exactamente los mismos que los de una boñiga de vaca- risas – pero con capacidad de crear, de trabajar, de ilusionarse, de proyectarse a sí mismo en el futuro… Pero, un momento – adopto una falsa postura del que acaba de tener una gran ocurrencia – si tan solo es una suma de sustancias como los de la boñiga, ¿de dónde le vienen tantas capacidades, tanto poder?, por que a sí mismo no se las ha podido dar, si no todas las boñigas de vaca serían premios nóbel – más risas – es más, ni siquiera sería capaz de crearse a sí mismo, tiene que a haber alguien externo a él que lo haya creado y le haya proporcionado todo

Casi todos los chavales ya han pillado por dónde voy.

  • Y ese alguien tiene que ser muy poderoso, todopoderoso diría yo, para crear y dar tantos dones a un simple conglomerado de sustancias… y además tiene que ser muy bueno, todo bondad diría, por que si no es así no se entiende como le ha pasado tanto de su propio poder, como hecho a su imagen… la bondad máxima, todo él amor.

Ya no queda nadie que no haya pillado la idea, así que concluyo.

  • Un momento… – me hago el sorprendido con mi misma argumentación- un ser todopoderoso, de amor, que ha creado al hombre a su imagen y lo ha dotado de tantos dones… sólo puede ser Dios, ¡Dios existe, es cierto!… ¡y tengo la prueba en mi mano! – y vuelvo a levantar el bolígrafo con un gesto parecido al del capitán del Valencia levantando la copa de Campeón de Europa.

Alguno de los chicos celebran mi ocurrencia, otros, los más “duros” gesticulan como si aquello no fuera con ellos.

La capacidad del ser humano para llegar al conocimiento de Dios, la facultad del hombre de conocer su realidad y de trascender a ella por su dimensión espiritual, el paso de lo profano a lo sagrado, las mediaciones entre Dios y su criatura como el conocimiento de sus propias capacidades… todo ello a través de la observación de un bolígrafo… uhm, no está nada mal.

El autobús de los agnósticos


Es muy normal que los chavales pregunten en clase sobre las últimas noticias relacionadas con temas de religión que hayan visto en la tele, en especial si son curiosas o llamativas. Es probable que si en estos momentos estuviese en activo, los chicos me preguntasen que es eso que ha dicho el Papa sobre el buey y la mula del Belén, pero no es el caso.

Pero hace unos años hubo un suceso de este tipo. Una autodenominada “asociación de agnósticos y librepensadores” (no sé si este era exactamente el nombre pues escribo de memoria, pero por ahí iban los tiros) realizó una campaña publicitaria en los autobuses de Londres con grandes rótulos en los que se leía “Probablemente Dios no existe. Ahora deja de preocuparte y disfruta tu vida”.

Esta campaña tuvo una amplia repercusión de todo tipo, asociaciones que sufragaron en España la campaña traduciendo el lema al español, creativos con mucho sentido del humor que hicieron fotomontajes con los más absurdos lemas o viñetas humorísticas, como aquella de Mingote que rezaba en el autobús “Probablemente Dios no existe. Disfruta de la Semana Santa de Sevilla” u otra cuyo autor no recuerdo que decía “Autobús nihilista: Probablemente tú no existes. Disfruta la vida”. Incluso también hubo algún grupo creyente que realizó la campaña en sentido contrario con el lema “Dios sí existe. Disfruta de la vida en Cristo”.

lema agnóstico

Pero volviendo al aula, los chavales me preguntaron directamente en clase sobre mi opinión al respecto. Naturalmente me gusta que surjan esas cosas porque detrás de la simple curiosidad pueden salir cosas muy interesante para que las conozcan los chicos.

Además yo tengo la costumbre, a diferencia de otros compañeros, de seguir el programa oficial de la asignatura y dar en cada curso los temas que corresponden. Se da la circunstancia que las nociones de agnosticismo y ateísmo, así como las grandes corrientes filosóficas en contra de la existencia de Dios, como las surgidas de Freud, Marx o Nietszche, o aquellas que por el contrario reformulan en clave filosófica la antropología cristiana, como el personalismo francés, no se estudian hasta el bachillerato, justo el curso que por sus características presenta el número más bajo de matriculación de alumnos en la asignatura de religión.

Así que la pregunta me permitía explicarles cosas que probablemente no volverían a tratarlas en clase nunca más.

  • Pues la campaña resulta en sí contradictoria en todos los aspectos- contesté al alumno en cuestión sabiendo que mi respuesta no era más que una forma de generar nuevas preguntas.

  • ¿A qué te refieres?

  • Para empezar la campaña ha sido promovida por un grupo de agnósticos. ¿Sabéis que significa esta palabra y cuál es la diferencia entre un agnóstico y un ateo?- los chicos ponen cara de ignorancia- . Un ateo es aquél que afirma que Dios no existe. Un agnóstico es el que afirma que el mismo concepto de Dios sería incomprensible para el ser humano, por lo que tanto si existe como si no, nunca lo podríamos saber con certeza, por lo que de nada vale plantearse si existe o no.

  • ¿Pero en la practica no sería lo mismo?

  • Probablemente tengas razón, tanto un ateo como un agnóstico harán su vida al margen de Dios.

  • ¿Entonces por qué es contradictoria la campaña?

  • Pues para empezar empieza con la palabra “probablemente”, es decir, es una cuestión de probabilidad.

  • ¿Y?

  • Pues en todas las cuestiones de probabilidad cabe una opción y su contraria

  • No entiendo

  • Verás, si yo digo “probablemente Dios no existe” también estoy afirmando “probablemente Dios sí existe”. Hay una probabilidad de que su existencia sea cierta y otra de que no, con lo que no estoy afirmando nada en concreto.

  • Pero la campaña creo yo que no pretende afirmar nada, si no que dice que no te preocupes por ello…

  • Exacto, si no debe preocuparte la existencia de Dios, y de eso se trata el agnosticismo, ¿por qué te preocupas en organizar una campaña publicitaria y gastarte decenas de miles de libras en algo que no debe preocuparte? El mensaje que estás transmitiendo es por tanto lo contrario de lo que afirmas “me preocupo tanto por la probabilidad de la existencia de Dios que hasta me he gastado una pasta colocando estos carteles en los autobuses”- risas.

  • Pero es que aún no acaba la contradicción en la frase- prosigo- si no que el lema termina diciendo “disfruta tu vida”

  • Pero eso no es contradictorio, ¿no? Es como un lema en positivo

  • Si solo dijéramos eso, sí, pero la frase viene toda junta “disfruta de tu vida ahora que te he dicho que probablemente Dios no existe”

  • ¿Y?

  • Pues resulta que en la práctica es justo al revés. Los que disfrutan plenamente de la vida, los que le encuentran sentido y los que afirman que son felices son precisamente los que tienen la experiencia de la existencia de Dios. “Ahora que has descubierto que Dios existe podrás disfrutar plenamente de tu vida”

  • Pero eso es lo que diría un creyente, los ateos dirían que ellos son felices también…

  • ¿Seguro?- le inquiero- Fíjate que yo a lo largo de mi vida a los únicos que he oído decir que son felices eran creyentes, y a los que no lo son siempre les he escuchado cosas como “hombre, la felicidad como tal no existe, solo hay ratos buenos y malos” o “la vida no tiene ningún sentido” o directamente “la vida es un asco” (por no decir otra cosa más fuerte)…

Los chavales quedan en silencio, meditando, también ellos han escuchado muchas veces frases iguales o parecidas…

Por supuesto las preguntas no quedaron ahí, cuando los adolescentes abren el cajón de los temas trascendentales es más fácil que se cierre con el timbre de final de clase que con su total satisfacción. Bendito sea Dios.

¿Por qué la Iglesia prohíbe los anticonceptivos?


  • Profesor, ¿Por qué  la Iglesia prohíbe los anticonceptivos?
  • Bueno, no creo que “prohibir” sea el término adecuado, la Iglesia no es un juez o un gobierno para prohibir nada, pero si que es cierto que los cristianos consideramos ilícito el uso de medios que sean directamente contrarios a la fecundación.
  • ¿Pero por qué?
  • Bueno, para responder a esa pregunta habría que tener en cuenta que el hombre no solo tiene una dimensión terrena, si no también eterna y sobrenatural -esto les suena a chino- Veréis, los esposos no son los dueños de sus hijos o unos meros fabricantes de niños, son, o deben ser, colaboradores de Dios en la transmisión de la vida humana, por eso para un matrimonio cristiano se convierte en un deber más que una opción.
  • ¿Y debemos tener los hijos que Dios quiera?
  • Bueno, en principio esa es la idea, los hijos son una bendición de Dios, aunque a veces os empeñéis en parecer lo contrario – risas- por eso debes estar dispuesto a recibir y agradecer los hijos que Él te mande como lo harías con cualquier otro don.
  • ¿Entonces sólo hay que hacer el amor para tener hijos?
  • No necesariamente, tened en cuenta que la relación sexual además del aspecto procreador tiene otro aspecto, el unitivo, el de la unión de los esposos. En el acto sexual el hombre y la mujer se unen en uno solo, tanto física como espiritualmente, es una donación mutua, una entrega del uno al otro. Por eso los esposos pueden y deben mantener relaciones aunque por edad o cualquier otra circunstancia ya no sean fértiles. Pero el hombre no es quien para separar deliberadamente esos dos aspectos.
  • Pero hoy en día eso es una barbaridad, ¿Y si Dios quiere que tenga 15 hijos?
  • Bueno, puede que quiera que tengas 15 ó 2 ó ninguno… eso no lo puedes saber de antemano.
  • Ya, pero me refiero a que hoy en día cuesta mucho dinero criar un hijo…
  • Si, eso dicen… todo hijo supone un gasto económico evidente, pero si os fijáis la situación económica familiar en general no es un factor a la hora de tener más o menos hijos, me refiero a que las familias ricas no tienen más hijos que las pobres…
  • ¿Pero si realmente no te lo puedes permitir?
  • Esa palabra es la clave… “realmente”. En ocasiones no es que un matrimonio tenga o no tenga capacidad económica para criar un hijo, si no que no quiere renunciar a un tipo de vida o status por criar a un hijo… pero bueno, supongamos que es así, de hecho la Iglesia es la primera que reconoce que no sólo por circunstancias económicas, si no también psicológicas, de condiciones de trabajo o vivienda, etc. en ocasiones recibir un nuevo hijo puede ser fuente de dificultades y angustias.
  • Entonces… ¿nos fastidiamos y venga a tener hijos igualmente?
  • No se trata de eso, si existen motivos realmente serios y graves, no egoístamente, los esposos pueden distanciar la llegada de un nuevo hijo utilizando los periodos no fecundos de la mujer que Dios ha puesto en la naturaleza.
  • ¿Los periodos no fecundos?
  • Sí, como sabéis la mujer tiene un ciclo fértil de más o menos 4 semanas de duración, que culmina con la regla o menstruación, y durante ese periodo hay días que son muy propicios para quedarse embarazada, que suelen ser los días centrales, y otros cuya probabilidad es mínima. A través de un control de ciertas variables del cuerpo de la mujer como la temperatura o las segregaciones vaginales se pueden establecer con bastante exactitud dichos días, por lo que el matrimonio podría abstenerse de tener relaciones en los días fértiles y al revés. Si os interesa el tema os recomiendo que hagáis algún cursillo de lo que se conoce como planificación familiar natural.
  • ¿Pero entonces es cuestión de método? ¿Si yo decido no tener un hijo no debe dar lo mismo si controlo mis días o si me tomo una pastilla?
  • No, no es lo mismo. No da igual servirte de algo que Dios ha dispuesto en la naturaleza que impedir de forma artificial el desarrollo de los procesos naturales.
  • Pero si Dios nos ha dado la inteligencia no entiendo por qué no podemos servirnos de ella para crear y usar métodos con ese fin.
  • La inteligencia es un don de Dios y la Iglesia es la primera en elogiar y en recomendar que la usemos, más aún si es en algo que nos relaciona tan de cerca con la obra de la creación como es la transmisión de la vida, pero siempre, tanto en este campo como en cualquier otro, respetando el orden que Él mismo ha establecido. Dicho de otra forma, tú puedes usar un don de Dios como es la inteligencia para cumplir su voluntad o para todo lo contrario.
  • ¿Y si quiero usar los métodos naturales por que simplemente no quiero tener hijos?
  • Poder, puedes, pero no es lícito. Como os he dicho no es sólo una cuestión de métodos, si no de que haya circunstancias serias para aplazar la llegada de un nuevo hijo.
  • ¿Pero si a pesar del control de los días te quedas embarazada qué pasa?
  • Pues que tendrás un hijo -risas- que será hijo de Dios y una bendición para ti y tu marido. Eso es lo que significa que todo acto debe estar abierto a la transmisión de la vida. Os debe quedar claro que la paternidad no es un simple proceso biológico, es una vocación que Dios ha inscrito en el corazón de cada uno y el fruto de un amor fecundo…

La confesión (¿o no?) de los pecados


Tal como expliqué hace tiempo en otro artículo, una de las actividades que procuro realizar con mis alumnos es la visita al templo más cercano y con ella hacerles una explicación tanto de los elementos que lo componen como la relación que tienen con los sacramentos que en ellos se celebran. La visita al confesionario es una de las más festejadas y en ese momento, como en otros durante el curso, surgen muchas cuestiones sobre el pecado, el perdón o la confesión.

  • ¿Pero por qué tenemos que decirle nuestras cosas malas a un señor?- Pregunta uno de los alumnos.- Yo prefiero decírselas directamente a Dios, por que al cura no le importa lo que yo haga o deje de hacer.

confesión

  • Bueno, en primer lugar le importa y muchísimo, aún que quizás no como tú crees.
  • ¿Por qué?
  • Pues precisamente por que si se consagró como sacerdote es precisamente por ti y para ti
  • ¿Para mí?
  • Para ti y para cada uno de nosotros y en especial para los que tiene a su cargo dentro de su puesto concreto en la Iglesia. Y por eso su deseo sería que tuvieses un encuentro profundo con Jesús y tus pecados dificultan que tu tengas esa experiencia, o mejor dicho, son como una venda que te pones que te impiden ver muchas veces su amor.
  • ¿Pero debo entonces darle detalles de mi intimidad? ¿No resulta eso morboso?
  • No, no- río- eso solo ocurre en las malas películas. Los pecados tienen nombre y apellidos
  • ¿Cómo?
  • Me refiero a que si tu pecado es de desobediencia hacia tus padres, o de egoísmo, o de querer imponer siempre tus criterios sin tener en cuenta la opinión de los demás, o de usar la sexualidad como mero medio de darte placer… no hace falta que des más datos. Otra cosa es que además de la absolución quieras que el sacerdote te de alguna orientación o consejo entonces le darás la información del caso que te parezca oportuna. Nada más
  • Pero sigo sin entender por qué no me puedo dirigir a Dios y que Él me perdone.
  • Vamos a ver, Dios ya te ha perdonado haciéndose hombre y cargando con tus pecados en la cruz, y efectivamente claro que puedes dirigirte a Dios para pedirle perdón. De hecho la Iglesia aconseja que se confiesen todos los pecados, pero también afirma que no es necesario si son leves, lo que se llama “veniales” y de hecho si recordáis al principio de la misa hay un rito penitencial en el que pedimos perdón a dios rezando el “Yo confieso” o el “Señor ten piedad”. Pero si te diriges a Dios directamente es porque te importa cumplir su voluntad, ¿no?
  • Pues… -duda- sí, supongo.
  • Entonces si es importante para ti respetarás que se deba hacer como Él lo indique.
  • Pero no creo que Dios haya dicho “id al confesionario”
  • No, no, evidentemente. Lo que Dios ha hecho es encargar a su Iglesia que transmita su perdón, por eso Jesús después de su resurrección dejará encargado a sus Apóstoles una tarea muy grande, “A quienes les perdonéis sus pecados, les serán perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos” (Jn 20,23). No es que la Iglesia o el sacerdote tengan un poder en sí mismos, sino que hacen el servicio, lo que se llama un ministerio, de hacerte llegar su perdón. Luego la Iglesia ya estudiará las fórmulas que crea mejor para hacerlo, de hecho a lo largo de la historia el perdón se ha administrado de diferentes maneras, aunque en esencia fuese lo mismo.- Parece que los chavales le están dando vueltas al asunto, cada respuesta les plantea una nueva inquietud, esto es bueno.
  • Mira- prosigo- os leo que es lo que dice el sacerdote en el momento de darte la absolución, veréis que preciosidad: “Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al mundo por la muerte y la resurrección de su Hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz.”
  • Pero entonces, si tal como dices y has leído Dios ya nos ha perdonado, ¿por qué tenemos que ir a pedir perdón? ¿no lo tenemos ya?
  • Esa es una gran pregunta. Verás, Dios te ha perdonado, pero hay algo que no va hacer por tí, que lo tienes que hacer tú mismo- los chicos parecen muy interesados
  • ¿Qué?
  • Que tú pidas perdón y que desees recibirlo. Hay mucha gente a la que le importa tres pimientos el perdón de Dios, pero a esos seguramente no los verás en el confesionario- risas.
  • ¿Pero qué pasa si hay cosas que yo no considero qué no son pecado?
  • Bueno, no va a ser pecado o dejar de serlo por qué tú o yo lo decidamos ni va a dejar de hacernos daño en nuestro ser más profundo por que le quitemos la etiqueta. Es cierto que muchas veces tenemos la conciencia tan anestesiada con todas la películas y la presión social en la que parece que vale todo que en ocasiones no tenemos conciencia (valga la redundancia) de pecado, pero para eso la Iglesia viene en nuestra ayuda y nos ilumina y nos invita a la práctica de la oración o la escucha de la Palabra, por ejemplo.
  • ¿Pero entonces me confieso o no?
  • Confiésate, confiésate, que ante la duda y frente a la gracia de Dios, más vale que sobre que no que falte. Eso siempre.

Que nadie crea que la cosa acabó aquí, la inquietud del joven cuando se abre a la trascendencia no tiene fin, gracias a Dios… otro día más.

Juan Pablo II y la santidad de los jóvenes


Escribo estas líneas en la víspera de la festividad de Todos los Santos y dos días antes de la de los Fieles Difuntos (algún día tengo que averiguar la diferencia entre las dos celebraciones) y parezco un comunista de los años 70 gritando todo el rato yankee go home! cada vez que veo brujitas, vampiros, calabazas y no sé cuantas memeces más. Curiosamente me entra el mismo tic días antes de Navidad cuando veo al gordo ese de barba blanca vestido con los colores de la coca-cola.

Pero en este día me he acordado de un gran santo, Juan Pablo II. Sí, ya sé que oficialmente es “sólo” beato, pero me gusta recordar que la Iglesia no hace santos, si no que reconoce la santidad de quienes lo fueron y eso implica un proceso de años.

Me sorprendo cuando oigo hablar a gente de mayor o menor edad a la mía de cómo Juan Pablo II es el papa de su generación. ¡Y una leche! (dicho con todo el cariño) es el Papa de la mía. Karol Woytila (o Wojtila) se convirtió en Papa cuando yo tenía 12 años y falleció cuando aún no había llegado a los 39. Eso significa que toda mi adolescencia, mi noviazgo, mis estudios secundarios y superiores, mi matrimonio, mi acceso al mundo del trabajo o el nacimiento de mis cinco hijos sucedieron bajo su pontificado.

Yo inauguré (junto con otros 250.000 chavales) la primera Jornada Mundial de la Juventud que tuvo lugar en Roma, aquella tan famosa del “no tengáis miedo…” que seguía de una forma curiosa que pocos recuerdan, al menos en aquella ocasión “…de anunciar a Cristo desde las azoteas”. Incluso recuerdo el lema de aquella jornada, uno de los pocos latinajos que me sé, “aperite portes redemptoris”, abrid las puertas al redentor. En aquella ocasión no se nos conoció como “los jóvenes del papa” si no como “los gorros blancos del papa” por la prenda que nos dieron con el “kit” del peregrino.

