Algunas perlas de la MCC (III): grupos folk españoles.

La formación más típica dentro de la música católica contemporánea son los grupos folk. Podríamos discutir si esta denomincaión es la correcta, pero sería otro tema. Los grupos folk se definen por ser eminentemente vocales, casi todos ellos con voces masculinas y femeninas, y llevar un acompañamiento instrumental muy básico, casi siempre una guitarra española y algún otro instrumento de pecusión o alguno acústico (flauta, armónica…). Casi todos ellos surgen de grupos jóvenes parroquiales o familiares que en un momento determinado deciden dar un salto de calidad trabajando las letras y las armonías o creando composiciones propias que rebasen la idea inicial de un simple grupo de amigos cantando juntos.

Su formación sencilla les permite además ser aptos tanto para un concierto o recital como para acompañar un acto litúrgico. En algunos casos, como cuando acceden a la grabación de algún disco, pueden llevar la música pregrabada y cantar sobre ella, aunque, y eso es sólo una opinión personal, les resta algo de autenticidad.

En España existen grupos folk de música católica con décadas a su espalda, como Alborada o Brotes de Olivo, pero quizá uno de los problemas de este género es que ultimmente no salen nuevos grupos, o al menos los que salen no tienen la suficiente repercusión o continuidad.

Como en anteriores ocasiones, vamos a presentar algún tema de cada uno de ellos con una breve reseña.

Alborada: De Alboraya (Valencia). El grupo como tal aparece en el Multifestival David del 83, aunque la matriz es el grupo de jóvenes de la parroquia de su pueblo que desde 9 años antes ya hacían sus pinitos. Son 4 matrimonios y una soltera y su acompañamiento básico es la guitarra y las flautas, aunque es dificil escucharlos tal cual, pues suelen llevar pistas pregrabadas. La voz solista de Ramón de la Fuente es arropada por un juego de voces muy trabajado. Después de tantos años algunas de sus canciones han pasado a formar parte del repertorio de misas y grupos juveniles sin que muchas veces se conozcan su autoría.

Brotes de Olivo. De Huelva. Formado por el armonicista Vicente Morales y sus 13 hijos, aunque curiosamente el patriarca de la familia nunca aparece como miembro oficial del grupo. Es realmente dificil ver a los 13 hermanos juntos, cosa lógica, por lo que en sus actuaciones podemos ver una formación de 3, 4, 8 miembros… Empezaron como grupo infantil en los años 60, por lo que son los auténticos decanos del género. Además de la experiencia musical, parte de la familia comparte junto con otras personas una experiencia de vida comunitaria en una finca de Huelva conocida como Pueblo de Dios.

 

Sal y Luz. De Catral (Alicante), formado por 5 miembros, dos de ellos hermanos, se forman bajo la influencia de la música de los dos grupos anteriores. Se prodigan sobre todo en su diócesis y en la de Murcia, aunque algún que otro pinito han hecho más lejos

 

Confía, de Alicante. Un sexteto arropando a Juan Susarte, artista polifacético, en al que alguno de sus miembros actua como cantautor en solitario.

Egunsentia, de San Sebastián. Cinco voces femeninas y una masculina en la que sus miembros realizan tareas diversas por separado en la evangelización. Tras muchos años de conciertos decidieron dejarlo pero se ve que el gusanillo no lo han podido matar y solo ha supuesto una dosificación de sus actuaciones, pero nunca un abandono.

Harijans. Grupo folk asociado a un movimiento juvenil de Málaga, el MAC (mov de acción cristiana) que funciona no como una formación fija si no en coonstante renovación. Es el grupo del que surgieron cantautores como Unai Quirós.

Ain Karem. Grupo de religiosas vedrunas, aunque ultimamente han ampliado la formación con dos miembros masculinos. De una música sencilla y directa, nacieron con el nuevo milenio y el grueso del inicio sigue en la actualidad

Ixcis. De Málaga, grupo variado surgido a finales de los 90 con matrimonios, solteros y liderados por el sacerdote Fermín Negre, que desde hace poco comparte su vida en Pueblo de Dios, la experiencia comunitaria de Brotes de Olivo. Algunas de sus canciones tienen letras muy elaboradas y otras son a modo de oración repetida como letanía,

 

Siloé, Murcia, de 10 miembros, surgido en el 1999 desde la experiencia de varios matrimonios amigos. No se prodigan mucho en conciertos y actuaciones, pero también acompañan celebraciones litúrgicas.