Sobre la verdad en la Biblia.

Nota: los que suelen leer este blog habrán observado que este es un tema sobre el que trato de manera recurrente y por eso algunas ideas expuestas ya han aparecido en otros artículos, pero como usuario de redes sociales observo que aparece una y otra vez, por lo que creo que puede ser útil volverlo a tratar.

Un testigo de Jehová, sabedor de mi condición de católico, me hizo la siguiente pregunta. – ¿Tú crees que lo que dice la Biblia es verdad o no?.

La pregunta, aparentemente sencilla, era en realidad una cuestión farisea, del mismo modo que aquellas que le hacían a Jesús en la que contestes lo que contestes ya tienen motivo para acusarte. Así, cuando a Jesús le preguntan si deben apedrear a la mujer adúltera según la ley de Moisés, si la respuesta es un sí o un no, está atrapado. Si dice que no, le acusarían de no respetar la ley de Moisés, si dice que sí, le acusarían de ir contra la misma misericordia que predica. La respuesta de Jesús es más inteligente que la de sus inquiridores y encierra un conocimiento de la palabra muy superior a la de cualquiera de ellos. Si realmente lo que buscan es cumplir la ley de Moisés y lo principal de ella es no pecar, que cumplan primero con ese mandato principal y luego que lo apliquen a los demás si quieren, por eso “quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Tras esta respuesta dice el evangelio que se fueron marchando uno a uno “empezando por los más viejos”. Esta referencia es también interesante, los más viejos son por lo general los más sabios, pero también los que más tiempo han tenido para cometer pecados.

Otra pregunta de ese estilo es la que le hicieron acerca del pago de impuestos, si era lícito o no pagar el tributo a los romanos. Otro tanto, si responde que sí pierde la fama ante su propio pueblo por colaborar con el invasor. Si responde que no ya tienen motivos para denunciarlo ante las autoridades y que lo encarcelen. De la misma manera que en la anterior, si alguien usa (y disfruta) del dinero que los mismos romanos acuñan, que mantenga la relación consecuentemente y que “de al cesar lo que es del cesar”, el tributo debido a los que acuñan sus propias monedas, pero los asuntos de Dios son de otra índole muy superior, “a Dios lo que es de Dios”.

Pero vuelvo a los testigos de Jehová. Estos, al igual que muchas congregaciones protestantes de los Estados Unidos, creen en la interpretación literal de la Biblia y por tanto no conciben la aceptación de ninguna idea o explicación científica o histórica, por aceptada o demostrada que esté, que no diga exactamente lo mismo que las Sagradas Escrituras.

De esta forma a la pregunta sobre si creía que lo que decía la Biblia era verdad, responder sí o no supondría en ambos casos un motivo para desacreditarme, como a Jesucristo. Si decía que sí, podrían responderme “¿entonces por qué los católicos aceptáis teorías científicas como la evolución de las especies si eso no es lo que pone la Biblia?”. Y si decía que “en algunos casos sí y en otros no” podrían decirme “¿entonces como puedes decir que crees en Dios si rechazas su palabra?”.

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¿Respuesta complicada? Ciertamente no, pero la pregunta es lo suficientemente tramposa, y eso lo saben los propios protestantes y “testigos”, para que pueda confundir a alguien con una formación muy básica o con la fe del carbonero, como decimos en España.

¿Cómo responder entonces? Vamos a ver primero cual sería la respuesta “correcta” a esa pregunta y luego la analizamos. Esta no sería otra que “CREO QUE LO QUE DICE LA BIBLIA ES VERDAD PARA MI SALVACIÓN”. Analicémosla pues.

Normalmente utilizamos la palabra “verdad” como si tuviera un único significado, pero en realidad, y para que nos entendamos, existen varios “tipos de verdad”. Uno sería la verdad científica, que es la que resulta de aplicar el método correspondiente de medición y variables controladas en un laboratorio, así una verdad científica sería “los gases aumentan su volumen al aumentar su temperatura” pero decir algo como “el amor me hace ver elefantes rosas volando” sería subjetivamente posible en un enamorado, pero incorrecto desde el punto de vista científico.