Pero quizá una de las frases de Juan Pablo II que más me llamó la atención y que recuerdo muchas veces a mis alumnos es otra que dijo en la JMJ de Santiago de Compostela. Una jornada en la que viví con mi señora una de nuestras locas aventuras, Valencia-Santiago (1000km de distancia) en 27 horas en “auto-stop” habiéndonos recogido una docena de coches. Pero bueno, no fue de eso de lo que habló su Santidad, si no que una de sus frases fue “jóvenes, tenéis que ser santos… pero santos de altar”.

  • Tú mismo, Luis- me dirijo a uno de mis alumnos- lo que te estaba pidiendo Juan Pablo II es que dentro de 100 años alguien entre en la parroquia del pueblo y vea una imagen de un santo y a los pies una leyenda que diga “San Luis Martínez”

El comentario provoca el jolgorio general, incluso en el mismo mencionado. Normalmente además provoco la situación dirigiéndome a alguno de los chavales más revoltosos o de conducta más difícil.

  • Sí, ya, eso es imposible
  • ¿Por qué?- pregunto
  • Por que para ser santo hay que llevar una vida… una vida… pues eso, de santo.
  • Entonces según eso mismo alguien que por ejemplo no crea en Dios, sea un putero o no piense en otra cosa que irse de fiesta y emborracharse difícilmente será santo…
  • ¡Pues claro!- contestan casi todos al unísono
  • Pues fíjate que alguien muy parecido a ese fue uno de los más grandes santos de la historia… San Agustín.
  • Bueno, pero…
  • E imagino- insisto- que si alguien odiase a los cristianos e hiciese todo lo posible por fastidiar a la Iglesia con toda clase de maldad tampoco podría serlo
  • Pues…- esta vez ya no se produce ninguna respuesta contundente
  • Es que alguien así fue un santo mayor que el anterior, San Pablo.
  • Pero bueno- me responde otro alumno- no serían santos por eso, en algún momento cambiaría su vida y serían grandes cristianos
  • ¿Y quién te dice que tú no puedas ser como ellos? ¿Acaso estaban hechos de una pasta distinta a la tuya? ¿Acaso tus pecados son mayores que los de ellos?, pues no.
  • Vale, bien- salta un alumno- supongamos que yo quiero ser santo, ¿cómo lo hago? ¿cómo se aprende a hacer milagros o a estar en dos sitios distintos a la vez?- el comentario tiene su gracia y no puedo evitar reír.
  • Bueno- le contesto- te voy a dar un dato, la gran mayoría de los santos nunca hicieron un solo milagro en vida ni tuvieron ningún don digamos “especial”
  • ¿Entonces de qué depende ser santos?
  • Pues en realidad es algo muy fácil y muy complicado a la vez. Se trata de una simple suma con sólo dos sumandos…- hago una pausa dramática
  • Venga, profe, ¿que sumandos son esos?
  • Tu voluntad y la gracia de Dios. Por mucho que te empeñes en ser santo nada conseguirás si no tienes la gracia, y por mucho que te asista el Espíritu Santo, jamás quebrará tu voluntad.
  • No lo entiendo
  • Bueno- contesto- para ser santo debes querer vivir en la voluntad de Dios, escuchar y meditar su Palabra, participar de los bienes de la Iglesia, llevar una vida coherente con tu fe, ponerte al servicio de los demás en la medida de tus posibilidades y capacidad… pero eso es algo que depende de ti, de tu voluntad, Dios no viene y te hipnotiza- dramatizo a continuación- fulanitoooo…. vas a ser santooooo, ni te amenaza- vuelvo a dramatizar- o te haces santo ahora mismo o te mando un rayo que te deja frito pajarito- risas.
  • Vale, de acuerdo, ¿y lo de la gracia?
  • Pes como bien dice su nombre, la gracia es gratis. Te la regala Dios.
  • ¿Pero como?
  • Ve y consíguela
  • ¿Dónde?
  • La principal fuente de la gracia, aunque no la única, son los sacramentos. La mayoría de vosotros ya estáis bautizados, es el primer don. A partir de ahí podéis alimentaros con el resto de los sacramentos, en especial con la reconciliación y la comunión.
  • ¿Y las otras fuentes?
  • Pues una buena forma no ya de conseguir la gracia como tal si no de mantenerla y hacerla efectiva es lo que decían los clásicos la práctica de las virtudes, como el uso de las armas de la Iglesia, el ayuno, la oración y la limosna…
  • La limosna- contesta un alumno con aire de fastidio- si ya sabía yo que gratis lo que se dice gratis no iba a salir.- Todos reímos.

¡SOCORRO, NECESITO VOLVER A DAR CLASES DE RELIGIÓN! (desventuras de un profesor que no tiene dónde ejercer)


Corría el año 2001 cuando una amiga mía, sabedora de mi gusto y mi interés por los temas de teología y religión, me pasó el programa de una universidad a distancia que impartía la Licenciatura de Ciencias de la Religión. Era eso mismo lo que estaba buscando hacía tiempo y que no sabía que existía.

El programa contenía temas generales de religión (cristología, teología fundamental, sagradas escrituras…) durante los 3 primeros cursos junto con otras asignaturas de psicología, filosofía y antropología, y algo más especializados teológicamente los 2 últimos cursos junto con otras asignaturas sobre didáctica y enseñanza religiosa preparatorias para la docencia. El sistema, sin clases presenciales pero con tutorías voluntarias y trabajo en casa, me permitía además compaginarlo con mi situación de trabajador (soy funcionario subalterno) y padre de familia numerosa.

A mitad de la carrera visité la Comisión de Enseñanza de mi diócesis para informarme y el encargado de la provisión de puestos me animó a que completara los estudios, que no me quedase en los 3 años (titulo de diplomado) si no que acabase los 5 completos (título de licenciado)

  • En nuestras diócesis tenemos maestros de religión en educación primaria de sobra, pero nos faltan licenciados para dar clases en educación secundaria.

  • Entonces si termino la carrera, ¿crees que podré trabajar como profesor de instituto?

  • Oficialmente no puedo asegurarte nada, pero puedes darlo por hecho.

Terminé mis estudios, que fueron un auténtico placer, a curso por año más dos exámenes orales ante tribunal en la capital del país y un semestre más para escribir y presentar la tesina de licenciatura. Con mi excelente nota me volví a presentar ante la comisión y tras los oportunos papeleos me mandaron a mi primer destino, aunque sólo a tiempo parcial. Bueno, no era gran cosa pero se trataba de empezar. Era el año 2008 y tenía que sustituir a un profesor que había causado baja por enfermedad el 1 de octubre y casualmente recibió el alta el 30 de junio.

Tenía grandes expectativas sobre la asignatura pero la realidad las superó. Enseñar religión a los adolescentes resultó una experiencia fascinante. Yo ya había trabajado con chavales prácticamente desde siempre, como catequista de confirmación y similares, pero hacerlo en un ámbito educativo reglado era algo distinto. Cada día tenía el privilegio y la responsabilidad de hablar a los chicos de cosas que la mayoría probablemente no escucharían en otro lugar y que curiosamente eran las más importantes para ellos tales como la posibilidad de ser felices o su capacidad de amar como hijos de Dios que eran. Y al mismo tiempo con los contenidos y la exigencia de cualquier otra asignatura (¿cómo? ¿pones exámenes en religión?)

Salir de casa para ir a trabajar suponía una alegría. Muchas veces daba por hecho que era el entusiasmo del que empieza una actividad nueva y que poco a poco se me iría pasando y que finalmente me aburguesaría y perdería la emoción tal y como había visto en otros amigos y compañeros profesores más veteranos, pero el hecho es que en los años en que he estado activo esa emoción no decayó (no sé si lo hará algún día).

Llegó el curso siguiente, el 2009-2010. Me sentí bendecido por la providencia, la primera oferta que me llegó de la comisión era en el instituto de mi pueblo, una sustitución por maternidad de la titular. Al placer de ir andando y en unos pocos minutos se sumaba el hecho de encontrarme con mis alumnos (y otros del centro que no daban religión) por el parque o el supermercado y que en muchas ocasiones me detenían para comentarme algunas cosas o simplemente saludarme. Un vez acabada la sustitución con la reincorporación de la titular me volvieron a ofrecer en un par de semanas otra en un instituto de otro pueblo cercano. Esto iba bien, o al menos lo pensaba así, no tenía plaza estable pero de sustitución en sustitución llevaba una buena seguida dando clases y además con la misma ilusión de los primeros días (¿se me pasará alguna vez?).

Llegó el tercer curso, 2010-2011. La primera oferta con el curso ya empezado en una localidad algo más lejana. Bueno, si hay que coger el coche se coge, a fin de cuentas es lo que me gusta y para lo que creo que valgo, dar clase de religión. Cada instituto nuevo era un reto, como una aventura, aunque curiosamente iba observando que en todos los grupos se repetía una serie de roles en los chavales: el entusiasta, el descreído, el gamberro, el creyente a su manera, el que no sabe que hace ahí… y a cada uno tenía que tratar de llegar y hacer que se interesase por la asignatura.

Vuelta del titular, vuelta a quedarme sin plaza y, tras un par de meses de espera, nueva sustitución. Esta vez en una localidad de la diócesis ciertamente más alejada, a 60 km. Una hora de tren para ir y otra para volver. Parecía que cada vez me iba alejando más para tener que hacer lo que me gusta, pero a fin de cuentas lo que me importaba era dar clases, y si había que desayunar antes de la salida del sol y comer a la hora de merendar, se hacía. Un mes antes del fin de curso volví a quedarme sin plaza tras la vuelta del compañero. Bueno, volver a empezar.

Llegó el curso siguiente, 2011-2012. Tras haber visitado 5 institutos diferentes en 3 años pensaba que merecer no merecía nada, pero ya me debía “ir tocando” alguna plaza más estable, aunque yo como siempre dispuesto a ir dónde me mandasen, daba igual un mes que 5 o que el instituto de mi barrio o a 90 minutos de tren. Sin embargo ese mismo curso no me llegó ninguna oferta ni estable ni para sustituir. ¿Qué está pasando? ¿Ya nadie se pone enfermo? ¿No hay ninguna compañera bendecida con la maternidad?. Al parecer haber si que había, pero había llegado la crisis y las autoridades estaban cubriendo muy pocas plazas de sustitutos ante la escasez de recursos.

Reincorporado a mi puesto de funcionario patatero me subía por las paredes. Por un lado tenía auténtico “mono”, como un adicto en síndrome de abstinencia por volver al aula y a la relación con los alumnos. Por otro estaba el quebranto económico, ciertamente el conserje cobra sustancialmente menos que el profesor y mis hijos siguen comiendo igual y los gastos corrientes no van a bajar por ello. Pasó el curso como un mal sueño y esperando que el Señor en el siguiente, el actual, me pudiese volver a regalar una plaza como docente.

Y llegamos a principios del curso 2012-2013. Vuelta a visitar la comisión como tantas veces y vuelta a casa desanimado y con la moral por los suelos (Señor, échame una mano). El panorama de este año se presenta aún peor para volver a dar clases. ¿Cómo que peor si me he pasado el curso en blanco?. Al parecer las nuevas políticas educativas motivadas por la crisis han hecho agrupar horas y grupos de alumnos con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo y una serie de compañeros se han quedado sin plaza y la prioridad era recolocar a estos mismos.

-Vaya- pensé- ¿por qué la prioridad son los que se han quedado sin plaza este año y no los que llevan año y medio sin dar clases?.

Ciertamente ese comentario me lo quedé para mí. Seguro que entre los compañeros hay situaciones más dramáticas que la mía.

¿Qué sucederá a partir de ahora? ¿Querrá Dios que vuelva a ser profesor o habrá sido una etapa de mi vida que ya terminó?. Mientras tanto a rezar, a patearme los colegios privados dejando curriculums, a seguir con mi trabajo de conserje que no cubre los gastos de mi familia y, como no, a echar un ratito escribiendo estas líneas. Pero sobre todo a seguir dando gracias a Dios porque “es justo y necesario darte gracias siempre y en todo lugar”. Amén.

Si Dios existe, ¿por qué permite que haya tanto mal?


-Pero si Dios existe, ¿por qué permite que haya tanto mal?

Esa pregunta es casi obligada que surja en clase de religión, de la misma manera que surge de forma “natural” en cualquier ser humano ante el escándalo del mal en el el mundo. De hecho creo que no ha habido grupo al que haya dado clase en el que no me hayan planteado alguna vez la cuestión.

-Para serte sincero- respondo- esa pregunta no tiene una respuesta ni fácil ni definitiva. Ciertamente la presencia del mal en el mundo se nos presenta como un “misterio” o un escándalo, que contrasta con la existencia de Dios amor. Pero si quieres sí que podemos dar algunas claves que, sin que nos lleven a un entendimiento profundo al menos nos permitan acercarnos un poco.

Por muy banal o superficial que pueda ser en un principio, al menos en apariencia, la vida de un adolescente, no por ello deja de buscar respuestas a los grandes misterios de la vida aunque sea de forma ocasional. La atención del aula en momentos así suele ser grande, les interesa el tema.

  • Vamos a ver- prosigo- podríamos empezar planteando tu pregunta al revés

  • ¿Cómo?

  • Pues por ejemplo, ¿cómo es que si Dios no existe, como dicen algunos, haya tanto bien?

  • ¿A qué te refieres?

  • Al amor, la amistad, la alegría, la belleza, la música… a personas como los misioneros o los voluntarios de las ONG´s que entregan su tiempo y su vida por los demás… a los padres que se esfuerzan y sacrifican no por ellos mismos si no por sacar a sus hijos adelante…

  • Pero todo eso podría darse con independencia de que Dios exista

  • Pero en ese caso estaríamos siendo injustos con Dios

  • ¿Por qué?

  • Pues por que le achacaríamos que no evitase el mal pero no le reconoceríamos que posibilitase el bien, ¿no te parece?

La reflexión no es banal, a fin de cuentas está en nuestra naturaleza tener más facilidad para la queja que para el agradecimiento, con los demás y con Dios mismo. La pregunta que lanzo se queda sin respuesta.

  • Pero entonces volvemos a lo de antes – comenta el alumno-  si posibilita el bien, tal como dices, ¿por qué no impide el mal?

  • ¿A qué mal te refieres?

  • Pues a las guerras, los asesinatos, la violencia… a que unos tengan de sobra y otros no tengan ni lo más imprescindible…

  • Bueno, Dios en su creación ya ha hecho que muchas de sus creaturas queden libres de pecado y no cometan nada de eso

  • ¿Quienes?

  • Los animales. Una leona no mata a la cebra por maldad, si no porque es su sustento, y si está saciada no la atacará. El toro no monta a la vaca por que sea un violador, si no porque responde a sus instintos de reproducirse. En el reino animal no existe la codicia, ni la avaricia…

  • ¿Y no podría hacer Dios que todo eso no se diese en los seres humanos?

  • Hipotéticamente podría, pero no creo que quieras que lo haga

  • ¿Por qué no voy a querer?- responde sorprendido.

  • Por que para ello lo que debería hacer es quitarte la razón y la libertad y convertirte en un animal que viva únicamente respondiendo a sus instintos. ¿Es eso lo que quieres?- La respuesta es tan obvia que no se produce.

  • Pero hay también otras cosas que, no sé cómo decirlo, te vienen sin motivo aparente.

  • ¿Cómo cuales?-pregunto

  • Pues una enfermedad, la muerte de un niño o de un ser querido… yo supongo que esas cosas sí que las podría evitar Dios

  • Volvemos a lo mismo, hipotéticamente podría, aunque como bien dices este tipo de mal tiene un significado distinto. De hecho cuando te sucede a ti lo lógico es que te enfades con Dios y se lo eches en cara, y no hay nada malo en ello, ya que Él conoce nuestro corazón y lo comprende. Pero permíteme que te diga una cita muy dura de San Pablo, “todo sucede para el bien de los que aman a Dios”, ojo, y dice “todo”, no “casi todo”

  • Pero eso es una barbaridad…

  • Aparentemente sí, pero Dios nos llama a vivir en la gratitud siempre, tanto en los buenos momentos como en los malos. Seríamos unos fieles de pacotilla si solo alabásemos a Dios cuando las cosas nos van bien y lo dejásemos de lado cuando nos fuesen mal.

  • ¿Entonces eso qué significa, que es bueno sufrir?

  • No, sufrir por sufrir es malo, no tiene ningún sentido. Dios nos invita a que cuando tengamos un sufrimiento lo vivamos en la dimensión de la cruz- Eso les suena a chino, así que tengo que explicarlo con palabras más sencillas- Me refiero a que no podemos pretender una vida en la que todo nos salga a nuestro gusto, no conozcamos ni el esfuerzo ni el dolor o seamos ajenos cualquier sufrimiento. Necesitamos los acontecimientos buenos en nuestra vida para el disfrute y el agradecimiento, pero también los menos buenos por que nos ayudan a madurar, a ser solidarios con el sufrimiento del otro, a buscar un mundo mejor y más justo, a vencer nuestra soberbia… de hecho cuando Jesús habla a las gentes les dice que para ser discípulos suyos tienen que llevar consigo una cosa, ¿sabéis cual?

  • ¿La fé?

  • ¿El amor?

  • ¿La inteligencia?

  • No-respondo- Jesús dice que el que quiera ser su discípulo debe tomar su cruz, esto es, su sufrimiento, y seguirle. La cruz se convierte así en “gloriosa”, como se decía en la Iglesia primitiva, puerta de nuestra salvación, no por que sea un instrumento de sufrimiento, si no por que nos permite asociarnos a la muerte de Cristo y con Él a la resurrección y la gloria.

  • Ya, pero si un niño se queda sin madre… o ti se te muriera un hijo…

  • Evidentemente, el que la cruz sea gloriosa no significa que deje de ser cruz. Nadie dice “qué bien, se ha muerto mi padre”, bueno, quizá alguien lo dijera – a pesar de lo serio del tema el comentario provoca algunas risas- pero ante la muerte el cristiano tiene la certeza, o al menos la esperanza, de que esta vida es un mero trámite y que nuestro destino auténtico y definitivo es la vida eterna con Dios donde nos reuniremos de nuevo con nuestros seres queridos que hayan partido antes que nosotros.

La clase bulle, todos tienen mil preguntas que hacer e incluso se atropellan unos a otros. Tengo que frenar el tema.

  • Veréis, no tratéis de entender en un rato lo que ya os he dicho que es un gran misterio de fe. Dejad, si queréis, que el Señor vaya haciendo una historia con cada uno y ya os irá iluminando.

Sé que lo que pido es un imposible, un adolescente no tiene en su naturaleza los conceptos de espera y paciencia, pero qué le vamos a hacer… otro día más.

¿La Iglesia debe modernizarse?


– Pues profesor, yo creo que la Iglesia está anticuada, que debería adaptarse a los tiempos actuales…

– ¿Te refieres a que las parroquias deberían tener sus páginas web, a que hubiese cadenas de televión católicas o a que los sacerdotes lleven teléfonos móviles?

– No, no a eso… si no que se adaptase a cosas que ahora son más comunes y que a lo mejor hace un tiempo no tanto- lo dice como si no se atreviese a hablar claro, así que le “traduzco”

– ¿Te refieres a dar por buenas cosas como los anticonceptivos, el divorcio, las relaciones sexuales prematrimoniales, el aborto o los matrimonios de personas del mismo sexo?

– Sí… sí, eso mismo

Supongo que mi alumno no tiene un mayor interés en este tema, que lo que hace es repetir un cliché que a base de machacarlo tiene cierto calado entre buena parte de la sociedad. Para deshacer el entuerto recurriré a una táctica que empleo a menudo, devolverle al otro la pelota.

Voy a hacerte un pregunta ¿Si se pusiese algo de moda que a ti no te gustase nada o que pensases que nada tiene que ver con tu forma de ser y tu personalidad, seguirías esa moda?

– Pues no

– ¿Aunque todos tus amigos lo hiciesen?

– Tampoco, si veo claramente que eso no me va no lo sigo

– ¿Y si todos tus amigos te dijesen que si no sigues esa moda te vas a quedar anticuado o no vas a ser nada moderno?

– Imagino que no me haría gracia, pero tampoco.

– Pues eso mismo pasa con la Iglesia, debe ser fiel a la Revelación de Dios contenida en el Evangelio y la Tradición. Es posible que a lo largo de la historia su forma de ver y entender la vida coincida con la general de la sociedad y otras en las que no, pero no debe renunciar por ello a su fe.

– Pero en ese caso– interviene otro alumno- habrá mucha gente que se dejará la Iglesia y cada vez serán menos los cristianos.

– Yo creo que será al revés, que cuanto más alto y claro predique la Iglesia su doctrina más atrayente resultará, pero, si no fuese así…  ¿qué hacemos entonces, arrancamos las páginas del evangelio o de los escritos de los santos que no estén de moda?– dramatizo a continuación- Queridos fieles, soy el Papa, donde Jesús dice que el hombre se unirá a la mujer añadid que “o a otro hombre si no le van las tías” y donde pone que lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre añadid “a menos que sea juez y vea una causa razonable para conceder el divorcio”– los comentarios provocan la risa en los chavales

– ¿Pero entonces– interviene otro de los chicos- no se está oponiendo la Iglesia al progreso?

– Pues no lo sé… pero por lo que dices parece que entiendes que el progreso es algo positivo

– ¿Y acaso no lo es?

– No siempre, el progreso ha traído cosas buenas en la medicina, la ciencia, el desarrollo social… pero también otras no tan buenas como la explotación y la pobreza de lo que hoy llamamos tercer mundo, la degradación y destrucción de la naturaleza, etc, pero de todas formas si lo entiendes como algo bueno puedes estar tranquilo, la Iglesia siempre ha sido la institución más progresista del mundo– acostumbrados a escuchar lo contrario mi comentario suscita sonrisas maliciosas, así que tengo que demostrarlo con hechos comprobables.

– ¿Y eso?

– El avance del cristianismo superó el orden del imperio romano, que daba derechos a los ciudadanos varones pero reducía a meros objetos de propiedad a mujeres, niños, esclavos o extranjeros. El concepto de la dignidad de la persona como hijo de Dios fue clave en la abolición de la esclavitud. Mientras los nobles y los reyes se dedicaban a cazar y a la guerra, la Iglesia conservaba y estudiaba los escritos de los filósofos y sabios de la antigüedad, gracias a lo cual han llegado hasta hoy.

La Iglesia creó las universidades y desarrolló el método científico y muchos de los descubrimientos como las leyes de la genética o la teoría del big bang fueron formulados por sacerdotes.

Los grandes ideales de las revoluciones sociales como la francesa y sus conceptos de libertad, igualdad y fraternidad son una transposición del cristianismo al ámbito social, la fraternidad, esto es, que todos los hombres son iguales es la consecuencia de ser hijos de un mismo padre, Dios.

Mucho antes de que se entendiese que la educación o la salud eran derecho de todos y que fuese asumido por la totalidad de la sociedad, quien recogía a los enfermos sin recursos para curarlos o a los niños de la calle para enseñarlos a leer y escribir era la Iglesia.

Mucho antes de que las ONG´s llegasen al tercer mundo los misioneros de la Iglesia llevaban 2 y 3 siglos allí.

¿Sigo? parece que la cosa va bien, los chavales quedan meditando la información que les voy dando. Es una reacción lógica cuando te han hecho creer una cosa y descubres mediante hechos constatables que tienen poco o ningún fundamento.

– Ya pero...- objeta uno de los chicos tímidamente- eso era antes, ahora parece que la Iglesia se ha quedado descolgada.

– Bueno, eso es algo que no podremos saber hasta dentro de un siglo, pero seguro que muy pocos de nosotros estará aquí para comprobarlo– risas- aunque yo creo que es posible que siga pasando lo mismo…

– ¿Cómo qué?

– Pues supongo que dentro de 100 años alguien contará que en el siglo XXI se podía matar a un niño en el vientre de su madre antes de que naciese y otro dirá “Pero qué barbaridad, ¿y no había nadie que se opusiese? y el interlocutor dirá “si claro, la Iglesia, como siempre…”– He arrancado a mis alumnos una sonrisa de complacencia, para un profesor es el mejor de los premios

¿Pero cuál de las iglesias cristianas es la verdadera? (II)


Tratando de contestar a la pregunta sobre qué iglesia cristiana es la verdadera había dado unas explicaciones básicas de cómo y por qué habían ido sucediéndose los grandes cismas en la historia, el ortodoxo, el protestante y el anglicano. En ese punto dejamos la clase (y el artículo) anterior.

  • ¿Entonces entre protestantes, anglicanos, ortodoxos y otros cómo suman cientos de miles como has dicho? No me saldrían más de 5 o 6.

  • En realidad la iglesia protestante no es una como tal, no tiene una jerarquía unida, si no un montón de iglesias separadas. Baptistas, pentecostales, episcopalianos… algunas de cientos de miles y otras pequeñas congregaciones separadas en torno a un pastor de apenas unos cientos… aunque tienen órganos de coordinación, cada una es independiente de otra. Tristemente una de las cosas que más les une es su rechazo al catolicismo.

  • ¿Pero por qué?

  • Bueno, es un cúmulo de cosas, casi todas fruto del desconocimiento o en algunos casos tristemente de la mala intención.

  • ¿Entonces los protestantes son malos?

  • No, ni mucho menos, la gran mayoría de ellos son gente que de corazón sincero han reconocido a Jesús como salvador y lo buscan y lo siguen. El problema no es de personas, o al menos no en su gran mayoría, si no de conceptos. El Papa anterior, Juan Pablo II, en una visita a Estados Unidos, dijo una verdad muy secilla: la mayoría de los protestantes de aquel país no rechazan a la Iglesia Católica, si no a lo que ellos piensan que es la Iglesia Católica.

  • Pues un amigo mío que va al culto dice que los católicos se han inventado una religión y que lo que dicen no es lo que pone en la Biblia.

  • A eso me refería, seguro que tu amigo está convencido de ello, pero eso mismo es falso.

  • Bueno, pero eso es lo que dicen los católicos, será una cosa de opinión.

  • En algunos casos seguro, pero hay datos objetivos que puedes comprobar

  • ¿Cómo cual?

  • Los protestantes no celebran la Eucaristía, no comulgan, cuando en el Evangelio recoge claramente la orden de Jesús de celebrar la consagración de su cuerpo y su sangre en forma de pan y vino. Los protestantes creen que las buenas obras no son necesarias, solo la fe, cuando Jesús ordena a sus apóstoles que enseñen a las gentes a poner en práctica sus enseñanzas. Los protestantes no realizan el sacramento de la confesión, cuando Jesús dice claramente en el Evangelio que los pecados que retengan serán retenidos y los que perdonen serán perdonados… ¿sigo?

  • Pero también dicen que ellos no creen en la Virgen.

  • No es que no crean en su existencia, porque de hecho María es la madre de Jesús y así aparece en el Evangelio, si no que pasan por alto ciertos pasajes del mismo sin darles importancia…

  • ¿Cómo cuales?

  • El saludo del Angel a la Virgen diciendo que ella está llena de Gracia, que es la única persona en toda la Biblia de la que se afirma tal cosa, de lo que los católicos deducimos que Dios la ha preservado del pecado. La oración ante su prima Isabel afirmando que todas las generaciones la venerarán por la obra que Dios ha hecho en ella. Su capacidad de mediación por los hombres, como en las bodas de Caná, que adelanta el mismo plan de su Hijo de manifestar su divinidad. La entrega de María como madre a Juan, que los católicos siempre hemos visto como la entrega como madre nuestra…

  • Pero es que ellos dicen que nosotros adoramos a la Virgen y que sólo se debe adorar a Dios.

  • Lo segundo es cierto, sólo se debe adorar a Dios, y eso hacemos los católicos, adoramos a Dios y veneramos a la Virgen y los Santos, que es algo distinto.

  • ¿Entonces la Iglesia católica es la verdadera?– Ya han vuelto a la pregunta inicial, a la que no quería responder sin antes aclarar todos estos conceptos.

  • En todas las Iglesias hay algo (o mucho) de verdad, la pregunta no es cuál es la verdadera, si no cuál es la Iglesia de Jesucristo

  • Vale, profesor– pregunta el mismo alumno con un suspiro- ¿La Iglesia católica es la Iglesia de Jesucristo?

  • No, no lo es– los chavales se agitan inquietos, hasta los más indiferentes. No pueden creer que el profesor de religión católica haya dicho que su Iglesia no es la de Jesucristo…

  • ¿Entonces cuál es?-pregunta una chica inquieta

  • No espera– salta uno de los alumnos más avispados- esta es una de tus frases en que dices una cosa y luego le das la vuelta para decir que lo que no es sí que lo es pero no y algo así…

  • Gracias por tu comentario– rio- veo que se me empieza a acabar la originalidad y que ya me las pilláis todas al vuelo. Aunque en este caso no es así exactamente– en estos momentos la atención es máxima, a los chavales les atrae mucho la resolución de misterios y paradojas- Desde el momento en que hay varias iglesias y no una Iglesia única tal como la quería Jesús, ninguna de ellas puede ser la de Jesucristo

  • ¿Pero…?

  • Pero lo que la Iglesia católica afirma en uno de sus documentos oficiales, la encíclia “Luz de las gentes”, es que la Iglesia de Jesucristo subsiste en la Iglesia Católica.

  • Ya pero volvemos a lo mismo, eso es lo que dicen los católicos.

  • Evidentemente, pero podemos analizarlo… Veamos, ¿sobre quién funda Jesús su Iglesia?

  • Sobre Pedro

  • Correcto, ¿alguien recuerda cuantas veces se ha interrumpido la linea sucesoria desde Pedro hasta Benedicto XVI?

  • Ninguna

  • Perfecto, veo que recordáis los temas. Podemos por tanto concluir que la Iglesia que funda y que quería Jesucristo tiene su continuidad en la Iglesia católica, que el resto de congregaciones cristianas no pueden tener esa categoría, son hermanos que en un momento dado se han marchado de casa a vivir por su cuenta.

  • Pero eso nunca lo admitirán ellos.

  • Ciertamente. Por eso necesitan afirmar que no son ellos los que se han marchado, si no que los que tenían la casa han cambiado todo y que por eso se han visto obligados a salir.

  • Pero eso tiene también su lógica, ¿no?

  • En teoría podría ser, pero si los mismos que se han ido guardan multitud de diferencias entre ellos, es que ninguno de ellos se ha logrado mantener en la autenticidad que reclaman para sí. Por otro lado sería negar la misma profecía de Jesucristo, que al fundar la Iglesia sobre Pedro afirma que las puertas de infierno, esto es, el mal y el pecado, jamás podrían con ella.

  • Siendo así, si cada uno va a lo suyo, lo de la Iglesia unida que decías nunca se podrá lograr.

  • Lo que depare Dios para el futuro no lo podremos saber ni tú ni yo, pero sí que existe una corriente que se llama ecumenismo, que trata de recuperar poco a poco la unidad perdida atendiendo sobre todo a lo que nos une, que es el 90% de la doctrina, que lo que nos separa. Y eso es, tanto para católicos como para los hermanos separados, no un deseo, si no una obligación.

¿Pero cuál de las iglesias cristianas es la verdadera? (I)


A lo largo de los cuatro cursos en los que he ejercido como profesor de religión he tenido alumnos de todo tipo, ateos, musulmanes, creyentes de práctica religiosa (los menos) y bautizados con una relación casi nula con la Iglesia. Pero también he tenido cristianos de otras confesiones, testigos de Jehová, protestantes o greco-ortodoxos. El cómo han ido a parar cada uno de ellos a la clase de Religón y Moral Católica, que es optativa, sería un asunto muy interesante, pero para un capítulo aparte.

Pero el hecho de la convivencia de varias confesiones cristianas en el aula (y en la vida en general) suscita evidentemente una duda en algunos alumnos

Si Jesús es uno, ¿por qué hay varias iglesias cristianas diferentes?- o la que es más crucial

¿cuál es la verdadera?– Buff, tema dificil y espinoso, ¿como contestar siendo como soy católico respetando a las otras confesiones pero sin faltar a la verdad?.

 

Me toca por tanto hacer varias cosas, una explicar el proceso histórico por el que han surgido diversas congregaciones cristianas separadas. Otra responder a los criterios utilizados, en especial por los protestantes, para justificar su separación mediante acusaciones a la Iglesia y otra hacer una llamada a ir recuperando la unidad.

  • Bueno, antes que nada– empiezo- tenéis razón, Jesús es uno y su voluntad es formar una única Iglesia, por eso, si hoy en día tenemos 200.000 iglesias cristianas diferentes es por que algo hemos hecho mal, todos.- es una buena forma de empezar para evitar contar la historia como un cuento de buenos y malos.- Además, todas las separaciones que han surgido a lo largo del tiempo siempre, aunque haya habido justificaciones doctrinales, sobre todo han sido debidas a problemas de índole personal, rencillas, soberbias… o lo que es peor, intereses políticos y sociales.

Esto suscita la primera curiosidad, ¿intereses políticos en los cismas?. Prosigo

  • Jesús escogió a Pedro como cabeza de sus apóstoles y del pueblo de Dios para una vez que Él mismo se hubiera ido. La frase la recordáis algunos, “tú eres Pedro- que significa piedra, antes se llamaba Simón- Y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Como véis lo dice en singular, su Iglesia. Una sola, la suya. No dice “de ti surgirán cuatrocientas veintiochomil congregaciones diferentes”– risas- esto mismo queda reflejado en las características de la Iglesia que vimos en el Credo de Nicea. ¿Recordáis?- los chavales ponen cara de poker– Creo en la Iglesia que es…

  • Una, santa, católica y apostólica– responde uno más avispado haciendo memoria

  • Efectivamente, una sola, santa por que posee el Espíritu Santo y por tanto la capacidad de santificar, apostólica por que proviene de los apostóles y es enviada como ellos a cada generación y católica… ¿alguien sabe lo que significa esta palabra?

  • ¿Es el nombre de la Iglesia, no?

  • No, pero gracias por concursar. De hecho la palabra católica no es un sustantivo, es un adjetivo y significa universal, es decir, que es válida para cualquier persona y cultura de cualquier tiempo. En realidad la Iglesia no tiene nombre.

  • Pero sí que decimos la iglesia católica, la iglesia anglicana…

  • Efectivamente. Al surgir las distintas congregaciones hemos utilizado ese adjetivo para distinguir a la Iglesia de los hermanos separados, pero no deja de ser un adjetivo.

  • ¿Entonces la Iglesia católica es la verdadera de Jesús?

  • Bueno. Vamos por partes– respondo tratando de evitar una respuesta tan simple como incorrecta que es lo que algunos parecen desear- La Iglesia se mantuvo unida durante los 1000 primeros años. De hecho la primera separación, lo que se llama cisma, se produjo con la Iglesia Ortodoxa, ¿sabéis por qué?– pregunta retórica, ya que salvo los alumnos del curso correspondiente, los demás no han visto historia de la Iglesia- Pues porque como Constantinopla era en aquel momento la ciudad más importante del imperio, el Patriarca de esa ciudad quería tener una posición jerárquica superior al obispo de Roma y por eso, después de muchos tiras y aflojas, se separaron.

  • ¿Pero no dirían que fue por eso, no?

  • Efectivamente, se necesitaba una justificación doctrinal, y como en la tradición oriental se afirmaba que el Espiritu Santo procede de Dios Padre y en la occidental que procede del Padre y del Hijo, se culminó el cisma– los chavales se miran perplejos sin entender cómo eso puede justificar una separación- Ciertamente es muy interesante desde el punto de vista teológico, pero por vuestras caras veo que eso no os quitará el sueño esta noche- ríen– De todas formas la comunión entre la Iglesia y los obispos ortodoxos es muy estrecha y participan en muchos actos con los obispos católicos.

Prosigo pues dando un gran salto en la historia

  • El siguiente gran cisma y el tristemente más importante es el de Lutero, de él provienen, aunque sea indirectamente, la mayor parte de las congregaciones que hoy conocéis y curiosamente Lutero no tuvo nunca la intención de producir un cisma, si no de corregir aspectos del funcionamiento y de la doctrina.

  • ¿Qué pasó pues?

  • Veréis, Lutero era un fraile agustino del siglo XVI, católico por tanto,  incluso llevó como vicario la dirección de varios monasterios. Era un hombrre de una personalidad bastante atormentada, capaz de pasarse noches enteras sin dormir, haciendo penitencia por sus pecados o estudiando la Biblia.

  • Parece el comienzo de la vida de un santo…

  • – rio- Podría ser. Pero el problema de Lutero es que empezó a criticar la situación de la Iglesia, cosa comprensible en aquellos tiempos, pero fue más allá cuando quiso cambiar la misma doctrina sobre los sacramentos, la figura del Papa, la doctrina de la salvación… de hecho el Papa lo recriminó por escrito pero Él en un gesto se rebeldía o de soberbia, como queráis calificarlo, quemó el escrito y además de forma pública. ¿Cuál fue entonces lo que agravó la situación?, Lutero no tenía intención de separarse de la Iglesia, si no reformarla, pero los nobles alemanes vieron una oportunidad de oponerse al emperador Carlos V y al Papa, que era también jefe de estado, y le dieron apoyo y protección, se sumaron a su causa y finalmente se separaron de la Iglesia. La historia de siempre, cuando la política se mete en cuestiones de fe no suel ser para nada bueno… – Prosigo pues, esta vez no con un salto menos grande

  • Otro gran cisma que os puede sonar más, por que ha salido en muchas películas y series, es el de Enrique VIII

  • ¿Es el rey ese tan mujeriego?

  • Efectivamente, el mismo. De hecho cuando surgió la doctrina protestante él apoyó totalmente al papa, incluso escribió un libro por el que la Iglesia le dió el título de Defensor de la Fe.

  • ¿Y qué le pasó?

  • Ay muchacho… las mujeres… y la política. Enrique VIII pidió al papa que anulase su boda con Catalina de Aragón para casarse con Ana Bolena pero entre la negativa de este y las insidias de su primer ministro no se le ocurrió otra cosa que separar a la iglesia de su país de la Iglesia universal y declarar que él mismo, y en adelante sus sucesores, sería el Jefe de la Iglesia inglesa. Lo que hoy conocemos como iglesia anglicana.

  • ¿Pero después de todo eso sigue existiendo esa iglesia?

  • Sí, así es

  • ¿Y quién manda en ella?

  • La reina de Inglaterra es la jefa, y cuando muera lo será el príncipe Carlos– a algunos les produce risa- Ciertamente a mí también me resulta un poco dificil de entender, pero el hecho no es solo que sigue hoy en día, si no que está extendida por algunas antiguas colonias británicas e incluso tiene su propia versión estadounidense, la iglesia episcopaliana…

(como dicen en la tele, continuará..)

A vueltas con la salvación y la vida eterna (II): el purgatorio


Este artículo es la continuación del publicado el pasado 14 de abril.

Una vez sentados unos conceptos básicos sobre el cielo, el infierno y el juicio de Dios los chavales siguen teniendo muchas preguntas al respecto.

  • Y entonces, ¿eso del purgatorio qué es, como un cielo de segunda categoría o algo así?

  • La verdad es que no– río- pero tiene gracia lo que has dicho. Verás, cuando tu mueres y entras en la eternidad no dejas de ser tú, pero si tu destino final es el cielo no puedes entrar con tus pecados, ¿qué ocurre entonces?