Otra sería la verdad histórica o periodística, la que reflejase fielmente los hechos acontecidos. Así sería cierto que “Colón llegó a las costas de América en 1492” pero no lo sería el hecho de que “el abuelo en la batalla derrotó a 100 enemigos él solo con un fusil” por mucho que él lo recuerde así y pudiese dárselo como cierto el polígrafo.

También tendríamos la verdad matemática, que es la resultante de la abstracción en una serie de conceptos para la explicación de los fenómenos. Así los matemáticos trabajan sobre todo con números, pero los números como tal no existen, son una abstracción, nadie ha visto nunca un “tres” caminado por la calle.

Y así sucesivamente podríamos enumerar decenas de “tipos de verdad”, ¿pero cual sería la verdad de la Biblia?. Pues no sería otra que una verdad “salvífica” (“soteriológica” es la palabreja técnica), es decir, que todo lo que cuenta la Biblia nos es válido, útil y cierto para salvarnos, para ser felices en esta vida y poder prolongarnos eternamente en la presencia del Padre tras nuestra muerte física. Así la Biblia no es un libro científico, aunque contenga muchos conocimientos científicos de las diferentes épocas en las que se escribieron los distintos libros que la componen. Tampoco es un libro histórico, aunque narre muchos hechos que sucedieron ciertamente. Es un libro religioso, que contiene la verdad de Dios revelada a los hombres para que puedan salvarse.

Debemos entender aquí que la revelación de Dios contenida en la Biblia es “mediata”, es decir, que la Biblia, inspirada por Dios, en su redacción cuenta con los conocimientos, la personalidad, la memoria y el estilo de cada uno de los escritores que la plasmaron. No se trata, como algunos estudiosos dijeron en su día (y hoy siguen defendiendo los que creen en la literalidad del texto), que los autores entraban en una especie de trance y escribían al dictado de Dios, ni tampoco de un libro “espiritual” entregado en su totalidad y de una vez por Dios a Mahoma como piensan los musulmanes del Corán (este sería un tema aparte, ya que curiosamente Mahoma era analfabeto y por tanto Dios le entregó el libro “en espíritu” para que el lo fuera relatando a sus discípulos durante toda su vida y estos lo escribieran). Una prueba de esto es ver como alguien que lea la Biblia con una cierta frecuencia es capaz de deducir a qué libro o autor pertenece un texto bíblico, aunque no lo conozca, solamente por el vocabulario o la forma en que está redactado.

Así tenemos 4 evangelios y no uno sólo y por eso podemos ver que a lo largo de la Biblia, incluso en ocasiones dentro de un mismo libro, hay historias que se contradicen o que presentan matices distintos según quién las cuente. Así en el libro del Génesis encontramos dos relatos distintos de la creación, en el capítulo 1 y en el 2. La escena en la que David corta la punta de la capa a Saúl sin que se de cuenta sucede mientras el rey está haciendo de vientre o durmiendo según leamos el relato en Samuel o en Crónicas. Las veces que Jesús estuvo en Jerusalén oscilan entre 1 y 3 según el evangelio que lo cuente… O también en ella encontramos muchos relatos que después los historiadores han confirmado pero otros en los que han hallado errores, así por ejemplo el libro de Josué nos narra cómo conquistó Jericó, cuando esta ciudad no existía en tiempos de Josué. ¿Se trata de una leyenda popular sin base histórica? ¿quizá la ciudad conquistada fue otra y el narrador se confundió al nombrarla?. No lo sabemos, pero para nuestra fe no es un dato relevante.