  • Pues supongo que habrá que perderlos por el camino o algo así– sugiere uno

  • Sí, la verdad es que es algo así– le contesto- Pero veréis, quitar los pecados no puede ser facil, que tú seas tú pero sin ningún tipo de egoísmo ni envidias ni nada parecido debe ser un proceso costoso. Desprenderte de tu pecado es algo que evidentemente debe “doler”, que debe suponerte un choque fuerte. Veréis, Jesús en el Evangelio dice en una parábola que cuando venga el Señor de la casa a ver qué han hecho sus siervos, una metáfora del Juicio, algunos recibirán muchos azotes pero otros en cambio pocos azotes… estos “pocos” azotes serían los necesarios para que el siervo volviera de nuevo a contar con la aprobación del amo.

  • ¿Pero eso no se refiere a los sufrimientos de esta vida?

  • En este caso no, ya que son parábolas sobre la venida del Reino. Hay otras imágenes que utiliza Jesucristo o que aparecen en otros libros de la Biblia como la de ser purificados por el fuego, la de pasar una pena temporal de cárcel hasta saldar las deudas, la de blanquear las túnicas hasta dejarlas sin mancha, etc, todas hacen referencia a un proceso doloroso pero que finalmente y una vez concluido hará que quien lo ha recibido se quede en paz con Dios- parece que los chavales lo tienen más o menos claro, pero podemos redondearlo un poco más- Permitidme que os ponga un ejemplo, como una imagen, que aunque no puede ser correcta del todo igual os da una pequeña idea– empiezo pues.

  • Imaginad una mujer joven que se queda embarazada. Sus amigas que ya han tenido un bebé hace no mucho tiempo deciden pasarle la ropita que tienen guardada para su niño. Cuando la chica recibe toda esta ropa hace tres grupos. En un primero pone la ropa que está perfecta, impecable (nunca mejor dicho) incluso sin estrenar, esos trajecitos los guarda directamente en el armario. Hay otro grupo de ropa que está muy estropeada, rota, raída… los tira a la basura sin más. Pero existe otro montón de ropa que, aunque está bastante decente necesita algunos arreglos. A alguno le falta un botón, o tiene un descosido o alguna mancha… esa ropa la arregla, la zurce, la mete en la lavadora, le da un planchado y finalmente, cuando ha quedado perfecta la guarda en el mismo armario en el que había colocado el primero, sin que nadie pueda distinguir ninguna diferencia entre uno y otro.

  • ¿el armario sería entonces el cielo?

  • ¡y el cubo de basura el infierno!

  • Entonces el arreglo de ropa y todo eso de lavar y planchar sería el purgatorio.

  • Correcto, veo que lo habéis pillado- les felicito– pero recordad lo más importante, el destino del primer grupo de ropa y del tercero es el mismo, el armario. No hay un destino bueno, uno malo, y uno regular. Como os dije el otro día Dios nos ha hecho para vivir eternamente en su presencia, aunque es posible que en algunos casos no sea así.

  • Pues yo siempre había entendido que eran como tres lugares, como los pisos de un edificio o algo así.

  • Bueno, esa imagen no es muy acertada, pero es posible que nos haya llegado por un problema gramatical – los chicos se quedan sorprendidos, ¿que tendrá qué ver la gramática en esto?

  • ¿y eso?

  • Veréis, todo eso que hemos hablado de los azotes, el fuego, la pena temporal de carcel o el cosido y el planchado… es lo que tradicionalente se han llamado las “penas purgativas”, esto es, cosas que no son agradables, que son dolorosas, pero que son necesarias para purgar, esto es, para limpiar, purificar o, como ocurre con los medicamentos, vaciar toda la mierda que se te ha quedado retenida en las tripas y no sale por mucha fuerza que hagas en el water– los chavales ríen- Sin embargo, en un momento dado en la historia de la teología, esta palabra que es un artículo, “purgativo”, se sustantivizó y se pasó a hablar de “el purgatorio” pensando que de esta forma quedaba el concepto más claro aunque, y esto es solo una opinión personal, es posible que consiguiese el efecto contrario, ya que como dices parece que sean tres niveles de eternidad.

  • Pues mi abuela decía que había que hacer misa o dar limosna para sacar a la gente del purgatorio o algo así

  • Sí, algo así. Para un proceso como este, el de purificación, toda ayuda es bien recibida por lo que todo lo que podamos hacer para interceder por las almas en este proceso, bienvenido sea.

  • ¿Pero de que sirve si ya están muertos o si ya han pasdo al cielo definitivamente?

  • Recuerda que la eternidad está fuera del espacio y del tiempo, por lo que nuestras  medidas cronológicas no tienen ningún sentido. Todo lo que pidamos por nuestros seres queridos ya fallecidos o por los que están en proceso de purificación son peticiones para la eternidad, que no tiene medida horaria.

Los chicos quedan meditabundos, parece que asimilan aunque sea desde un nivel básico todos estos conceptos, pero cuando ya estoy convencido de que no tienen ninguna pregunta más… vuelven a la carga con otro montón de cuestiones al respecto, pero eso lo veremos en otro momento.

A vueltas con la salvación y la vida eterna (I)


Una de las cosas que me han sorprendido siempre de mis alumnos es su interés por los temas escatológicos: el cielo, el infierno, la salvación, el juicio, el fin del mundo. Cuando observas que en su conducta diaria no se vislumbra más futuro que el de la partida de esta tarde a la play (nombre que dan comúnmente a la consola casera de videojuegos) o como mucho el plan del fin de semana, me resultan curiosos esos planteamientos.

 – ¿el infierno existe? ¿cómo es?

– ¿cómo nos va a juzgar Dios? ¿es cierto que saldremos de la tumba para ir a un tribunal?

– Me han dicho que el fin del mundo viene ya, que será tal día o tal año…

– ¿lo ateos o los musulmanes irán al infierno?

– ¿podemos hablar con los muertos?

– ¿qué es el purgatorio?

– ¿por qué hacemos misas y rezamos por los muertos si ya no pueden volver atrás?

Este tipo de preguntas surgen con cierta regularidad y cuando lo hacen piensas algo como ¿tengo 15 horas o 15 minutos para responder? Pero porque considero que es mi obligación (y también porque me gusta, qué leches) no suelo dejar pregunta sin respuesta por poco tiempo que tenga.

La mente estructurada del profesor se pone a funcionar y necesita ir de las premisas, al tema principal y de este a los aspectos concretos, así que vamos allá:

Bueno, antes de empezar tengo que aclararos que a la hora de hablar de la vida eterna, como del propio Dios, tenemos un problema: la eternidad está fuera del tiempo y del espacio y los seres humanos hemos inventado esos dos conceptos para poder entendernos, pero que en realidad no existen.

– ¿cómo que no existen el tiempo y el espacio?

– Son lo que se llaman “constructos teóricos”– aclaro – los hemos ideado para poder relacionarnos y adaptarnos, pero no existen como unidades independientes, como si fuesen un objeto o una persona y sin embargo no podemos concebir nada si no los tenemos en cuenta.- no les queda muy claro, pero tampoco me puedo detener más en ese punto- y por eso cuando hablamos del cielo o del infierno tenemos que recurrir a “imágenes” que podrán ser más o menos explicativas, pero nunca llegar a ser ciertas.

– ¿a qué te refieres?

– Pues por ejemplo a la imagen del cielo como unos angelitos tocando la lira sobre una nubecitas, que me parece horrorosa por el peñazo que da a entender – ríen – o la del infierno como un sitio con mucho fuego y unos bichos rojos con rabos y cuernos que te hacen la puñeta pinchándote con una lanza.

– ¿pero entonces cómo son?

– Son realidades espirituales y como tal no las podemos representar. Lo que sabemos como premisa general es que Dios nos ha creado para la vida eterna en su presencia, que esta vida que tenemos ahora, que a vosotros os parece que aún durará mucho porque sois muy jóvenes, en realidad es menos que una cagarruta de mosca comparada con toda la eternidad- ríen– y que nuestro destino es vivirla con Él. Esa vida en la presencia de Dios es tremendamente gozosa y es a lo que llamamos cielo y la eternidad fuera de Dios, que sería todo lo contrario, es a lo que llamamos infierno.

– Pero si Dios nos ha creado para el cielo, ¿por qué existe entonces el infierno?

– Porque también nos ha creado libres. Es como una fiesta a la que Él nos invita, pero en cierto modo en nuestra libertad podemos aceptar dicha invitación o rechazarla.

– Pero nadie rechazaría ir al cielo…

– Directamente no, pero hay mucha gente que rechaza a Dios mismo y pasa de Él o lo que es casi peor, rechaza a los demás hombres que son igualmente hijos suyos.

– Entonces ¿cómo podemos saber si vamos a ir al cielo o al infierno?

– Saber lo que se dice saber, no podemos, esto no se trata de una ecuación matemática. Todos confiamos en la misericordia de Dios y que viviremos en su presencia, pero sí que es cierto que a través de su Palabra nos ha ido dando algunas pistas de cómo seremos juzgados.

– ¿Entonces es cómo en un tribunal que te declaran culpable o inocente?

– No, pero si te vale la imagen quédatela– ahora río yo- se trata de ver tu vida conforme a la voluntad de Dios y darte cuenta de ello. Jesucristo, que recordad que es Dios mismo hecho hombre, siempre nos ha invitado a participar del Reino como algo genial estupendo… y nos ha ido dando su palabra y su ejemplo para que podamos empezar a vivirlo “en primicias” aquí en la Tierra y lo hagamos plenamente en la otra vida.

– ¿entonces para ir al cielo hay que ser cristiano? ¿los ateos o los que tienen otra religión van al infierno?

– No, por Dios, nada de eso. Jesús mismo lo explica en el Evangelio. Para que me entendáis, aunque no es del todo correcto, existen dos “formas de juzgar” según si has conocido a Dios o no– los chavales están atentos, la cosa va bien- Por un lado existe los que se llama el juicio a las naciones- les comento la cita de Mt 25, 31-46– es decir, a los pueblos que no conocen a Dios, y pasan a su presencia o quedan excluidos según si han atendido a los más necesitados, que es como hacerlo con el mismo Jesucristo al que no conocen. Por eso, si alguien por el motivo que fuese no ha creído en Dios, o por circunstancias ha aparcado su fe, o incluso si nadie le ha hablado de Él nunca, pero en su vida ha actuado conforme a la moral natural atendiendo a los demás y en especial a los más necesitados, pasaría a su presencia.

– ¿Y los que son creyentes no tendrían que hacer lo mismo de atender a los pobres y demás?

– Sí, pero sería como una consecuencia, un fruto del amor de Dios que yo experimento y que hago extensible a los demás.

– ¿y la forma de ser juzgados?

– Jesús habla sobre cómo serán juzgados en otras parábolas, como la de los talentos o las vírgenes necias y prudentes– les explico los dos pasajes que están en el mismo capítulo de Mt 25 justo antes del juicio a las naciones- En estos casos los siervos conocen a su amo, las chicas del pueblo conocen al novio, y la consecuencia de sus actos está relacionada con la actuación que han tenido ante Él, si han administrado bien sus bienes son recompensados, si se han preparado bien para la boda son invitadas al convite… es decir, si tú has conocido a Dios, ¿cómo has vivido? ¿has actuado conforme a su Palabra, te has preparado prudentemente según la buena nueva y la has comunicado a los demás? ¿o acaso no lo has tomado en serio, has pasado de Él?…

Los alumnos están muy interesados, no paran de hacer preguntas y surgen más temas relacionados, el espiritismo, el purgatorio… tendremos que continuar en otro artículo.

¿Un cura puede enamorarse de una mujer?


  • ¿Un cura puede enamorarse de una mujer?– lanzo la pregunta al aire en la clase cuando voy ha hablarles del enamoramiento y de la decisión de amar.

  • Pues no, no puede– contestan algunos

  • ¿y por qué no?

  • Pues por eso, porque es cura.

Ciertamente el campo está abonado, existe una confusión de términos a aclarar y que por tanto nos permitirá descubrir cosas nuevas juntos.

  • Tenemos que ver entonces una cosa, ¿los sentimientos son voluntarios o involuntarios?– casi todos se quedan pensando, por los gestos que hacen no lo tienen nada claro- Os pondré un ejemplo ¿tú puedes decidir que alguien te caiga mal?, ¿puedes decidir que una cosa te dé miedo?

  • Pues no– suelta el más decidido- yo no puedo hacer que me den miedo… las escaleras.

  • Correcto, aunque es probable que te diesen miedo si de pequeño te caiste por una, pero como bien dices eso no lo decidiste tú

  • ¿pero lo de que alguien te caiga mal? Yo decido con quien me junto o de quien paso…

  • Sí, pero no confundas, la decisión que tomas es posterior a tus sentimientos– pone cara de escepticismo- Veamos, dime el nombre de una amiga tuya muy amiga– me dice un nombre- Pues bien, haz que ahora mismo te caiga mal, decide que te resulte antipática.

  • Eso no puedo hacerlo, si me cae mal alguna vez será por algo…– su rostro se ilumina mientras lo va diciendo, ya lo ha entendido

  • Pues lo mismo ocurre con enamorarse, enamorase es un sentimiento y los sentimientos se forman en nuestra mente sin nuestra voluntad, normalmente relacionados tanto con nuestras emociones como con nuestras experiencias pasadas, por eso a veces son tan sorprendentes.

  • ¿sorprendentes?

  • Sí, un día resulta que te vuelve loquita ese compañero tuyo que tiene gafas y tú te preguntas ¿pero cómo me tiemblan las rodillas ante este chico si a mí nunca me han gustado los que llevan gafas? – las chicas ríen, ellos se hacen los duros- o resulta que no puedes quitarte de la cabeza a esa chica delgadita cuando a ti siempre te han llamado la atención las pechugonas– ahora ríen todos.

La cosa parece que marcha, los chicos están interesados y puedo seguir profundizando.

  • Ahora bien, los sentimientos son muy importantes, forman parte de nosotros, pero pueden ser también peligrosos y por eso debemos aprender a manejarlos

  • ¿pero no has dicho que son involuntarios, que no dependen de nosotros?

  • Que surja un sentimiento no puedes evitarlo, pero sí que puedes fomentar las circunstancias en las que es posible que aparezcan o evitarlas hasta que disminuyan– esto ha sonado a chino- Vuelvo a los ejemplos, te ha llamado la atención una chica, tú procuras hablarle, conocerla un poco mejor, intentar quedarte con ella a solas… es posible que así surja el enamoramiento… o no, que no haya ningún tipo de “magia”. O al revés, te ha hecho gracia la novia de tu mejor amigo, y evitas esas mismas circunstancias para que no surja nada más que complique vuestra amistad.

  • ¿Incluso si te has enamorado ya?

  • Incluso, aunque no sin dolor. ¿Recordáis el caso del cura que os pregunté? Veamos, un cura de repente nota que se ha enamorado de una chica de su parroquia, es un sentimiento que le ha surgido, no lo puede evitar. Pero por mucho que le guste, él ha decidido ser cura y esa es su auténtica vocación, ¿qué puede hacer?

  • Pues probablemente algo como lo que has dicho– contesta uno- evitar quedarse con ella a solas, no darle ningún trato especial ni interesarse en sus circunstancias personales…

  • Es muy correcto. Y así es posible que el sentimiento vaya disminuyendo hasta desaparecer, o incluso aunque así no sea, que el sacerdote sea responsable con su vocación y se diga a sí mismo “aunque me he enamorado de esta chica, no quiero dejar de ser sacerdote, y me guardaré este sentimiento para mi, pero nada más”

  • ¿Y los que no son sacerdotes?

  • Lo mismo, enamorarse es involuntario, decidir amar no. Si te enamoras de un chico que es un violento y piensas que una relación con él sería un peligro, te apartas, como del fuego.

  • ¿Pero eso no es ir en contra de lo que realmente somos?

  • No, pero gracias por la pregunta, por que esa es la cuestión del millón. Los sentimientos forman una parte importante de mí, pero no son yo. Yo soy mucho más que sentimientos, también tengo inteligencia, razón, voluntad, moral, proyectos… obrar sólo por sentimientos es un absurdo. Veamos, si un señor de 50 años casado y con hijos deja a su familia y se va con una chica de 25, ¿podemos disculparlo por que son sus sentimientos?

  • Pues no, ese tío es es un sinvergüenza.

  • Pues igual ocurre con toda nuestra vida. Yo puedo tener odio hacia alguien, pero puedo decidir tratar de aminorarlo o matar a esa persona

  • ¿Y con el amor?

  • Permíteme que te conteste con una pregunta, cuando vayas a casarte y le digas a tu novio lo de “prometo amarte en la salud y la enfermedad todos los día de mi vida” ¿qué estás comprometiendo, tus sentimientos o tu voluntad?– silencio- dicho de otra manera ¿tu puedes saber lo que sentirás dentro de 20 años?– niegan con la cabeza- pues entonces no puedes comprometer tus sentimientos, ya que no tienes control sobre ellos, lo que puedes comprometer es tu voluntad, que libremente has decidido estar con esa persona, apoyarle y acompañarlo el resto de tu vida– “tensión” en el ambiente.

  • ¿pero entonces debemos seguir con alguien aunque se haya pasado el amor?

  • No el amor, el enamoramiento. Ese enamoramiento romántico que os hace estar tan capullos– ríen- desaparece, es ley de vida. Pero si eres consecuente con tu decisión, sobre él crece lo que llamamos el amor verdadero, que tiene mucho más que ver con la complicidad, la ternura o la compenetración, eso es lo que te hace amar de verdad.

La idea general está clara, pero aún hay mucho que matizar…

Las respuestas del examen


Como lo prometido es deuda, antes de leer este artículo ve al anterior si no los has hecho ya. En él proponía a los lectores del blog realizar un examen similar a los que hago a mis alumnos al principio de curso para comprobar los conocimientos de religión y moral católica con los que llegan, y ahora toca dar las respuestas.

¿listo?

¿sí?

¿ya lo has hecho anque sea mentalmente? Venga, vamos entonces

  1. FALSO. San Pedro y San Pablo no escribieron ningún evangelio, hay cartas suyas en la Biblia, pero los evangelistas son Mateo, Marcos, Lucas y Juan.

  2. FALSO. Los evangelios narran la visita de unos sabios de oriente al niño Jesús. Su número y  nombres forman parte de una tradición posterior, pero no están el la Biblia.

  3. FALSO.  Los que hacen los votos de pobreza, obediencia y castidad son los religiosos, los que forman parte de una orden como los escolapios, dominicos, etc, tanto sacerdotes como hermanos legos. Los sacerdotes seculares, los que encontramos en la mayoría de las parroquias no hacen ningún tipo de voto.

  4. FALSO. La clase de religión y la catequesis se dan generalmente en lugares distintos, pero la diferencia no está en el lugar, si no en la finalidad. En la clase se busca la adquisición de conocimientos, en la catequesis la experiencia personal de la fe y el encuentro con Dios.

  5. FALSO El feto adquiere su condición de ser humano desde el primer momento de la concepción, cuando es todavía una única célula, ya que posee su código genético completo que lo caracteriza como único, irrepetible y perteneciente a una especie concreta.

  6. FALSO. Los católicos solo adoramos a Dios y veneramos a la Virgen María y a los santos del cielo. La veneración es una admiración máxima por su santidad.

  7. FALSO. Ser cristiano es una gracia de Dios, es decir, es algo que el Señor te da gratis. No depende de ningún esfuerzo ni del resultado de ninguna acción de la persona.

  8. FALSO. La voluntad de Jesús es que hubiese una única Iglesia, tal como encargó a Pedro. La aparición de multitud de iglesias y congregaciones cristianas son fruto de errores y malosentendidos humanos o intereses particulares a lo largo de la historia.

  9. FALSO. El sucesor de San Pedro hoy en día es el Papa.

  10. FALSO. Celebramos el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre, pero esta fecha proviene de la cristianización de una festividad romana que celebraba el nacimiento del sol, pero no sabemos la fecha concreta. Por los datos de los evangelios debió ser en primavera-verano.

  11. FALSO.Teresa de Calcuta fue la fundadora de una orden religiosa, las Misisoneras de la caridad.

  12. FALSO. Quien elige al nuevo papa son los cardenales cuando el anterior ya ha fallecido.

  13. FALSO. El sacramento de la Confesión se denomina también del Perdón, de la Reconciliación o Penitencia. La Eucaristía es la celebración del sacramento de la Comunión.

Hoy toca examen de religión


Mis experiencias como profesor de religión han sido hasta la fecha realizando sustituciones. Ser profesor sustituto tiene una pequeña dificultad añadida: tienes que trabajar sobre la base de otra persona pero no puedes convertirte en ella y dejar de ser tú. Yo procuro respetar, como no, la linea general del compañero sustituido pero dar las clases según mi forma de entender.

Esto en ocasiones es más complejo de lo que parece. Una vez me tocó sustituir a un compañero que se limitaba a poner películas y organizar debates. Hacer debates es algo que no suelo utilizar, ya que por mi experiencia para debatir de algo necesitas tener un conocimiento amplio del tema y con los alumnos al final se convierte en una continua corrección de errores. Lo de las películas lo suelo utilizar como recurso pero nunca como exclusivo y siempre relacionado con el tema en cuestión. Las películas sobre “valores humanos” raras veces las empleo y por lo general utilizo las de contenido religioso explícito.

 

En cuanto a los alumnos resulta curioso como, pese a su juventud, suelen resistirse al cambio, muchas veces de forma interesada, como el grupo que me insistía en trabajar con los ordenadores de la sala de informática, algo que no suelo emplear, pero cuyo interés era el de chatear con amigos o revisar sus páginas de twiter o facebook.

Pero una cosa en la que encuentro al principio bastante resistencia es a la hora de hacer exámenes. Me gusta hacer exámenes, me parece un instrumento válido y objetivo para evaluar a los chicos además de conferir a mi asignatura la “normalidad” de cualquier otra. Sin embargo esta práctica no es compartida por la gran mayoría de compañeros, por lo que los alumnos suelen decirme lo de “en Religión no hacemos exámenes”.

  • Bueno, veo que tenéis mucho interés en ser profesores de religión- ironizo- pero me temo que debéis tener algo de paciencia.

Cierto es que yo hago exámenes para aprobar, tipo test, sin preguntas a mala lecha y totalmente objetivas, que era lo que más odiaba cuando era alumno, en las que más que saber la respuesta debes saber interpretar lo que ha querido decir el profesor o aquellas en las que un alternativa era correcta y la otra “más correcta” que la primera. Mi exámenes son cortos, de dos alternativas, una claramente correcta y otra claramente falsa. Aprobarlos es muy fácil y solo suspenden al final aquellos que muestran un claro interés en ello y a los que respeto su voluntad.

Para que les quede claro hago un examen el primer día, no calificable pero que me sirve para tener una idea de sus conocimientos sobre religión y moral católica, normalmente paupérrimos. 12-15 frases que deben indicar si son verdaderas o falsas y que hoy quiero compartir con los lectores de este blog, ¿alguien se anima?. Las respuestas las daré en un par de días.

  1. San Pedro y San Pablo fueron dos de los cuatro evangelistas

  2. Los evangelios narran la visita de los tres reyes magos Melchor, Gaspar y Baltasar al niño Jesús.

  3. Todos los sacerdotes hacen sus votos de pobreza, obediencia y castidad al ordenarse.

  4. La diferencia entre la clase de religión y la catequesis es que una se da en el colegio y otra en la parroquia.

  5. El feto adquiere su condición de ser humano a los tres meses de la concepción.

  6. Los católicos adoramos a la Virgen María

  7. Para ser cristiano se requiere un esfuerzo constante en la oración y las buenas obras.

  8. La voluntad de Jesús es que hubiese multitud de iglesias y congregaciones cristianas.

  9. El sucesor de San Pedro hoy en día es el patriarca de Jerusalén.

  10. Jesús nació el 25 de diciembre

  11. Teresa de Calcuta fue la fundadora de una ONG

  12. Cada Papa se encarga de elegir a su sucesor.

  13. El sacramento de la Confesión se denomina también Eucaristía

Adelante, tenéis un minuto (bueno, es broma). Para las respuestas correctas no habría nada que matizar, para las falsas sería bueno que identificaseis dónde está el error o cual sería la afirmación correcta.

La asignatura de religión y su alternativa


Cuando se plantea el debate sobre si es conveniente una asignatura de religión automáticamente parece crearse una controversia entre creyentes y ateos, que nada favorece a la resolución del mismo. Para poner algo de luz deberíamos a mi huilde juicio empezar de lo más general de la educación a lo más concreto de una asignatura.

El fin de la educación es doble, por un lado debe instruir a los alumnos en diversas materias y por otro formarlos como personas de bien (sé que suena un poco anticuado, pero me sigue pareciendo la mejor definición). Cada asignatura no será nada más (ni nada menos) que la adaptación pedagógica para cada edad de una parcela del saber humano que le sirva para concocer, interpretar e intervenir en el mundo en el que vive.

 

Hay consenso en que determinados conocimientos como la historia, las matemáticas o el lenguaje resultan básicos en la educación, por eso se formulan como asignatura en la misma. ¿Qué ocurriría entonces con la religión? ¿tener un conocimiento de religión nos ayudaría a conocer, interpretar e intervenir en la sociedad en que vivimos o sería algo supérfluo y ajeno al día a día de los chavales?. Analicémoslo pues.

Para empezar algo tan propio como los nombres de los alumnos están tomados en su gran mayoría del santoral de la Iglesia. Nuestras ciudades están llenas de templos religiosos y en nuestras costumbres sociales celebramos determinados ritos de un marcado contenido religioso como bodas, bautizos o comuniones. La historia sería ininteligible si no poseyésemos unos conocimientos básicos de religión, desde por qué nuestro calendario toma un año cero desde el nacimiento de una persona concreta, hasta fenómenos como la caida del imperio romano, la formación de Europa, la conquista de América, las cruzadas… El origen mismo de los valores de las grandes revoluciones desde la francesa a la bolchevique de libertad, igualdad o fraternidad tienen una base cristiana. La gran mayoría de las manifestaciones artísticas en la pintura, la escultura o la música tienen contenido sacro. La actualidad informativa está llena de personajes y acontecimientos de relevancia religiosa, desde el conflicto arabe-israelí a la figura del Papa…

En el desarrollo integral de la persona, la trascendencia humana, los grandes interrogantes sobre el sentido y la finalidad de la vida, la posibilidad de la felicidad y de los grandes valores éticos encuentran respuesta en la concepción religiosa de la vida. En el ámbito de la convivencia diaria los chavales viven y comparten su tiempo con compañeros de diversas tradiciones y culturas, muchas de ellas marcadas por el hecho religioso…

Parece por todo lo expuesto que introducir conceptos básicos de religión en el sistema educativo no solo sería conveniente, sino necesario. El problema que se nos produce a continuación es cómo hacerlo, ¿debemos adoptar la educación de la religión desde un punto de vista confesional o desde un tipo de vista neutro de carácter histórico y sociológico? Y lo que esto conlleva ¿quién debe tomar esta decisión?. Algunos defenderían que debería tomarla la autoridad de turno, pero ¿por qué imponer un modelo? ¿No sería mejor que los propios padres de los alumnos, o en su caso ellos mismos, decidiesen que enfoque desean? En esta línea se manifiesta además una constitución como la española que reconoce el derecho de los padres “para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones” (Art. 27.3).

Por eso una buena propuesta sería que la religión formase parte como asignatura del curriculum escolar, al igual que cualquier otra de las materias comunes, pero que existiese un alternativa a elegir por los padres entre la asignatura  confesional (católica o de cualquier otra índole) y la de “Religión, cultura y sociedad”, esto supondría, por hacer un juego de palabras, que la alternativa a la asignatura de religión sería religión. Las alternativas actuales como “apoyo pedagógico” se convierte en la práctica en religión o nada, un abono magnífico para la ilegalidad y la discriminación.

Sobre la felicidad, la alegría y el sufrimiento


  • Solo se puede ser feliz en Dios

    La frase es tan rotunda que merecería no ser verdad, pero me temo que es absolutamente cierta. Es lógica la respuesta de mis alumnos

    – ¿Pero un ateo no puede ser feliz?¿Está condenado a ser un desgraciado toda su vida?

  • No creo haber dicho eso segundo, pero curiosamente, y basándome en mi propia experiencia, todas aquellas personas a las que he conocido en mi vida que me han dicho que eran felices eran creyentes. Y a otras ateas o de fe muy infantil, muchas de ellas gente de bien y sin mayores problemas en la vida, me han dicho cosas como “lo que ocurre es que la felicidad como tal no existe, lo único que hay son momentos felices y que lo que debemos hacer es tratar de vivir los mayores ratos de estos posibles”. Vamos, lo que es lo mismo, la felicidad es una cosa de “a ratos”.

  • ¿Pero por qué ocurre eso entonces?

  • Bueno, a grandes rasgos podríamos buscar una explicación…

Y es en ese momento donde, como tantas otras veces, aprovecho una inquietud creada en los chavales para desarrollar un nuevo tema.

Para empezar no hay que confundir los términos alegría y felicidad, aunque estén ligados en ocasiones, son muy distintos. Estar alegre o contento es algo puntual, debido a alguna circunstancia concreta y la conjugamos con el verbo estar: Estoy contento por que he pasado una tarde agradable con los amigos, estoy alegre porque hace un día magnífico…

La felicidad es un estado permanente, o por lo menos que tiende a serlo, y va muy relacionado con el sentido de la vida, con la realización plena de la persona y la conjugamos con el verbo ser: soy feliz, mi vida es dichosa.

Tal es así que lo opuesto a la alegría es el sufrimiento, cuando hay un sufrimiento en tu vida, una enfermedad, un mal de amores, un problema económico o de salud… no puedes estar alegre. Pero el sufrimiento no es antónimo a la felicidad, no mata la felicidad, aunque tenga ahora mismo este problema en concreto que me hace sufrir, mi vida no deja de ser feliz.

¿Cuál es el problema? Pues que el hombre, por el hecho de serlo, es un ser paciente, que viene de pathós, sufrir (patir en valenciano). Por más que lo intente siempre tendrá algún tipo de sufrimiento en su vida. Aquel que crea que la felicidad no existe, que no es más una suma de ratos agradables, ratos de alegría, jamás conseguirá ser feliz, por que el sufrimiento mata la alegría. Pero aquél que integre su sufrimiento como algo que le ayuda a entender el sufrimiento de los demás, a ser humilde, a reconocer sus propios límites, a vivirlo en definitiva desde el sentido redentor de la cruz de Cristo, ese será feliz.

¿Debemos buscar entonces el sufrimiento? No por supuesto, ese ya viene solo. Debemos disfrutar, vivir, aprovechar las cosas buenas que Dios nos da cada día… pero no desesperarnos (= perder la esperanza) cuando no suceda así.

Si somos (y no podemos dejar de serlo) hijos de Dios, hechos a su imagen y semejanza, para que nuestra vida tenga sentido, para ser felices, no tenemos más remedio que vivir como tales, vivir en la alabanza. Eso no significa que debamos renunciar a poder ganar dinero, o tener amigos, momentos de ocio y fiesta, formar una familia, tener prestigio en nuestro trabajo… pero sin hacer de ello el dios de nuestra vida

  • ¿Pero cómo podemos saber si lo hacemos o no?

  • Depende de como usemos el artículo neutro “lo”– este tipo de frases “misteriosas” son de las que crean perplejidad en los chavales y captan su atención, me encantan-Me explico… ¿el dinero, el amor, el prestigio… son importantes?– los chicos dudan, no saben si dar su opinión, si tratar de acertar la respuesta “correcta”…- Por supuesto que lo son. El problema es cuando ponemos el artículo “lo” y pasamos de decir “el dinero es importante” a decir “el dinero es lo importante”, “el afecto es importante” a decir “el afecto es lo importante”…

Explico entonces que al hacer esto mismo estamos divinizando lo creado, es decir, desplazamos a Dios para poner en su lugar el dinero, el sexo, la fama o cualquier otra cosa. Pero como por mucho que lo hagamos estas cosas no pueden dar sentido a nuestra vida, precisamente por que no son Dios.

Una sociedad materialista y hedonista como la nuestra, lejos de solucionar el problema, lo agrava, porque el hombre, al no poder dejar de sufrir, lo que propone es la alienación: evádete con el placer, con el trabajo, con el dinero, con el alcohol y las drogas… por eso a un problema como es la falta de sentido a la vida añade un segundo. ¿Cómo lo “soluciona” Jesucristo?. Devuelvo la pregunta a los chavales

¿Qué dice Jesús que cojan aquellos que quieren seguirlo y ser sus discípulos?- caras de ignorancia entre los chicos- ¿su fe?. ¿su alegría?. ¿su dinero?… No, dice algo más “curioso”, “el que quiera ser discípulo mio, tome su cruz y me siga”, y aquí la palabra cruz es sinónimo de sufrimiento. Ojo, no dice que se busque una cruz, que trate de sufrir, todo lo contrario, que coja el sufrimiento que ya tiene, el de su vida concreta, porque con su sufrimiento, con su limitación, con su entrega por los demás… es como se llega a ser auténtico discípulo.

Dios Todopoderoso no es todopoderoso.


Publicado originalmente el 18-1-12

Para explicar las características de Dios a mis alumnos suelo utilizar una frase paradójica que además de curiosa consigue captar su atención: “Dios Todopoderoso no es todopoderoso”.

-¿Cómo? ¿Pero no es eso lo que dice el Credo?

-Efectivamente, pero hay cosas que Dios no puede hacer precisamente por eso mismo, por que es Dios.

Tras la conmoción inicial desarrollo algunos puntos sobre lo dicho:

.-Dios no puede odiar, ni aunque se lo proponga. Como Dios es amor (1 Jn 4,8) no está en su naturaleza el odio, podríamos decir que no “lo conoce”.

.-Dios no puede crear otro Dios. Dios es uno, es único, (Dt 6,4) por tanto en el caso que crease algo de su misma naturaleza seguiría siendo Él mismo, esto es, un sinsentido.

.-Dios no puede crear un ser superior a Él, si así fuera, el nuevo ser sería entonces el auténtico Dios superior a todo, otra vuelta al absurdo.

.- Dios no puede negar su perdón al que se arrepiente de corazón, esto es, sinceramente (Sal 50, 18-19). Su voluntad no es condenar al pecador, si no que se convierta y viva, por eso no puede renunciar a su ser de misericordia.

.- Dios no puede quitar la libertad al ser humano. Dios ha hecho al hombre libre por que le ha parecido bueno, por eso, aunque utilice su libertad para el mal no puede negarse a sí mismo y reducirlo a un mero animal de vida instintiva.

.- Dios no puede aprender nada nuevo porque es inmutable, es decir, no cambia nada, por lo que no puede adquirir nada nuevo.

.- Dios no puede irse de vacaciones, ni siquiera por un ratito. Al ser omnipresente está en todas partes al mismo tiempo.

Al hablar por tanto de la omnipotencia de Dios lo hacemos en relación al hombre. Su vida, su fuerza, su paciencia, su capacidad, su amor, su misericordia… exceden en todo lo imaginable a la del ser humano, en términos cuantitativos diríamos que son infinitamente superiores, por eso, frente a la limitación del ser humano Dios aparece todopoderoso, pero como es Dios, por mucho que se empeñe, no puede dejar de ser Dios.

Añadido a la nueva publicación: circula una paradoja por internet que refleja esto mismo, se trata de la pregunta ¿puede Dios crear una piedra tan pesada que ni Él mismo pueda levantar?, si no puede crearla o no puede levantarla (una u otra) no es todopoderoso. Una versión más graciosa de esta misma paradoja la plantea el personaje de Hommer en la serie Los Simpsons, ¿puede Dios crear un bocadillo tan grande que ni Él mismo se lo pueda comer?.

Otra versión de la misma es una adivinanza que dice “¿Qué cosa es que ni el rey de España, ni el Papa ni Dios con todo su poder pueden ver?». La respuesta es “otro como él” dado que los tres son únicos.

Arrancarse un ojo


Publicado originalmente el 31-12-11

Uno de los textos evangélicos que suelo trabajar mucho con mis alumnos es el Sermón de la Montaña. Está en los capítulos 4 al 6 del evangelio de Mateo y recoge las enseñanzas de Jesucristo sobre la felicidad, el pecado, el dinero, la oración… todo un documento.

Una de las frases que más llama la atención a los chavales es la de Mt 5,29: Si tu ojo derecho te es ocasión de pecado, arráncatelo y arrójalo de ti, más te vale perder uno solo de tus miembros a que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.

 

Pero eso no puede ser, es una barbaridad

-¿Cómo va a poder alguien hacer algo así?

-Bueno -les digo- yo tengo una amiga que se arrancó un ojo.

-¿De verdad? ¿Se mutiló y se quedó tuerta?

-Esperad a que os cuente la historia:

«Mi amiga, una mujer creyente, había llegado a los cuarenta y permanecía soltera, pero no por decisión suya. Era una mujer guapa y agradable y su sueño seguía siendo encontrar un hombre del que enamorarse y con el que contraer matrimonio, pero por lo que fuese no se había dado el caso.

En eso se enamoró de un compañero de trabajo y él la correspondió y empezaron a salir. Ella pensaba que por fin se cumpliría su sueño, pero al poco tiempo le confesó que estaba casado, pero que a quien realmente quería era a ella y que estaba dispuesto a dejar a su mujer y comenzar una nueva vida con mi amiga. Esta tuvo un gran conflicto entre sus sentimientos y su moral. Estaban realmente enamorados y él le ofrecía la posibilidad de cumplir sus anhelos pero por otro lado no quería salir con un hombre casado y mucho menos ser la causante de la ruptura de un matrimonio.

¿Qué decisión tomó? Cortó con ese hombre. Para ella, que realmente lo amaba, fue arrancarse un ojo. Le pidió que no volviera ni a hablar con ella, se trasladó a otro centro de la empresa para no volver a verle y hasta se cambió de número de teléfono para que no pudiera llamarla. Eso le causó un gran dolor, se había arrancado de sí lo que más quería, mucho más que un ojo.

Pero el Señor la compensó. Al cabo de un tiempo encontró a otro hombre mucho más guapo, simpático y con dinero (esto reconozco que es un adorno literario, no sé cómo eran ninguno de los dos pretendientes) y se enamoraron, y él no tuvo ningún problema en acercarse a la Iglesia para profundizar en su fe y hoy después de mucho tiempo siguen formando un matrimonio feliz y cristiano (las chicas sonríen). Pero ojo, Dios pudo no haberlo hecho, ni mi amiga buscaba la compensación, solamente ser coherente con su fe».

El relato suele causar un cierta conmoción y tras esta surgen algunas reflexiones

-Ya, pero ese es un caso muy extremo, a nosotros no creo que se nos diese algo parecido.

Claro que sí-respondo- y muchas veces.

Y en eso empiezo a citar casos que se aproximen a su realidad

Si quedarte sólo en casa te es ocasión de encenderte el ordenador y empezar a buscar porno en internet – muchos de los chicos sonríen maliciosamente- no lo hagas, y si no lo puedes resistir vete de casa, llama a un amigo para dar un paseo o sal a correr.

Si el grupo de amigos con el que vas le ha dado por beber y fumar porros y no puedes hacer nada por evitarlo– risas en el aula- búscate otros amigos o díles que tú sólo quedarás con ellos para jugar al futbol.

Si ese chico que te vuelve loquita te pide salir– risas- pero al poco ves que lo único que busca es utilizarte, rompe con él y pídele a Dios que te de un novio mejor y que te respete.

Ellos empiezan a hacer sus cábalas y descubren que hay muchos otros casos en los que deberían arrancarse un ojo. Qué consigan hacerlo o que caigan es algo que forma parte de su historia con Dios.

PD: La historia de mi amiga es real, la cuento sin dar detalles para preservar su intimidad, algunos de mis amigos que leen este blog la conocen personalmente y muchos de ellos conocen su historia simplemente por que es ella misma quien la contó como testimonio.