Por eso, y como decía San Agustín en una frase que hizo suya San Juan Pablo II, “la Biblia explica cómo se va al cielo, no cómo va el cielo”. La Biblia me revela en sus primeros capítulos que Dios es el autor de todo lo creado y que el culmen de la creación es el ser humano, hecho a su imagen y semejanza, es decir, libre, capaz de amar, crear, razonar y trascender, y cómo en su libertad el hombre trata de prescindir de su creador cayendo en el pecado… y eso es verdad, lo que dice la Biblia al respecto es verdad, con independencia de los conocimientos científicos que tuviesen los autores de la época y con independencia por tanto de la forma de contarlo, siendo indiferente que Dios creara el mundo en 6 días o en 6 eras geológicas, de que el ser humano apareciese de la noche a la mañana o fuese el resultado de una magnífica e increíble sucesión de hechos biológicos que conocemos como evolución o de que si el demonio tiente al hombre como ser espiritual o se le apareciese alguna vez en forma de serpiente o de gato de angora.

Por eso creo, y es cierto, que todo lo que dice la Biblia lo ha revelado Dios a los hombres para salvarnos. Que si  llegamos a vivir según su voluntad, revelada y transmitida en las Sagradas Escrituras, seremos ciertamente felices y podremos vivir eternamente en su presencia. Y en comparación todo lo demás, por muy curioso o interesante que sea o sirva de objeto de estudio a los teólogos, vale menos que una cagarruta de mosca.

18 comentarios en “Sobre la verdad en la Biblia.

  1. «Yo aparto los ojos de vosotros y cuando oráis no os escucho porque vuestras manos están manchadas de sangre, quien mata a un toro peca como el que mata a un hombre» (Sagrada Biblia. Isaias capt 66). Palabra de Dios, Te Alabamos Señor.
    ¿Qué piensa el ministro del interior, miembro del opus, sobre esto?. Usted bien dice que la Biblia es Palabra revelada de Dios.

    • La paz Marcelo. Le pediría por favor que no manipulase la palabra de Dios sacando una frase de su contexto para defender una idea, por noble que sea, cuando la cita no tiene nada que ver.

      Isaías pone en en palabras de Dios la necesidad de que el hombre se convierta de su mala conducta antes que se dedique a hacer templos y sacrificios. Por eso dice que si el hombre llega al sacrificio con todos sus pecados su ofrenda de nada vale, le repugna, por eso que le mate un toro en sacrificio es como si matara un hombre, es decir, que está cometiendo una acto infame. Y sigue la cita diciendo que igual un carnero que un perro o que cualquier sangre de animal es sangre de cerdo. Los perros no eran válidos para el sacrificio (los carneros sí) y el cerdo era un animal impuro.

      Por tanto la cita ni condena la muerte de un toro ni asemeja su vida a la de una persona. No es eso.

      • Debemos suponer que el Altisimo, es una caña movida al viento y Su Divina Palabra se puede interpretar, como si el Todopoderoso fuese un leguleyo…¡Muy bien!. ¿Entonces para que puñetas atestiguamos en la Sagrada Eucaristia «Palabra de Dios, Te Alabamos Señor»?.
        No me vale su respuesta, el mensaje de nuestro Hacedor vale muchísimo más que cualquier justificación por su parte.
        Paz y Bien.

  2. Querido Marcelo, bien sabe usted (o debe saber) que una frase puede tener un significado distinto dependiendo del contexto en el que esté escrito y por tanto una frase sacada de contexto puede ser interpretada de manera errónea. Y eso es lo que ha hecho usted con la cita de Isaías, ha sacado la frase de su contexto de manera torticera y eso implica un uso ilícito de la palabra de Dios.

    Si usted no lo considera así le aconsejo que la próxima vez que vaya a hacer de vientre en lugar de ir al inodoro lleve usted un palo, haga con el un hoyo en tierra, realice sus necesidades y cuanto termine encárguese de enterrar las heces con el mismo palo de forma que nada quede a la vista ni toque usted las mismas con sus manos, a fin de cuentas es lo que dice la Biblia ¿no?. Naturalmente no se lo digo en serio, sólo es a modo de ejemplo.

    El mandamiento de no matarás no se refiere a los animales, de hecho Dios mismo ordena muchos sacrificios de animales a lo largo de la Biblia.

    El mensaje de Dios vale mucho más que su burda manipulación, evidentemente.

    • Usted debe de tener algo que ver con la tauromaquia, pero yo me quedo con la Palabra del Altisimo.

      Usted representa a ese mundo católico ignorante de su propia teología.