Corrigiendo tacos y blasfemias


Publicado originalmente el 12-1-12

Pero profesor, ¿tú nunca dices tacos?

Sí, cuando estoy muy enfadado se me escapa alguno. Así que si alguna vez me lo oís más vale que os cortéis.

Trataba de explicar a los chicos en clase la diferencia entre las palabras malsonantes y blasfemias, ambas reprobables aunque no de la misma gravedad. Los tacos o palabrotas son términos que están considerados comúnmente como desagradables y por tanto en buena educación no deberían ser pronunciados. La mayoría de ellos hacen referencia a los órganos genitales, al acto sexual o a alguna de sus variantes o cualquier otro tema relacionado con ello, pero usando sus términos más vulgares.

Si alguien dijera en voz alta alguna expresión como “¡testículos!”, “¡vagina!”, “¡copular!”, “¡meretriz!”, “¡ve a practicar sexo anal!”… no solo no sería considerado como malhablado, si no como alguien auténticamente cursi. Pero los mismos términos, expresados con sus sinónimos más ordinarios, producirían una sensación de desagrado en quienes los escucharan.

De todas maneras el uso de los tacos o palabrotas son una consecuencia de normas de conducta e incluso pueden ser aceptados en algún contexto coloquial, pero poco tienen que ver con el hecho de ser cristiano o no (algunos me discutirían esta afirmación).

No ocurre así con la blasfemia que, tal como define la Real Academia de la Lengua, es una palabra injuriosa contra Dios, la Virgen y los santos. Podríamos añadir que también lo sería contra todo acto o elemento sagrado o relacionado con ellos.

Es cierto que muchas veces las blasfemias, en especial las de uso más corriente, son utilizadas como muletillas y en ocasiones proferidas sin percatarse del auténtico significado de las mismas, pero no por ello deben se admitidas o dejar de ser corregidas, en especial en el contexto educacional. De la misma manera que como padres no se lo consentimos a nuestros hijos, tampoco como profesores se lo podemos consentir a nuestros alumnos. No obstante he de reconocer que es algo que, bien explicado, los chavales lo entienden y asumen y tratan de corregirlo (otra cosa es el éxito que consigan, evidentemente).

Curiosamente no se da la misma reacción en los adultos, que confunden la libertad con la falta de respeto y en ocasiones se sienten en su derecho de “defecar” sobre lo sagrado aunque, curiosamente, les ofende en grado sumo que eso mismo se haga sobre su madre. La contradicción es humana.

Creer en los milagros


Publicado originalmente el 22-12-11

Una de los problemas que surgen en la clase de religión cuando vemos la lectura de algún milagro de Jesús es la racionalidad ante estos. Siempre hay alguien que salta con lo de

– Pues yo no me lo creo

– Eso es imposible

– ¿Cómo va a salir el Lázaro ese de la tumba después de varios días muerto por qué se lo diga Jesús?

Y es que ciertamente es imposible, nadie sale de la tumba por que otro se lo ordene, ni camina sobre las aguas sin hundirse, ni es capaz de alimentar a 5000 personas con 5 panes y 2 peces y que además al final sobre mucha más comida de la que había en un principio. Lo más curioso es que precisamente en eso consiste el milagro, si no fuese imposible no sería tal, porque lo que es imposible para el hombre es posible para Dios (Lc 18,17).

Es cierto que algunos estudiosos han tratado de racionalizar los milagros negando su existencia real y dándole un carácter metafórico lo que en realidad sucedió es que… en un ejercicio de soberbia queriendo reinterpretar lo que únicamente sería posible si el autor tuviera una máquina del tiempo con la que viajar al momento y lugar en que sucedieron los hechos.

En algunos casos incluso tratando de racionalizar el milagro lo que hacen es reafirmarlo a su pesar. Como cuando tratan de explicar que las supuestas posesiones demoníacas que curaba Jesús eran en realidad ataques epilépticos, cosa comprensible si alguien en el siglo I viese a otra persona retorciéndose y echando espumarajos por la boca, pero que en el fondo lo que hacen es afirmar que Jesús era capaz de curar una epilepsia con una simple orden, es decir, de hacer milagros.

Pero volviendo a los alumnos lo primero que se me ocurre cuando plantean la incredulidad es darles la razón. No se puede creer en los milagros por sí, antes hay que pasar el test de las 3 preguntas con respuesta afirmativa:

  1. ¿Crees que existe Dios todopoderoso, autor de todo lo creado incluido el hombre?

  1. ¿Crees que ese mismo Dios es un ser que se preocupa y ama a sus criaturas?

  1. ¿Crees que ese mismo amor lleva a Dios a que en un momento determinado de la historia y para la salvación del hombre asume su propia naturaleza haciéndose uno más de nosotros?

Si las tres respuestas son sí, la existencia de los milagros es una consecuencia más de esta historia de la salvación, no algo que deriva de unos superpoderes al estilo Marvel. Dios mismo es capaz de alterar las leyes de la naturaleza que el mismo ha creado, aunque lo hace en ocasiones muy muy contadas. Pero si no crees en Dios todopoderoso creador, hecho hombre para nuestra salvación, todo lo que te cuenten de Él serán simples pamplinas.

Y de paso recuerdo a los chicos que milagro en latín se dice signum porque no son nada más y nada menos que eso, signos del amor y la presencia de Dios entre los hombres.

La clase de religión y/o la catequesis


Publicado originalmente el 9 diciembre, 2011

 –Vamos a ver– pregunto a mis alumnos- si uno de vuestros compañeros me dice que no cree en Dios, que está en nuestra asignatura porque lo matricularon sus padres, ¿podría lograr un sobresaliente en la evaluación?-

Hombre, pues no…-contesta uno

¿Por qué no?

Pues si no cree, no cree ¿cómo va a sacar un sobresaliente?

Haré la pregunta al revés– contesto- si uno de vosotros afirma tener mucha fe y que va a misa todos los domingos, ¿podría suspender la asignatura de religión?

Pues no, por los mismos motivos.

Pues permitidme que os diga que estáis equivocados. Si yo os pregunto quién es hoy en día el sucesor de San Pedro, si me contestáis bien os pondré bien y si me dáis una respuesta incorrecta os la computaré como mala, con independencia de que seáis creyentes o ateos– Los chavales reflexionan, parece que lo han entendido

Supongamos otro caso, que en lugar de ser esto una clase fuese un grupo de catequesis de preparación para el sacramento de la confirmación y yo fuese vuestro catequista, y el mismo compañero me dice que él es ateo, ¿debería dejarle que recibiese el sacramento?- Los chicos parece que dudan, no quieren volver a fallar

Uhm… ¿no?- contesta uno.

Bueno, en principio deberíamos decirle que no -le respondo- recibir un sacramento es un acto de fe y que si no cree no debe hacer una pantomima.

. Pero entonces… ¿la catequesis y la clase de religión son completamente distintas?

Completamente tampoco, digamos que son distintas pero complementarias. Veamos, en una catequesis se imparten conocimientos, pero de lo que se trata principalmente no es de que adquiráis los mismos, si no que estos os lleven a una relación más personal con Dios y a una conciencia clara de lo que supone para cada uno ser Iglesia -los chavales escuchan atentos, va bien la cosa- En clase de religión se imparten conocimientos y se os evalúa en base a cómo los habéis adquirido y el trabajo que sobre ellos habéis realizado.

Es cierto que a los que tenéis fe lo que aprendáis aquí os va a servir para consolidarla, e incluso a lo que no tenéis fe o tenéis una fe débil o infantil muchas de las cosas que aprendáis en clase os crearán inquietudes y a lo mejor si Dios quiere os llevarán a plantearos seriamente vuestra relación con Él, pero al final de la evaluación yo no te peguntaré si vas a misa o no, si no que me digas con qué otro nombre se conoce a la misa, y sobre eso y no sobre otra cosa te pondré la nota.

Este diálogo, o algún otro similar, se suele producir en la clase a principio de curso, cuando termino de pasarles un test con frases de “verdadero o falso” sobre sus conocimentos generales de religión y moral católica, en concreto al item  la diferencia principal entre la clase de religión y la catequesis es que la primera se da en el colegio y la segunda en la parroquia”. La respuesta evidentemente es “falso”, aunque para muchos no resulte tan evidente.

PD: el sucesor de San Pedro hoy en día es el Papa y la misa se conoce también con el nombre de Eucaristía (para los que quieran aprobar el examen)

Jesucristo está zumbado.


Publicado originalmente el 1 febrero, 2012

¿De que tipo de personas podemos decir que son afortunados, que pueden sentirse satisfechos y felices con su vida?- Lanzo la pregunta al aire a mis alumnos y obtengo varias respuestas.

-De los que tienen dinero

-De los que lo pasan bien con los amigos y en el tiempo libre

-De aquellos que consiguen todo lo que se proponen

-De los que tiene fama o la consideración de los demás.

-De los que tienen éxito con las chicas y ligan mucho.

Esta pregunta la realizo para introducir el “Sermón de la montaña”, ese compendio magnífico de la doctrina de Jesucristo que se encuentra en los capítulos 5 al 7 del Evangelio de San Mateo, y en concreto para el principio del mismo, las Bienaventuranzas.

– Bueno, lo que habéis dicho podría considerarse como respuestas lógicas, o al menos tal como se entiende normalmente en una sociedad como la nuestra. Pero vamos a ver una cosa, ¿Qué pensaríais de alguien que dijera que los felices son los que no tienen nada, los que tienen algún sufrimiento serio, los que intentan hacer las cosas bien y lo único que consiguen es que la gente los desprecie?

– Pues que ese tío está zumbado, profesor.

– Sí, creo que podemos expresarlo así. Pero ese zumbado es ni más ni menos que Jesucristo.- Leo entonces el principio del sermón, las Bienaventuranzas (Mt 5, 1-12). Los felices son los pobres, los que lloran, los perseguidos por buscar la justicia, los sencillos y humildes… modelos muy distintos a los que los chavales han expresado al principio, los mismos que reflejan nuestra sociedad en general.

-¿Pero entonces se trata de una especie de masoquismo? ¿Son felices los que sufren?

-Sí, pero no por el hecho de sufrir, si no por el hecho de que reciben el consuelo de Dios.

-¿Y eso?

-El dinero, el prestigio, la fama, la salud… son cosas que en sí mismo están bien, pero son incapaces de saciar al hombre, de darle sentido a su vida. Lo único que te sacia realmente es el amor de Dios. El que no tiene nada de eso es realmente feliz si pone su esperanza en Dios, da igual que tenga o no dinero, o salud o lo que sea, sí tiene la experiencia del Señor en su vida

-Pero entonces… ¿Debemos rechazar el dinero o la posibilidad de vivir bien?

-No necesariamente, las aspiraciones humanas de prosperar, formar una familia o conseguir metas en nuestras actividades son perfectamente legítimas, lo que tenemos que saber es que para ser felices necesitamos a Dios, si tenemos a Dios y somos ricos, estupendo, si tenemos a Dios y somos pobres, también. Y lo mismo con la salud o los amigos o el prestigio…- Los chicos miran con cara de escepticismo. Algunos asiententímidamente, a otros el mensaje de las bienaventuranzas les suena como si les hablase en swajili

Prosigo pues con el sermón de la montaña y paso a otro pasaje, aunque con una aproximación similar

– A la hora de relacionarnos con los demás ¿cómo debemos comportarnos con aquellos que nos hacen la vida imposible, los que nos desprecian o hablan mal de nosotros?

– Que no se nos suban a las barbas

– Tratarles de la misma manera

– Pasar de ellos

– Pues hay un zumbado– contesto- que dice que a esa gente la tenemos que querer como a nuestros mejores colegas, que les ayudemos en todo lo que podamos e incluso que recemos para que todo les vaya bien. Imagino que sabéis de quien hablo.

– De Jesús– responden al unísono

– Efectivamente, es lo que Él llama el amor a los enemigos- leo el pasaje de Mt 5. 38-48.

– Pero profesor, todo eso de que no nos importe la pobreza o de amar a los enemigos es imposible.

– Por supuesto

– Entonces… ¿por qué nos lo pide?

– Porque quiere que seas feliz, y por eso, como sabe que es imposible para ti, quiere hacerlo Él y dártelo gratis. Lo único que te queda es no resistirte a su voluntad, dejarte hacer, poco a poco, que Él te cambie la vida…

Los chavales se quedan pensado ¿será posible vivir así? ¿será posible que alguien pueda cumplir eso? ¿será posible que eso sea para mí? ¿será que el que está zumbado es el profesor?. Seguro que todas esas preguntas merecen una respuesta afirmativa.

¿La asignatura de religión es confesional?…empecemos rezando pues.


Publicado originalmente el 6-12-11

Suelo empezar la clase de religión siempre de la misma forma. Primero pido a mis alumnos que se pongan en pie y solicito un voluntario para que salga a la pizarra y haga una oración colecta, aquella que hace una persona en nombre de un grupo, si no sale nadie la hago yo mismo. Les enseño a que el que salga adopte con sus manos un gesto de oración, (solamente él) mientras la realiza: con las palmas de las manos hacia arriba, juntas o hacia el frente como en cruz, lo que quiera.

Les sugiero que de forma personal hagan una acción de gracias “Señor te doy gracias por esto y aquello”, una petición “Señor te pido lo otro y lo de más allá” y que recojan la oración con la fórmula “Por Jesucristo nuestro Señor” a lo que sus compañeros responden con unAmén”.

Esta actividad tan sencilla, de apenas 1 minuto, me ha reportado muchísimas satisfacciones y también algún que otro dolor de cabeza. Lo más importante es que muchos chavales se encuentran con la oración, algo que en su mayoría no tienen costumbre y empiezan a tener, aunque de forma muy incipiente, una relación personal con Dios: le agradecen por las cosas que les van bien, les piden cuando tienen a la abuelita enferma, etc.

Por otro empiezan a perder el miedo a significarse, aunque sea con los compañeros de la asignatura. De hecho es muy normal que al principio de curso nadie quiera salir de voluntario y conforme avanza este hay incluso pugnas para ver quién es el que la hace.

Pero por otro lado, y aunque de menor importancia, también he tenido algún que otro rechazo. En una ocasión una chica me dijo que ella no era creyente (sí, pero había escogido la asignatura) y no quería hacer oración. Le dije que simplemente se pusiera en pie en señal de respeto y que a la hora de la respuesta se callara en lugar de decir el amén. Lo entendió perfectamente y así lo hizo.

Algo parecido me pasó, tristemente, con un chico cuya familia era de los Testigos de Jehová. No quería participar, ni ponerse en pie ni mucho menos decir amén. Que se mantendría sentado y en silencio pero nada más. Le dije que las normas en clase las dictaba yo como profesor y que ponerse en pie era una simple señal de respeto, pero ni aún así. No se trataba del contenido de la oración (era dar gracias y pedir a Dios, un gesto común en cualquier religión) sino de compartir oración, aunque fuese de forma presencial, con alguien de una religión distinta a la suya. Hasta vino su madre y muy educadamente me felicitó sinceramente porque entendía que yo era alguien que me preocupaba seriamente por la formación de mis alumnos, cosa que no habían hecho según ella mis predecesores, peo que en cuanto al gesto de levantarse entendía que era una decisión “dictatorial” por mi parte. Remití el asunto a la dirección del centro y lo dejé correr.

En otra ocasión me llamó la jefa de estudios del centro en el que me había incorporado no hacía mucho, una persona de la que obtuve siempre colaboración y jamás tuve ningún otro problema. Me dijo que le habían explicado los alumnos lo que hacía el “nuevo de religión” y que yo tenía que comprender que un aula no es un templo ni un centro de culto, más en un centro público. En un primer momento su observación me cayó como un jarro de agua fría y le contesté con algo de brusquedad, por lo que luego me disculpé, pero le dije que el profesor de tecnología no solamente les indica lo que es un destornillador, si no que también les hace manejarlo y que el primero que sabía la diferencia entre el colegio y la Iglesia o entre la clase y la catequesis era yo. Cuando le conté exactamente lo que hacía entendió que no había ningún problema.

Pero quizá lo más duro es cuando comentarios así te vienen de tus propios compañeros de asignatura

Me han dicho tus alumnos que tu clase parece un grupo parroquial y que les haces rezar, levantar las manos al cielo y cosas así.

¿Qué decir entonces? Primero explicar otra vez qué es exactamente lo que hago y luego algo así como

Querido compañero, ¿nuestra asignatura es confesional, verdad? Pues en eso caso empezarla con un pequeña oración es lo menos que podemos hacer.

Un chico de 15 años que va a misa todos los domingos es un…


Publicado originalmente el 1-12-11

Como he comentado en alguna ocasión, los alumnos de la asignatura de religión en un centro público no suelen tener una inquietud espiritual o una práctica religiosa superior a la del resto de sus compañeros, salvo excepciones.

Algunos de ellos pertenecen a algún movimiento juvenil de su parroquia, tipo scouts católicos o similares, pero en ocasiones solamente acuden a las reuniones o actividades de su grupo, sin frecuentar la celebración de la eucaristía dominical, por ejemplo (sí, es un gran misterio entre el “más vale eso que nada” y el “pues no se entiende para que tanto grupo parroquial si luego no van a misa”, pero eso ya sería otro tema), y otros, sin tener claro el motivo por el cual han optado por la asignatura, vienen con sus dudas de fe, sus tópicos anticlericales que han mamado de la televisión o incluso algunos que confiesan sinceramente ser ateos (sí, es otro gran misterio y también otro tema aparte).

Sea como sea, al comienzo de curso suelo dar las gracias a mis alumnos por haberse matriculado y por dos razones: la primera es de propia conveniencia, gracias a ese gesto un servidor y otros muchos podemos tener trabajo, lo que ya es mucho en estos días (bueno, la verdad es que ahora mismo ni siquiera ejerzo, esperando alguna oferta o alguna sustitución, así que bien vamos). La segunda es porque, aunque ellos mismos no sean conscientes, han hecho un algo muy valiente. Cuando comento esto suelen poner cara de extrañeza, pero les explico que en un tiempo dónde todo lo que suena a Fe, Iglesia, Jesucristo o religión parece inútil o pasado de moda, que un chico en su adolescencia haga ese gesto es una forma de mostrar ante el mundo, aunque sea de forma sutil, que algo de verdad o interés tiene que haber en ello. Incluso, también de forma sutil, pueden empezar a experimentar la persecución con las burlas, bromas o incluso desprecios de otros chicos por haberlo hecho.

Como casi siempre me gusta hacer se lo llevo a la práctica y les escribo en la pizarra la frase qe da título al artículo “un chico de 15 años que va a misa todos los domingos es un …” y les pido que la completen con una palabra del mismo modo que sus amigos que no van a la asignatura de religión o incluso ellos mismos lo harían.

Al principio lo más voluntariosos y con ánimo de quedar bien empiezan a decir “es un cristiano”, “es un creyente”… pero cuando les digo

¿De verdad acabarían vuestros amigos la frase así?

los más “sinceros” se animan a responder cosas como “es un friki”, “un beato”, “un meapilas”… o cualquier otra similar (si repasásemos los términos del español en toda latinoamérica la lista de palabras sería de unas 50).

Cuando se dan cuenta de que ellos mismos, ¡qué son alumnos de religión! (les recalco) también acabarían la frase así, entienden el valor, en sus dos acepciones de valentía y de importancia, del hecho de matricularse en la asignatura. Ya vendrán otros tiempos y otras experiencias que se lo confirmarán.

Hablános de sexo, profe.


 Publicado originalmente el 25-11-11

Los adolescentes siempre muestran mucho interés por todo los temas relacionados con el sexo, es normal, es natural, es bueno, corresponde a lo propio de su edad y su desarrollo afectivo y personal.

Curiosamente jamás han tenido a su alcance mayor información a este respecto y al mismo tiempo tan deformada y sesgada: la pornografía en internet o los modelos de relaciones personales que muestran Tele 5 y otras cadenas basura son un buen ejemplo.

 

Y para más inri, muchas de las charlas sobre educación sexual que reciben en el instituto son impartidas por la enfermera del ambulatorio, que se limita a explicarles los diferentes método anticonceptivos, o por colectivos de homosexuales que tratan el tema desde una marcada ideología de genero con la que adoctrinar a los chavales.

La máxima que aglutina todo esto es que la práctica sexual debe ser frecuente, da igual cómo o con quién y que el único pecado a combatir es el embarazo. Y todo esto crea en los jóvenes el efecto contrario al pretendido, más desconocimiento, más angustias, más miedos, menos libertad.

Nadie les ha hablado de la dignidad de ser hombre o mujer, de la entrega, del amor, de la paternidad, de la transcendencia de su sexualidad… por eso en cuanto en clase surge algo así de pasada y a uno se le ocurre decir un

bueno, esto ya lo hablaremos otro día

los chicos saltan con un

¿y por qué no ahora? Háblanos de sexo ahora, profe.

Más de una vez me ha tocado aparcar el tema o la actividad que tenía prevista para hablarles de su desarrollo afectivo y sexual. Y la sorpresa es doble. Primero ellos se sorprenden cuando empiezo a explicarles que el origen de la sexualidad está en Dios, que el sexo es un regalo suyo y por tanto es algo bueno, que nosotros somos los que podemos hacer un mal uso, de cómo son sus emociones y sentimientos y por qué se producen, de que son personas y no objetos… y uno se sorprende de que se sorprendan, de que entre tanta información nadie les haya hablado así, que nadie, en definitiva, les haya dicho antes la verdad. Les explico también qué significa sentirse atraído, enamorarse y amar y se alegran de saberlo porque son conceptos que casi siempre mezclan y confunden…

Y las reacciones son para grabar, ves a los chavales más “sobraos” con la boca abierta, a los más tímidos actuando de manera participativa y sobre todo y en todos auténticos suspiros de alivio, se han quitado un gran peso de encima.

Hablar a los chavales del aborto (artículo completo)


Publicado por entregas y recopilado originalmente el 2-1-12

Hablar con los chavales de la inmoralidad del aborto es algo difícil, ya que estos están sometidos a muchas presiones e informaciones sesgadas, así como a la confusión, muchas veces interesada, entre los conceptos de problema y solución.

Cuando trato el tema con ellos tengo que ir primeramente a la mayor: el aborto es matar un ser humano. Esta afirmación, para muchos obvia, no lo es a alguien que ha escuchado y asumido frases como “el feto no es más que un grupo de células”, “el concepto de ser humano es algo filosófico o teológico”… y cosas similares. Para que les quede claro no puedo recurrir por tanto a argumentos filosóficos o teológicos, si no ir directamente a los conocimientos científicos, básicos y sencillos que ellos mismos pueden adquirir en la clase de ciencias o biología, incluso les remito a su profesor de esta asignatura para que confirmen la información que les doy.

Así que empezamos con un axioma: lo que caracteriza a un ser vivo como único, irrepetible y perteneciente a una especie concreta es su genotipo o código genético.

_Un pato es un pato porque posee un genotipo de pato, si poseyese un genotipo de ornitorrinco sería un ornitorrinco y no existe en todo el universo un solo piojo que posea un genotipo de mejillón- La observación, por obvia, provoca la risa pero deja claro el concepto. Seguimos pues.

El genotipo está compuesto por una serie de macromoléculas de ADN- Todos han oído hablar del ADN, si no en clase de ciencias en un montón de películas. Proseguimos.

El ADN tiene una estructura similar a una escalera de caracol- todos recuerdan haber visto un dibujo o una maqueta de la hélice de ADN con bolitas de colores.

La mitad del ADN es aportado por el padre y la otra mitad por la madre, pero no la mitad de arriba y la de abajo, si no transversalmente. El padre aporta una barandilla y la mitad de los escalones de su parte y la madre la otra mitad. –Pequeño dibujo en la pizarra, pero la escalera, en lugar de alargada estirada, como una escala de madera o similar, para que se vea mejor el concepto.

-En el caso de los mamíferos, como los humanos, la parte del padre es transportada en el espermatozoide y la de la madre en el óvulo. Cuando se unen ambas células en la fecundación dan lugar a una célula nueva llamada cigoto- Aquí pausa con un pequeño mal chiste.- No es una palabrota, es que se llama así. El cigoto por tanto tiene ya un código genético propio, único e irrepetible que lo caracteriza como un ser de su especie, en nuestro caso humano, y distinto no sólo de su padre y de su madre, si no de cualquier otro ser humano- Toca repetir conclusión.

Desde que somos una única célula ya somos por tanto un ser humano con nuestro propio código genético humano.

La exposición inicial ha quedado clara y con argumentos únicamente científicos y asumidos por todos. La conclusión lógica remite a la mayor, si somos un ser humano desde que eramos tan solo una célula, matar a ese ser en cualquier momento de su desarrollo, sea con 4 semanas o con 40 años de existencia es matar a un ser humano, decir otra cosa es simplemente mentir.

Una vez que se ha establecido con el concepto de genotipo que ya desde la primera célula somos seres humanos puesto que tenemos nuestro código genético humano único e irrepetible, ahondamos en este concepto e introducimos otros dos para relacionarlos, fenotipo y ontogénesis.

La información contenida en nuestros genes es inmensa, ya desde la primera célula aparece cuál va a ser el color de nuestra piel o nuestros ojos, si nos pareceremos más a papá o a mamá, si tendremos un hoyuelo en la barbilla, cuantas reglas vamos a tener a lo largo de nuestra vida- las chicas se ríen- e incluso si necesitaremos llevar gafas en un futuro o la probabilidad de que estemos calvos al cumplir los 30 años – ahora ríen los chicos, prosigo- Y no solo rasgos físicos, también de nuestro carácter como la propensión que tendremos a ser más optimistas y extrovertidos o todo lo contrario. ¿Y sabéis cuantas veces cambia nuestro código genético a lo largo de nuestra vida?- La mayoría ponen cara de ignorancia, algunos, más atrevidos, tratan de adivinar la cantidad diciendo cifras al azar, 5, 100, 2000,…-Ni una sola vez, cero patatero. ¿Qué significa esto? Que tú ya eras tú cuando eras una célula y que eso mismo hace que sigas siendo tú y no te transformes en otro durante toda tu vida.

-Pero profesor, sí que cambiamos mucho a lo largo de nuestra vida.

-Efectivamente, en nuestro desarrollo personal y al interactuar con el medio vamos sufriendo cambios. El conjunto de todos nuestros rasgos, que son cambiantes, es lo que se denomina fenotipo, y efectivamente no tienes el mismo fenotipo con 2 semanas de vida que con 20 años, pero tus cambios “externos” no modifican para nada tu genotipo, que permanece inalterable. Y al revés, por mucha interactuación con el medio que tengas, tus cambios están limitados por el genotipo. Si este afirma que medirás entre 1.60 y 1,70 m, por mucho que te empeñes no llegarás a los 2 m de altura.

-Vamos a introducir otra palabra-prosigo- la ontogénesis. Significa el proceso de evolución de un individuo desde que es una única célula, y en la ontogénesis distinguimos varias fases: embrión, feto, bebé, niño, joven, adulto… pero siempre como un continuo, cambiar de fase no es cambiar de especie ni de individuo. No eres un pato de bebé y un elefante de joven, ni te conviertes en tu tía Filomena al llegar a la edad adulta.

-Por eso-recuperando el tema inicial- Cuando alguien te diga que en el aborto no hay muerte de un ser humano, o que tú no eras tú hasta no sé qué edad, te está simplemente mintiendo.

Bueno, ya tenemos otro paso más, y de momento no hemos introducido más que conceptos científicos. ¿Se acaba aquí la clase? No por supuesto, aún quedan muchas más cosas…

La presión social con respecto al aborto es tan grande, que aún habiendo dejado claro y con argumentos únicamente científicos que el aborto significa matar a un ser humano, todavía hay alumnos que tratarán de justificarlo (sí, lo sé, no debería haber ninguna justificación para la muerte de un ser humano inocente e indefenso, pero la realidad es otra).

En esta justificación los chavales se muestran víctimas de una manipulación tan sutil como malvada, confundir el problema con la solución: si hay un embarazo problemático la mujer debe abortar, oponerse es dejarla sola con su angustia y por tanto el que se opone es poco menos que un tirano. No se trata en absoluto de negar el problema, sería un absurdo, si no negar que el aborto es una solución. Vamos por partes tal y como lo plantean los chavales en clase.

-Pero entonces, si una chica se queda embarazada con 13 o 14 años ¿se le destroza la vida para siempre?- Ojo a la sutileza, “se queda embarazada” como si fuera algo etéreo y misterioso y por otro lado ser madre “te destroza la vida”

Para empezar tengo que daros una noticia muy importante- adopto un gesto solemne- si una chica tiene relaciones sexuales puede quedarse embarazada- el comentario, por obvio, suscita la risa en los alumnos- lo digo por que parece que muchos lo olvidáis. Si una persona es lo suficientemente responsable para el acto sexual debe serlo también para aceptar todas las consecuencias que de él se puedan producir. Además, nadie de aquí es capaz de adivinar el futuro. La maternidad seguro que te cambia la vida, pero en la mayoría de ocasiones es para bien.

-Ya profesor, ¿pero si es por una violación?

-En primer lugar deciros que en ese caso es muy difícil que se produzca un embarazo, pero aún así, ¿quién sería el culpable, el padre o el hijo?

-El padre, que es un violador- responden todos casi al unísono

Pues entonces es un absurdo matar al hijo por el delito del padre, ¿no?-el argumento, por simple, queda sin rebatir

¿Y si es muy pobre y no puede mantener al niño? ¿o si el bebé tiene alguna minusvalía?

-¿Qué estamos diciendo, que los pobres o los minusválidos no tiene derecho a vivir? Si hay problemas de este tipo decidme qué debe hacer la sociedad ¿ayudar a la mujer o inducirla a que mate a su hijo?-silencio en el aula, no es necesario dar una respuesta.- Tened en cuenta otra cosa, es evidente que un hijo comporta un gasto económico, pero en la práctica las familias ricas no tienen más hijos que las pobres, así que en la realidad no es un factor relevante- este dato, normalmente desapercibido, provoca una cierta sorpresa en los alumnos y una posterior reflexión- y decidir que un ser humano no tiene derecho a vivir porque ha salido “defectuoso” nos convierte en unos monstruos.

-¿y si el embarazo puede provocar la muerte de la madre?

-Ese sería efectivamente el caso más dramático, aunque gracias a Dios hoy en día, con los avances de la medicina es prácticamente inexistente. De todas maneras ese ya sería un caso médico, serían los especialistas los que tendrían la obligación de hacer todo lo posible por salvar a los dos

Prácticamente con estos quedan acabados los argumentos, aunque siempre puede surgir algún otro normalmente más peregrino e inconsistente. A los chavales les cierro el tema recogiendo la idea de que un embarazo es casi siempre una noticia gozosa, pero sin negar que en ocasiones puede ser problemático. Pero para esos casos les hablo de las ayudas que ofrece la misma Iglesia o de la posibilidad de cederlo en adopción, que aparte de salvar la vida al niño cumple una función social muy importante posibilitando la paternidad a matrimonios que en ocasiones no podrían realizarla de otro modo.

¿Y los anticonceptivos? ¿Y la píldora abortiva?… eso, querido amigo, lo veremos otro día…

Por qué los cristianos no celebramos los carnavales aunque deberíamos ser los únicos en hacerlo


Publicado originalmente el 20-2-12

En cierta ocasión realicé en el aula un comentario de pasada sobre los carnavales que al parecer resultó llamativo para mis alumnos.

-Entonces, ¿tú no celebras los carnavales?- me preguntaron

-No

-¿Y tus hijos en su colegio?

-Tampoco, en el colegio de mis hijos, un colegio religioso concertado, no existe esa costumbre.

Las preguntas de los alumnos me dieron pie, como en tantas ocasiones, para hacerles una pequeña reflexión sobre el tema que había suscitado su curiosidad. Naturalmente tuve que hacerlo desde una perspectiva muy general, ya que no tengo el suficiente conocimiento antropológico como para tratar el tema en profundidad.

-Veréis, los cristianos no tenemos costumbre de celebrar los carnavales aunque en un sentido estricto deberíamos ser los únicos que los celebrásemos.

Me encantan las paradojas, la contradicción aparente de las mismas, de eso se trata, suscita la curiosidad y esta a su vez la atención

-¿Cómo que deberíais ser los únicos en celebrarlos y sois los únicos que no lo celebráis?

A partir de ahí comienzo la explicación. Los carnavales son una fiesta situada previamente a la cuaresma, si no existiese cuaresma no existirían carnavales. La cuaresma es un tiempo de austeridad, de sencillez, de dominio de sí, de recogimiento… que se expresa en las prácticas del ayuno, la limosna y la oración. Para los cristianos estas prácticas son una gracia, un don, algo que viene en nuestra ayuda y que nos hace mucho bien, pero visto desde una óptica distinta algunos entienden que estas prácticas son un fastidio, una carga, un castigo… por eso justo antes de que llegue la cuaresma hacen un fiesta, la de los carnavales, que es, al menos en principio, un tiempo dedicado al exceso, a la sensualidad como espectáculo, al alcohol… ¡vamos a montar un fiestón por todo lo alto porque el miércoles llega la cuaresma y ya no podremos hacerlo!.

Aquí empieza la paradoja, los que así piensan, los que viven las prácticas cuaresmales como un fastidio son precisamente los que no piensan seguirlas o los que simplemente no son creyentes. ¿por qué entonces lo hacen? ¿por qué hacer algo porque llega la cuaresma cuando la cuaresma te importa un pimiento? ¿por qué dedicarte a las comilonas y las borracheras antes del miércoles de ceniza si después lo harás igualmente si te apetece?.

Luego está la paradoja al revés ¿por qué los cristianos deberían ser los únicos que celebrasen los carnavales?. Naturalmente no se trataría de una fiesta del exceso, no es eso a lo que me refiero, pero pongamos un ejemplo: supongamos que un grupo de amigos, todos o casi todos creyentes, decide realizar una fiesta por cualquier motivo, una fiesta en la que haya música, bailes, una buena cena, quizás disfraces y juegos de todo tipo, pero se percatan que la cuaresma está próxima y entienden que una celebración así no sería lo más adecuado en esas fechas. Lo más lógico y coherente sería realizar la fiesta antes del miércoles de ceniza, no después, porque ellos sí que tienen intención de realizar las prácticas cuaresmales en austeridad. Si no fuesen creyentes probablemente ni se percatarían de las proximidad de la cuaresma o en caso de hacerlo no les importaría.

Cerramos pues la paradoja, sólo tendría sentido que celebrasen una gran fiesta justo antes de cuaresma aquellos que fuesen después a participar de las prácticas propias de este tiempo, es decir, los cristianos. El resto no tiene ningún sentido.

PD: Existe otra tendencia, a la que se suma también algún colegio religioso, en celebrar los carnavales como una inocente fiesta infantil de disfraces. Si esto es adecuado por enfocarlo así o si deberíamos rechazarlo por el significado profundo del mismo hecho de carnavales es otro debate y más amplio.

Los dineros de la Iglesia


Publicado originalmente el 28-11-11

Los alumnos de la asignatura de religión me plantean en ocasiones los mismos tópicos que han escuchado muchas veces y que incluso han hecho suyos sin una auténtica reflexión. Uno de ellos es el de los dineros de la Iglesia: “la Iglesia tiene mucho dinero”, “los curas tienen mucha pasta”… Casi siempre destruir un mito falso es tan fácil como dar una información correcta

Veréis, la Iglesia es una institución de miles de años y en este tiempo ha acumulado mucho patrimonio, pero eso no significa que posea una buena liquidez.

La cara de los alumnos es de ignorancia, son conceptos de economía más que de religión

-Os pondré un ejemplo. ¿Cuanto puede costar la catedral de Burgos? Seguramente miles de millones de euros, pero es probable que la diócesis de Burgos se las vea canutas para llegar a fin de mes. ¿Y qué va a hacer el obispo? ¿Vender la catedral a El Corte Inglés para que la convierta en unos grandes almacenes? Evidentemente no.- Lo han captado, necesitan pasar a otro capítulo

Pero el Papa vive con todo lujo.

Bueno- les contesto- para empezar el Papa vive en un humilde apartamento de soltero con una habitación, un cuarto de baño y una salita.

-¿Qué dices profesor? El Papa vive en el Vaticano.

-Claro, y en el Vaticano está la Basílica de San Pedro y los museos, pero el Papa no se echa la siesta en el altar mayor ni recorre los museos en monopatín. –Les hago un dibujo en la pizarra muy gracioso con el Papa asomándose a la ventana de su apartamento para el rezo del Angelus- Pero es aquí dónde vive. Claro que todos los católicos queremos que esté bien cuidado, que tenga buenos médicos que velen por su salud y un cocinero que le de bien de comer, pero ¿alguno se imagina al Papa tomando el sol en un yate en las Bahamas o gastándose miles de euros en el casino de Montecarlo?- Los chavales no contestan, pero muestran en sus caras que ninguno se imagina al Papa en esas circunstancias.

Ya, pero los curas tienen casa gratis…

– Sí, y ganan el salario mínimo o incluso menos- explico– pero ya puestos os propongo un pequeño ejercicio: pensad en un momento trabajos que podáis ejercer de mayores con los que ganar mucho dinero…- dejo unos segundos para que lo piensen- ¿a alguno se le ha ocurrido hacerse cura para ganar mucha pasta?.

Los chavales se rien, parece que les ha quedado claro… por lo menos hasta el próximo tópico.

¿Un texto de Buda sí, un Avemaría no?


Publicado originalmente el 22-11-11

Como profesor de religión me gusta seguir el programa y/o el libro de texto. Es una forma de “darle seriedad” a una asignatura que aún muchos conciben como una “maría”. Pero también me gusta añadir algunos temas o actividades que puedan romper un poco la rutina o que crea que pueden resultar de interés para los alumnos, en muchas ocasiones de forma no premeditada.

Hace un par de años observé que se puso de moda entre los chavales llevar un rosario al cuello. Aprovechando la circunstancia les dije que trajeran todos uno para la siguiente clase que les iba a enseñar “cómo se usa”, que iban a aprender a rezar el rosario.

¿en serio?- Preguntaron algunos

Por supuesto

En el grupo de 4º de la ESO (15-16 años) las chicas reaccionaron con entusiasmo con frases como “eh, que guay, como hace mi abuela” mientras que los chicos, en su papel de “tipos duros” se limitaron a aceptar lo que era una “imposición” del profesor.

 

Preparé unas fotocopias con el esquema y las oraciones del Santo Rosario y nos dispusimos a ponerlo en práctica. No se trataba de rezarlo de corrido, si no ir explicando una a una las partes, cuentas, misterios y oraciones, pero sí que en muchos momentos hacía que uno de los chavales leyera en voz alta el principio de la oración y los otros respondieran en conjunto, a semejanza de lo que se suele hacer en el templo.

En contra de lo que pueda parecer, muchos de los alumnos de la asignatura de Religión, sobre todo en la enseñanza pública que es optativa, no tienen en su mayoría una inquietud o una práctica religiosa por encima de otros chicos de su edad. En ocasiones acuden por que lo hacen los amigos o la chica que les gusta, o porque el profe de reli les pone muchas pelis (yo no soy de esos) o vete tú a saber el motivo. El hecho fue que al llegar a uno de mis alumnos le dije

-Lee tú ahora- y él, en su papel de tipo de duro contestó

-No, yo paso

¿por qué?

porque yo no hago esas cosas-

No hacía “esas cosas”, me sorprendió, pero en lugar de reñirle intenté razonar con él.

Veamos, yo no te estoy pidiendo un acto de fé, ni que lo hagas con fervor, simplemente que leas en voz alta un texto. Si en lugar de esto te hubiese pedido que leyeras un texto budista ¿habrías tenido algún problema?.