      Ya que usted hace mención a cierta ley higiénica mosaica, yo iré mas lejos, ¿por qué Jesús llama a Satanas «el padre de la mentira»?, ¿por qué San Pablo afirma en su epístola a Timoteo, que la prohibición de casarse es «doctrina de demonios»?.
      Me causa estupor que me diga un creyente que el mandamiento de «no matarás» no se refiere a los animales, obra de nuestro divino hacedor.

      ¿Sabe usted que Dios habita en el corazón de cada ser viviente?.

      Si usted pertenece al Opus, vaya basura que tiene el Opus en sus filas.
      Paz y Bien, que el Señor le Bendiga y le Guarde. Lea los evangelios y menos «camino» y «menos forja», por que debiera usted saber que la Sagrada Biblia es Palabra de Dios, que es pasado, presente y futuro y encierra un grandísimo conocimiento.

      • La paz Marcelo. Veo que es usted una persona con mucho ímpetu pero compruebo que no lo sabe usted controlar y mete la pata muchas veces, le recomiendo que pida al Espíritu Santo sus dones de mansedumbre y templanza.

        Sólo por curiosidad le diré que no tengo nada que ver con la tauromaquia ni pertenezco al Opus Dei, ni he leído Camino ni conozco el libro «Forja» que usted cita, pero que en caso contrario estoy seguro que en nada cambiaría lo que he escrito.

        Sobre que soy ignorante de mi propia teología mi currículum académico dice lo contrario y no sé que opinarían mis profesores al respecto, pero ciertamente la teología católica es muy amplia y por mucho que se sepa siempre es más lo que queda por aprender.

        Respondo a sus preguntas:
        -Satanás es el padre de la mentira desde el principio, ya que al rebelarse contra Dios y no poder enfrentarse a Él decidió dirigirse a los hombres para que ellos también se apartasen de Dios, utilizando como arma el engaño. El relato de la caída en el libro del Génesis es donde mejor se ejemplifica: «no moriréis, seréis como dioses»

        -Durante los primeros siglos del cristianismo hubo sectas y corrientes de pensamiento heréticas que fueron corrigiéndose. Alguna de ellas como lo encratitas consideraban ilícito todo contacto carnal, incluido el matrimonio, por eso dirá San Pablo que prohibirlo es doctrina de demonios. Pero si olvida esa manía estúpida de sacar frases de su contexto verá como el mismo San Pablo recomienda el celibato y él mismo decide mantenerse célibe no porque el matrimonio sea malo, sino para trabajar con más dedicación en la obra de Dios. De la misma forma que dice nuestro Señor Jesucristo aquello de «algunos se hacen eunucos por el Reino de los cielos»

        -Lo animales son una obra de Dios y como Él mismo dice están puestos, junto con toda la creación, al servicio del hombre. Pensar que el mandamiento de no matarás incluye a los animales es una solemne tontería, Dios mismo ordena en muchos pasajes ofrecer sacrificios de animales, en el pueblo judío tenían prohibido comer ciertos animales, pero otros muchos sí podían (los animales se matan antes de comerlos, evidentemente) y con San Pablo y el cristianismo se terminaron estas restricciones.

        No conozco muy bien el Opus Dei ni tengo entre mis amistades directas a ningún miembro del Opus, aunque sí algún conocido, pero como institución de la Iglesia lo respeto y no dudo de que haya mucha basura en el Opus como usted dice (espero que con conocimiento de causa) como seguro que también habrá mucha santidad, ya que los hombres somos así y toda la Iglesia está llena de terribles pecadores, grandísimos santos y un montón de gente que vamos tirando con nuestras virtudes y nuestras debilidades.

        Agradezco su recomendación para seguir leyendo la Biblia, dice usted bien que ella contiene la Palabra de Dios.

    • Está usted sacando un método de limpieza de hace cuatro mil años. Enterrar las heces….¿quién le transmitió ese conocimiento «cientifico» para su época a Moises?. Quieran o no quieran ustedes, la Biblia es palabra de Dios. ¿Y porqué Jesucristo dice que «ningún pájaro caido al suelo es olvidado de Dios»?