Ninguno

¿un texto budista sí, un avemaría no? Tú me dirás…

 

Tras mi argumentación leyó en voz alta la parte del Avemaría que le había encargado, aunque con no mucho entusiasmo, pero pudimos concluir la practica tal y como estaba previsto. De hecho fue una de las que más les gustó y que siguieron comentando mucho tiempo después e incluso con los compañeros que no eran de la asignatura.

¿Demasiado joven para querer ser cura?


Publicado originalmente el 19-11-11

Había participado con mis alumnos en un encuentro organizado por la Diócesis con otros chavales de distintos institutos públicos. Entre otra muchas actividades, un pequeño grupo de seminaristas del seminario menor, de la misma edad que mis alumnos, dió su testimonio de por qué querían ser curas, algo que impresionó mucho a mis pupilos.

Al día siguiente en clase saltó la pregunta de una de mis alumnas, de la clase de 1º de la ESO (12-13 años)

– ¿Esos chicos no son demasiado jóvenes para querer ser curas?

En lugar de darles una respuesta sobre el significado y alcance de la vocación se me ocurrió hacer un pequeño “experimento”

– Veamos, vosotros que tenéis su misma edad, levantad la mano los que hayáis pensado si queréis casaros o no de mayores- la práctica totalidad levantó sus manos

– Decidme también si sabéis de qué os gustaría trabajar- Idéntico resultado

– Dónde os gustaría vivir, cómo sería vuestra casa, número de hijos que os gustaría tener

Una tras otra todas las preguntas tenían la misma respuesta, una mayoría de manos levantadas.

Para acabar se me ocurrió hacer una última pregunta general

– Decidme por último cuántos de vosotros habéis pensado en el nombre que le pondríais a vuestro primer hijo.- Los chicos se miraron unos a otros y automáticamente comenzaron a reir y en el acto se produjo la misma respuesta anterior, casi todos levantaron las manos. Solo me quedó por tanto concluir

– Pues si vosotros que tenéis su misma edad ya os habéis planteado si os gustaría casaros o no, de qué profesión trabajaríais, dónde os gustaría vivir, cuantos hijos tener e incluso el nombre que le pondríais a vuestro primer hijo, estos chicos hoy tienen claro que quieren ser curas y por eso han entrado en el seminario menor. Sólo Dios sabe cuantos de ellos llegarán a serlo, de la misma manera que otros muchos que hoy en día ni se les ha pasado por la cabeza, finalmente se ordenarán.

El cura del pueblo se ha comprado un cochazo


-Profesor, el cura del pueblo se ha comprado un coche que flipas

-Pues gracias por la información– respondo lacónico

-¿Pero a ti eso te parece bien?

-A mi no me parece ni bien ni mal, ¿por qué me tendría que parecer algo?

-¿Cómo que por qué? ¿los curas no tienen que ser pobres y han hecho los votos esos?

Muchos de los temas que tratamos en clase surgen de diálogos como este, en el que los chavales me plantean una inquietud por desconocimiento o porque está de actualidad.

Hay curas que pertenecen a alguna orden, como los escolapios, franciscanos, dominicos… – todos estos les suenan a nombres de colegios- y para ello han hecho tres votos, tres promesas solemnes: pobreza, obediencia y castidad. Pero existen otros, los curas seculares, que son los que normalmente están en las parroquias, que no pertenecen a ninguna de estas y que dependen directamente del obispo del lugar. Esos no han hecho ningún voto.

-¿Entonces pueden ser ricos?

-Si es por el sueldo difícilmente, ya que reciben el salario mínimo, pero si tienen algún otro tipo de trabajo, como profesores, o capellanes de hospital o algún otro que no tenga nada que ver, o bien tienen tierras en alquiler o alguna herencia, entonces si que pueden tener algo. Vamos a ver- me dirijo al chico que ha hecho la pregunta- ¿A tí te gustan los coches?

-Mucho

-Y si pudieras, ¿te comprarías un buen coche o uno del montón?

-Hombre, si yo pudiera me compraría un tal y cual- Cita una marca y modelo concretos

-Pues el cura lo mismo, si le gustan los coches y puede, se comprará uno bueno, y si no, pues lo que le llegue.

-¿Y el voto de castidad tampoco lo hacen?

-Tampoco

-¿Entonces pueden tener relaciones sexuales?

-Lo mismo que tú.

-¿Cómo que lo mismo que yo? Yo no soy cura

-Pero eres un cristiano soltero y como tal, si eres coherente con tu fe, realizarás el acto sexual en el matrimonio. Los sacerdotes tienen la obligación de ser solteros, es lo que se conoce como el celibato, y como solteros cristianos, igual que tú, se abstienen de tener relaciones fuera del matrimonio.

-Entonces, ¿por qué hay curas pederastas?

-Porque hijos de puta hay en todas partes

El chico que ha hecho la pregunta se sorprende, no esperaba que el profesor se expresase en esos términos, pero sonríe agradeciendo mi sinceridad. Parece que se han acabado las preguntas… por hoy.

¿Pero lo que pone en la Biblia es verdad o no? (I)


Parece que la Iglesia Católica tiene muy superado el antiguo conflicto entre razón y fe, ciencia y religión. Baste citar desde la obra de Santo Tomás de Aquino (“toda verdad, la diga quien la diga, viene del Espíritu Santo”) a las más recientes como la doctrina del Concilio Vaticano II o la encíclica “Fides et Ratio” de Juan Pablo II. Pero no parece igualmente que esto suceda así en otros campos como en algunas congregaciones protestantes o en la cultura popular, en especial a lo que se refiere a la interpretación de la Biblia y más concretamente a los 11 primeros capítulos del Génesis sobre la creación, la aparición del hombre, el diluvio universal, la torre de Babel…

¿Pero profesor, lo que dice la Biblia es verdad o no? ¿Dios hizo a Adán y Eva o venimos del mono como dice Darwin?.

Para empezar, Darwin nunca dijo que el hombre viene del mono, sino que el hombre viene de un origen común con el resto de los primates. Si los monos de hoy siguieran evolucionando nunca llegarían a ser humanos…

Bueno esa es nada más que una primera explicación y sólo de un aspecto anecdótico, la pregunta necesita un desarrollo un pelín más largo.

Veréis, la Biblia no es un libro de historia, aunque narra muchos hechos que ocurrieron realmente, ni tampoco un libro científico, aunque igualmente podemos observar en ella muchos conceptos científicos de la época en que se escribieron los distintos libros que la forman. Es sobre todo y ante todo un libro religioso, “la Biblia nos enseña cómo se va al Cielo, no cómo va el cielo”-esta cita ha sido atribuida muchas veces a San Agustín pero no lo tengo confirmado. Juan Pablo II también la hizo suya

¿Pero entonces lo que dice es mentira?

No, para nada, lo que dice es verdad, pero no es una verdad científica o histórica (aunque a veces sí lo sea) sino una verdad salvífica, es decir, lo que dice la Biblia es cierto para nuestra salvación.– Esta explicación los lía más que otra cosa, tengo que apurar más- Lo veréis con un ejemplo, el pueblo de Israel sabe por su propia experiencia y por inspiración divina que Dios es todopoderoso y es creador de todo lo que existe, que la principal criatura de la creación es el hombre y que todo lo demás está puesto a su servicio, esto es verdad. Lo que no tiene son los medios que poseemos en la actualidad como microscopios electrónicos o carbono 14 para explicar cómo lo hizo, por eso recurre a escribirlo como un relato, como un cuento si queréis: un día Dios hace la luz, otro el firmamento, etc. pero incluso en este relato ya vemos los primeros conocimientos científicos

  • ¿Y eso?

  • Dice que Dios hace el cielo separando las aguas de debajo de las aguas de arriba. El autor de esta frase ha visto que hay agua arriba que cae de la lluvia y otra abajo en mares y ríos y concluye que ese agua es en realidad la misma y que Dios la ha separado. Hoy sabemos que esto es cierto, que el agua es la misma que está circulando, aunque entonces no tendrían muy claro lo de los estados de la materia o el ciclo del agua que ahora estudiáis desde los 8 años.- Parece que les llama la atención- ¿otro ejemplo?, decidme cómo explica la Biblia la creación del primer hombre.

  • Dios hace una figura de barro y le sopla para que cobre vida.

  • Correcto, y esto curiosamente es verdad– caras de extrañeza- no la forma sino el contenido. El que escribe esto habrá observado probablemente que cuando un cadáver se descompone se acartona y se hace polvo. Hoy la ciencia nos enseña que existe un número muy limitado de elementos que combinados en distintas formas y cantidades dan lugar a todo lo creado y en esencia nuestros elementos como el calcio, fósforo, nitrógeno… son los mismos que encontramos en la naturaleza, en la tierra. Los tenemos en la tabla periódica que estudiáis en la clase de ciencias y son apenas poco más de 100. Si me apuráis, estamos hechos de los mismos materiales que una boñiga de vaca- risas en el aula- Pero por supuesto somos mucho más que una boñiga de vaca, somos personas, hijos de Dios que poseemos vida racional, que poseemos su propio espíritu.

  • Incluso-prosigo- algunas conclusiones científicas de la Biblia son erróneas, aunque en su momento resultaban del todo lógicas. Por ejemplo, tras el diluvio Dios le dice a Noé que “no tome el alma de ningún ser vivo, esto es, su sangre”. ¿Por qué pensaban esto entonces? Porque habían visto que el hombre al desangrarse moría, por lo que atribuían que el alma, como principio de vida, estaba en la sangre y como el alma es particular de cada persona no puede ser tomada de otra. Hoy sabemos que esta prohibición no tiene ningún sentido pues en la sangre hay plaquetas, glóbulos blancos y rojos, etc, pero no aparece el alma en ninguna analítica -vuelven las risas- por la sencilla razón de que el alma es inmaterial.

A la lista se añaden algunos ejemplos más que les dejan clara la idea. Otro día toca dar el paso más importante, cómo interpretar correctamente la Biblia y por qué resulta imprescindible hacerlo así para el creyente.

De expedición en el templo


Una visita a un museo, una ciudad o un edificio hermoso puede convertirse en una experiencia personal si contamos con un guía que más allá de la simple contemplación superficial nos haga admirar y entender que hay detrás de cada objeto o trazado, cual es la historia del autor o de lo reflejado en su obra.

Con las iglesias sucede otro tanto. La gran mayoría de las personas no tienen (tenemos) los conocimientos suficientes para saber cuales son sus elementos principales, cuál es su uso y significado, qué tipo de celebraciones se producen en él y por qué. Por eso una de las actividades que más me gusta realizar cuando trabajo como profesor de religión es llevar a mis alumnos a visitar la parroquia más cercana al instituto. Incluso para aquellos que han estado en bastantes ocasiones en la misma se convierte en todo un descubrimiento.

 

En especial se trata de comprender cual es la relación de los elementos del mismo con los sacramentos que en él celebramos, en especial la Eucaristía (con el altar y el Sagrario), el Bautismo (con la pila) y la Reconciliación (con el confesionario). Y sobre todo las preguntas que surgen de ellos, de una gran profundidad: Qué relación hay entre el altar de los pueblos primitivos y la mesa de la Eucaristía, por qué tomar el pan y el vino se convierte en una consecuencia de un acto de amor, qué le pasó a Jesucristo cuando anunció por primera vez el sacramento de la Eucaristía, cómo es posible que Dios todopoderoso esté contenido en un simple trozo de pan, por qué debemos confesar nuestros pecados si Cristo ya nos ha perdonado en la cruz, por qué tiene sentido confesarnos ante un hombre en lugar de hacerlo directamente con Dios, por qué seguir bautizando a los niños pequeños en lugar de dejar que estos lo hagan por sí mismos al llegar a la edad adulta… no son cuestiones triviales ciertamente.

Pero además una visita al templo resulta un acontecimiento divertido. Lejos de lo que pueda parecer una de las cosas con lo que mejor se lo pasan los chavales es “jugando” a confesar. Cuando les explico en que consiste el sacramento de la reconciliación y cómo se realiza les invito a que uno haga de sacerdote sentándose dentro del confesionario y otro de penitente y las pugnas por asumir los papeles así como lo delirante de muchos de sus diálogos lo convierten en una situación realmente entretenida.

Y sobre todo, aunque no sea estrictamente un tema de clase, les invito a que hagan su propia experiencia ante el Santísimo. Para ello reservo para el final la visita a la capilla del Sagrario y, tras explicarles su importancia y significado, les invito a que voluntariamente se queden un par de minutos en silencio y aprovechen para, ante la presencia real de Dios en el sacramento de la Eucaristía, pedirle algo que sea realmente importante para ellos. En ese momento yo me retiro y alguno de los alumnos me acompaña pero la gran mayoría se queda en silencio rezando y cuando salen no es extraño ver a más de uno con lágrimas en los ojos.

Ser de derechas. Ser de izquierdas. Ser moral. Ser cristiano


A mis alumnos les planteo la siguiente cuestión. Se trata de identificar la religión y la ideología política de una persona a partir de algunas hipotéticas frases que pudiera suscribir. Por ejemplo:

-Cada hombre es libre de establecer las relaciones personales que quiera, pero es un error que la sociedad dé categoría de familia a algunas que no responden al modelo natural formado por padre, madre e hijos.

-El matrimonio debe ser la única puerta para la formación de una familia y esta es la base de la sociedad, por lo que el estado debe proteger a ambos. Es una aberración un sistema legal en el que es más fácil romper un matrimonio que un contrato de alquiler, por ejemplo.

– El primer y principal derecho humano es el de la vida. Todos los seres humanos tienen derecho a ella, incluidos y especialmente los no nacidos aún. Cualquier atentado contra la misma, como el aborto, debe ser considerado como hecho muy grave.

La práctica totalidad del aula dirá que estas frases corresponden a una persona de derechas (o incluso de muy de derechas) y que muy probablemente sea cristiano. Y lo más curioso es que  si encontramos a esta persona en la realidad sea efectivamente así, ¿pero por qué? (confieso mi ignorancia sobre otras sociedades, pero así sería en el caso de España).

 

Cuando planteo esta duda ante los alumnos debo recurrir a los conceptos de izquierda y derecha. Ambas son ideologías políticas y postulan una forma de entender la organización de la sociedad, en especial en los aspectos económicos y de producción. En principio, como todas las ideologías, buscarían el bien común aunque por caminos distintos.

La ideología de derechas se basaría en la creencia del desarrollo personal. Cada persona debe ser libre para ejercer sus capacidades en el trabajo y la empresa y el desarrollo de la suma de estas será el desarrollo de la sociedad en su conjunto. El estado debe ser por tanto mínimo, para garantizar el funcionamiento básico de la sociedad, pero dejando la acción principal al individuo. El sistema económico sería el capitalismo.

La ideología de izquierdas se basaría en la creencia del desarrollo colectivo. La actividad personal debe estar sometida a la acción común. El desarrollo de la masa, de la totalidad, será lo que determine el desarrollo de la sociedad. El estado debe ser por tanto fuerte, que controle todos los aspectos socioeconómicos asumiendo la iniciativa. El sistema económico sería el comunismo o socialismo.

Ahora bien, una vez planteadas estas bases, ¿tendría algo que ver ser de derechas o de izquierdas para postular la defensa del matrimonio, la familia y la vida de todo ser humano y la oposición al aborto?. En principio no, uno podría ser de derechas y defender el reconocimiento de la relación homosexual como familia o de izquierdas y ser totalmente contrario al aborto. ¿Por qué en la práctica no sucede esto? Es un gran misterio, mucho mayor que los misterios de fe, y aunque pudieran justificarse con circunstancias históricas o puntuales, no he encontrado ninguna totalmente satisfactoria.

El otro aspecto es igualmente enigmático. La relación de la moral con la religión. Es cierto que los postulados de defensa de la familia y de la vida son propios de la antropología cristiana, pero ¿son exclusivos de ella? Por la misma regla de antes, se podría ser ateo y reconocer el valor de la familia y negarse a la equiparación legal de otras relaciones distintas a ella. O ser agnóstico y defender la vida. ¿No existe algún asociación de ateos contra el aborto o de agnósticos por la familia?. Yo no las he encontrado, pero me gustaría. De veras.

El único descargo ante mis alumnos sería decirles que yo mismo suscribo las frases del principio y antes de que me pongan una etiqueta les confieso que, aunque podría ser de otro modo, no he votado nunca a ninguno de los dos grandes partidos de derecha e izquierda de mi país.

El papel (o papelón) del profesor de religión


Sobre el papel la función de un profesor de religión está muy clara, por una parte es un docente como cualquier otro, con su licenciatura universitaria y su preparación pedagógica, y por otro es un enviado por la Iglesia y como tal representante de la misma en el contexto concreto del aula. Pero a partir de aquí todo lo que sigue es complicadísimo a la hora de llevarlo a la práctica y los profesores no estamos exentos, más bien al contrario, de errores y meteduras de pata en un sentido y en otro.

 

Un conocido mío, por ejemplo,  bramaba por la decisión “dictatorial” y “discriminatoria” que había adoptado una diócesis española de despedir a una profesora de religión divorciada y amancebada con otro hombre.

-Verás– le expliqué- a los profesores de religión no se nos puede pedir santidad, al menos en principio, pero sí un mínimo de coherencia. No tiene ningún sentido explicar a los alumnos que el matrimonio cristiano es indisoluble o que los cristianos viven sus relaciones sexuales dentro de la  unión conyugal cuando yo mismo estoy divorciado o amancebado o ambas cosas.

En ese mismo sentido algunos amigos me recriminan el hecho de ser profesor de religión y que fume (no soy un gran fumador, pero 7 u 8 cigarrillos al día suelen caer). ¿cómo explicar que fumar es un vicio y no un pecado?. ¿me estarán buscando las cosquillas o es que se preocupan por mi salud?

Pero uno de los grandes problemas es cómo hacer de la asignatura de religión lo que es, una asignatura, pero que al mismo tiempo sea lo suficientemente atractiva para que los alumnos sigan matriculándose en ella puesto que es voluntaria (ojo, peligro de clientelismo). He conocido a muchos compañeros que han renunciado a hacer exámenes, algo inimaginable para un profesor de matemáticas o historia, o a suspender a nadie, por incorrecto e indolente que sea su comportamiento. Y esto, y es a mi juicio algo grave, ha desembocado que algunos profesores de religión hayan renunciado a enseñar religión y se dediquen a “educar en valores”, realizar sesiones de videoforum y debates o cualquier otro tipo de actividad. (ojo, el debate o los audiovisuales pueden ser un instrumento pedagógico muy válido pero siempre que sea en relación a la materia dada y no de forma exclusiva). Aunque también he encontrado compañeros que realizan un gran trabajo tratando de que sus clases resulten interesantes y amenas sin renunciar ni al programa del curso ni a la rigurosidad mínima exigible.

Otro gran misterio, mayor que los misterios de fe, es saber cómo han llegado algunos a ejercer de profesores de religión. Recientemente fui testigo de una conversación entre dos personas, una de las cuales llevaba ejerciendo como coordinador de zona de los profesores de religión y el primero le preguntaba

Y en tu trabajo, ¿has encontrado algún profesor que sea un hereje?

Más de los que imaginas.

Si valorar la corrección del término herejía, si que es cierto que en algunas ocasiones he encontrado compañeros que enseñan no la doctrina de la Iglesia a la que representan, si no sus propias teorías, algunas de ellas no conformes con el magisterio.

Por parte de la diócesis en la que vivo y que ocasionalmente ejerzo las funciones de profesor de religión (en estos momentos no) puedo constatar que hay un esfuerzo serio por la formación de los docentes, tanto en los aspectos técnicos como espirituales. Pero probablemente conseguir el profesor ideal, que motive, enseñe, sea riguroso  y 100% coherente con lo que enseña, como es eso, una idea y no una realidad, es prácticamente imposible, aunque con un poco de esfuerzo y la asistencia del Espíritu Santo (ambas cosas irrenunciables) podemos acercarnos al objetivo aunque sólo sea un poco, que ya es mucho.