      • La Biblia es palabra de Dios, extraer una frase de la Biblia de su contexto para que su significado parezca otro es manipular la Palabra de Dios. Jesucristo dice: «Ningún pájaro cae al suelo sin que vuestro Padre lo permita», es decir, Dios rige la naturaleza, la vida y la muerte, no dice nada de que no se puede matar un animal, es más, dice muchas veces que se maten animales.
        PD: No sé quien se refiere cuando dice «ustedes». Este blog es personal y hablo por mi mismo.

  3. Es verdad, Satanás afirmó «no moriréis». ¿Y cuál fue la respuesta de Dios ante esa desobediencia :» Irás al polvo de donde fuiste tomado» No les comunicó para nada que los enviaría a un «a un cielo».
    Y en cuanto al «celibato» según usted, sostenido por San Pablo, que pertenecía al grupo fariseo, le supongo con suficiente conocimiento debido a su curriculum, que los judios tienen 613 mandamientos, y el primero de ellos es, «creced y multiplicaos» , imposible de cumplir con un «celibato».
    No suelo meter la pata, lo que ocurre es que tengo poca diplomacia cuando se manipula con intereses, llamemosle partidista a la Palabra de Dios. No suelo dar consejos pero le recomendaría que leyese al Profeta Isaias, dice tantas cosas.
    Que el Todopodero le Bendiga y le Guarde. Paz y Bien.

    • «Creced y multiplicaos» es una orden genérica al género humano, no un mandato personal a cada uno como si el que no tuviese descendencia o no contrajese matrimonio fuese contrario al Señor. El mismo Jesucristo dice que «muchos se han hecho eunucos por el reino de los cielos», es decir, han renunciado a casarse y tener hijos para dedicarse a las tareas de la Iglesia

  4. He visto en su facebook, que también es músico, al menos nos une la música, yo toco la guitarra clásica, pero cuando yo toco Dios manda callar a sus ángeles para escucharme.

  5. Sigo pensando que usted es un verdadero analfabeto en teología, asi sea profesor de religión.
    Le he dicho que los judios tienen 613 mandamientos que cumplir… le comunicó por si usted lo desconoce que la Torah fue entregada por Dios a Moisés, no fue escrita por ningún fabulador o sofista que pueda interpretarla a su antojo e ideología según le plazca, como es su caso.

    Todo judío creyente tiene como primer mandamiento «creced y multiplicaos». Un judío sin descendencia…¡hombre!

    Usted no conoce absolutamente nada de nada. A usted le han dado en su parroquia un cursillo de veinticuatro dias y lo han hecho profesor. Profesor de nada.

    Usted debiera de saber que muchos escritos atribuidos a San Pablo no son de su autoria, uno de ellos «carta a los hebreos».

    Y ahora deje de menospreciar a «los testigos», ellos al menos tienen más conocimiento bíblico que usted. Lea escritos bíblicos, autores diversos, visite templos, sinagogas, mezquitas, mandir, etc.

    • Debe ser eso, probablemente el título de Licenciatura en Ciencias Religiosas me lo encontré en una bolsa de madalenas (que bien, 5 años que me ahorré), el Grado de Teología me tocó en una rifa, el título de Experto Universitario en Educación Afectivo-Sexual me lo regalaron por mi cumpleaños y el Máster en Teología Histórica me lo trajeron los Reyes Magos… ahora en serio, no tengo ningún problema en corregir sus errores y enseñarle todo aquello que no sepa, pero si no quiere que lo haga no escriba por aquí.

      Vamos a responder en palabras de nuestro Señor Jesucristo, a no ser que piense que él sea un analfabeto teológico: Mt 22, 34-40, el mayor mandamiento de la ley es el Shemá (amar a Dios con todo tu corazón, tu alma y tu mente) y el segundo amar al prójimo.

      La Torá, o el Pentateuco como lo conocemos en griego, contiene la ley, pero es mucho más que la ley y narra desde la creación hasta el principio de la tierra prometida. La tradición de Dios entregando a Moisés un libro, como dijo Mahoma que a él también le pasó, es ciertamente hermosa pero difícilmente le entregaría algo que narrase su propia muerte y acontecimientos posteriores. Pero de todas maneras le recomiendo seguir la exégesis judía y distinguir en la Torá los niveles de peshát, remez y derash, es decir, la interpretación textual, alegórica y legal de los mismos, que usted parece confundir.

      Lo que cita de San Pablo no sólo lo conocía yo, es bien sabido desde hace mucho tiempo.

      No desprecio a los testigos de Jehová. la mayoría de ellos son bienintencionados y buscan a Dios de corazón, lo que afirmo es que la forma de hacer teología sacando frases de su contexto o haciendo interpretaciones literales sin conocer el valor de los géneros literarios les lleva a formular como dogmas cosas que son auténticos errores.

  6. Usted confunde el atún con el betún, le repito, son 613 mandamientos y ninguno de ellos es superior al otro.
    La shemá ( es femenino, igual que la shabat ) es otro de los restantes mandamientos.

    Usted será muy licenciado en teología, pero es valenciano. Yo no confundo absolutamente nada, dispongo en mi ciudad de veinte rabinos locales para cualquier interpretación y eso sin contar los que nos vienen de Israel.

    Habla de la posterior muerte de D-s ¡vaya poder el del hombre!. ¿lo ha copiado de Nietzche?. Claro, un pedazo de madera relleno de bisutería barata es d-s.

    Los testigos, no son dogmáticos, dogmáticos son los católicos, que transportan ideología pagana, anterior al cristianismo y por supuesto de origen babilónico, creando dogmas, menos mal que algunos ya los estáis borrando de vuestras listas como el limbo. Ahora ya solo queda de esa parte, que quitéis el purgatorio y el infierno, que vaya crueldad de un Dios.

    También quería comentarle que no meto la pata, meter la pata sería por ejemplo, decirle : «Usted es imbécil». Eso sería una metedura de pata, pero hablar con un «supuesto teologo, no. Un afectuoso saludo.

    • Vuelvo a repetirle que no tengo ningún incoveniente en corregir al que yerra, como hace usted, que no para de meter la pata, por lo que si le molestan las correcciones no escriba aquí. Le corrijo las meteduras de pata de su último escrito, quiero suponer que son fruto de su ignorancia, pero si fueran de su malicia tampoco me importaría.

      -«Shemá» es una forma verbal imperativa, significa «escucha» y no tiene artículo. Hablar de «el mandamiento del Shemá» abreviando «el shemá» sería en masculino pues la palabra «mandamiento» es masculina.

      -No he hablado de la muerte de Dios, sino de la muerte de Moisés

      – Los dogmas son verdades incuestionables derivadas directamente de la Revelación, contenida tanto de las Sagradas Escrituras como en la Tradición. No todos los conceptos teológicos son dogmas, solamente los que se proclaman como tales. El limbo era una concepto teórico sobre la situación de los niños muertos antes del bautismo, pero nunca fue proclamado como dogma.

      – El «purgatorio» es un término que ciertamente puede crear confusión, yo prefiero decir «las penas purgativas» pero en ambos casos se refiere a la necesaria eliminación del pecado antes de entrar en el Cielo, (nadie entra en el cielo con pecado) como el amo que antes de restituir a los empleados negligentes da a unos pocos azotes y a otros muchos.(Lc 12) dependiendo si la negligencia es fruto o no de la ignorancia

      – El infierno es un concepto que aparece cientos de veces en la predicación de Jesucristo y en toda la Biblia. Decir que el infierno no existe es despreciar la Palabra de Dios y llamar mentiroso a nuestro Señor

      – El destino del hombre en la vida eterna es consecuencia de su libertad y su responsabilidad, no de la «crueldad» o benignidad de Dios. Dios quiere que todo los hombres se salven, pero muchos lo rechazan.

      – Una persona que coge una frase y la eleva a verdad absoluta sin tener en cuenta ni el contexto ni el género literario ni considerar si su valor es textual o alegórico es un dogmático, sea testigo de Jehová o marxista stalinista.

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